WASHINGTON (BP) — Para Abby Johnson, el cierre de un solo centro de Planned Parenthood bastó para su dramático cambio de ser la directora de una clínica de abortos a ser una partidaria a favor de la vida.
Pero para los partidarios a favor de la vida en los Estados Unidos, esto marcó una exhibición más de una tendencia prometedora: los centros para abortos están siendo cerrados a una velocidad sin precedentes. El total hasta la fecha es de 44, según una organización antiabortista que sigue de cerca las operaciones de estas clínicas.
Nada fue más revelador para Johnson que la clausura del centro de Planned Parenthood en Bryan, Texas, a mediados de julio. Sucedió menos de cuatro años después que Johnson se sentía mal por estar involucrada con el aborto, renunció a su puesto de directora de la clínica y se unió a las oficinas de Coalition for Life.
“Sabiendo que la ex clínica de aborto alguna vez abierta ahora estaba cerrada, es la mayor victoria personal de mi vida,” dijo Johnson en una declaración escrita luego de haberse anunciado la clausura. “De dirigir esa clínica a ser partidaria de su cierre, y ahora celebrando ese sueño… demuestra que mi vida ha dado un giro de 360 grados.”
Desde su celebrada renuncia a ser la directora de un centro de Planned Parenthood, Johnson ha comenzado un ministerio para ayudar a los empleados a abandonar la industria del aborto. Ha prometido, como dijo el julio, “pelear hasta que haya cerrado sus puertas cada clínica de abortos en este país.”
Este año, han cerrado 42 clínicas que proveían abortos quirúrgicos, y otras dos que ofrecían abortos químicos usando drogas, según Operation Rescue, quien monitorea las clausuras y las violaciones de salud y seguridad de las clínicas a nivel nacional. Esta cantidad sobrepasa las 25 clínicas quirúrgicas que cerraron el año pasado y las 30 que lo hicieron en el 2011, según el conteo de Operation Rescue. Aunque otros calculan que habrá un número menor de cierres, el patrón es claro.
Algunos de los cierres han sido de clínicas grandes. Por ejemplo, cerró la clínica número uno en Virginia, según un reportaje de The Washington Post en julio. NOVA Women’s Healthcare en Fairfax, Va., cerró después que los gobiernos estatales y locales pusieron en vigor ciertas regulaciones que aparentemente este proveedor no pudo cumplir. La clínica del norte de Virginia realizó 3,066 abortos en el 2012 y 3,567 en el 2011.
Varían las razones por las cuales los partidarios a favor de la vida piensan que ha habido este aumento de cierres. Entre ellas:
–el aumento en la regulación y supervisión estatal de las clínicas;
–un crecimiento de la opinión y actividad a favor de la vida, y
–un descenso de la tasa de abortos.
En algunos casos, las clínicas han cerrado cuando los doctores se jubilaron o perdieron su licencia.
Este año, las legislaturas estatales pusieron en vigor las 69 leyes a favor de la vida, según un reportaje publicado el jueves (5 de sep.) por Americans United for Life. En general, 48 estados consideraron cerca de 360 de las propuestas en el 2013, reportó AUL.
La acción legislativa de este año continúo una tendencia reciente en los estados: 70 “medidas que afirman la vida” se convirtieron en leyes en el 2011 y otras 38 en el 2012, según AUL.
Algunas medidas se enfocaron en hacer que el procedimiento y las clínicas fueran más seguros para las mujeres, y ha ayudado a aumentar la cantidad de clínicas que han cerrado. Este año, estados como Alabama, Carolina del Norte y Texas aprobaron varias leyes que requerían que las clínicas de abortos cumplieran con los mismos estándares de salud y seguridad que los centros de cirugía ambulatoria, o autorizaron que el estado aplique tales requisitos. También, el en 2013, Dakota del Norte y Wisconsin se unieron a Alabama y Texas en ordenar que los doctores que realizan abortos tengan derechos de admisión en los hospitales locales.
Aunque los partidarios a favor de la vida afirman que las leyes son para proteger a la mujer, los partidarios a favor del derecho al aborto argumentan que su propósito es detener el aborto. Cualquiera que sea la razón, el resultado parece ser que las clínicas de abortos están teniendo que rendir cuentas de maneras que no lo habían hecho nunca antes.
“Considerando en creciente cuerpo de evidencia médica confirmando los riesgos de la salud que representa un aborto para una mujer, el aborto no puede dejarse en manos de una industria sin monitoreo, sin regulaciones e indiferente, que se alimenta del miedo y los subsidios federales,” dijo Charmaine Yoest, presidenta de AUL, a través de una declaración escrita.
El Instituto Guttmacher, una organización afiliada con el movimiento a favor de los derechos para el aborto, calificó tales leyes en junio diciendo que “son una solución en busca de un problema, una estratagema para avanzar una agenda que busca hacer cada vez más difícil que una mujer obtenga un aborto, con la meta final de eliminar el acceso de una mujer a un aborto seguro y legal en los EE UU.”
El incremento de la supervisión de las clínicas por parte del gobierno estatal es una respuesta a los abusos que los partidarios a favor de la vida habían visto en las clínicas de los proveedores de abortos, y a los escándalos descubiertos en años recientes, dijo Cheryl Sullenger, consejera principal de política de Operation Rescue. Su investigación ha producido acción disciplinaria en contra de varios doctores que realizan abortos.
Uno de los principales escándalos fue el del doctor de abortos Kermit Gosnell y su clínica en Filadelfia. Las fallas en las regulaciones en Pensilvania parecen haber impactado a los oficiales en otros estados.
Gosnell recibió tres sentencias consecutivas a cadena perpetua en mayo por el asesinato en primer grado de tres bebés que nacieron vivos. Esos niños fueron sólo tres de cientos que ya tenían por lo menos seis meses de gestación y fueron asesinados afuera del vientre materno después de haberse inducido el parto en la clínica criticada por sus condiciones antihigiénicas y peligrosas.
En el 2011, un reporte de un jurado criticó al Departamento de Salud de Pensilvania y al Departamento de Estado por fracasar en la supervisión apropiada de tal clínica. La clínica de Gosnell no había sido inspeccionada desde 1993, a pesar de muchas quejas, dijo el reporte.
Aunque las acciones de las legislaturas estatales y de las agencias parecen haber contribuido al cierre de las clínicas, el creciente activismo de los partidarios a favor de la vida ha sido un ingrediente importante, dijo el director nacional de 40 Days for Life.
“Creo que el aumento de las clausuras de debe al número record de cristianos orando que termine el aborto, e involucrándose activamente en los esfuerzos a favor de la vida que hay en el lugar donde viven—reconociendo que el cambio no va a llegar a través de los políticos en Washington, D.C., por mucho tiempo,” escribió David Bereit, en una declaración para Baptist Press.
Desde el 2007, 40 Days for Life ha conducido sus campañas semi-anuales de vigilias pacificas de oración afuera de las clínicas de abortos en más de 500 ciudades dentro y fuera del país. Más de 575,000 personas han participado, y esta organización reporta que 39 clínicas han cerrado permanentemente después de sus campañas.
Ambos, Bereit y Sullenger, creen que próximamente habrá más cierres de clínicas.
“El impulso está cambiando dramáticamente su dirección hacia el movimiento a favor de la vida, y mientras más personas sigan respondiendo el llamado a ‘hablar por quienes no pueden hablar por sí mismos’ y ‘salvar a los que están en peligro de muerte,” dijo Bereit, citando versículos de Proverbios 31 y 24, respectivamente, “creo que en el futuro cercano veremos clausurados más y más centros para el aborto.”
Sullenger dijo en una declaración escrita, “Anticipamos un aumento de las clínicas de abortos [clausuradas] mientras se pongan en vigor más leyes nuevas y se incrementen las inspecciones. La aplicación de las leyes escritas siempre ha sido la clave. Simplemente nunca hemos encontrado una clínica que cumpla con la ley en todos los puntos.
“Une a esto una tendencia a la baja en las tasas de abortos y un aumento del sentimiento a favor de la vida, [y] la industria del aborto está en problemas financieros,” dijo antes de añadir una advertencia. “Sin embargo, un flujo de dinero del gobierno a través de [la ley de la reforma de la salud del 2010] y recursos privados pudieran mantener abiertas a algunas clínicas artificialmente.”
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Tom Strode es el corresponsal de Baptist Press en Washington.
