fbpx
Articulos en Español

El legado de una familia asiática conmueve a nuevos misioneros


LEBANON, Ohio (BP)–“Hemos estado esperando 30 años a que usted viniera.”

Charles Stoddard* no olvidará el día que escuchó esas palabras de una familia de cinco que vivía en una escuálida choza en Asia. No habían comido en cinco días, pero la comida no era la razón por la que la familia invitó al misionero bautista del sur a su hogar — ellos querían saber acerca de Jesús.

Stoddard y su esposa Nicole* — quienes completaron a principios de este mes un período de tres años en el extranjero — estaban entre los 21 misioneros asignados por la Junta de Misiones de la Iglesia Bautista Urbancrest de Lebanon, Ohio, el 12 de julio. Mientras le hablaba a una multitud de más de 800 personas, Stoddard relató que el abuelo de la familia asiática había llegado a creer hace mucho años en la existencia de “un verdadero Dios.”

Poco antes de ser martirizado por su fe, el abuelo le dijo a su familia que esperaran el día que alguien llegara para decirles más sobre este Dios. Pasaron tres décadas antes de que uno de los hijos de la familia por casualidad escuchara a Stoddard hablar acerca de Cristo en un parque público y reconociera que él era al que habían estado esperando.

“De pronto me di cuenta que esta familia, que nunca había visto a otro cristiano, que ni siquiera sabía que existía la Biblia — Dios la había estado preparando durante 30 años para que escuchara el evangelio de Jesucristo,” dijo Stoddard. “Esa familia aceptó a Cristo ese día, fueron bautizados, y hoy en día una iglesia se reúne en su hogar.”

Lo que es más, por lo menos otros 40 han venido a la fe en Jesús como resultado de la conversión de la familia y de su pasión por compartir la esperanza que aguardaron recibir durante tantos años.

“Billones todavía están esperando escuchar,” dijo Stoddard, que es por lo que él y su esposa regresan a Asia con sus tres hijos a continuar esparciendo el evangelio.

Esa abrumadora realidad es también la que envía a Tricia Van Lesser* y a su esposo Tony* de regreso a Asia Central luego de que en el 2008 completaron allá un término de dos años. Van Lesser sigue agobiada por el sonido del gemido de las mujeres en el funeral de una abuela musulmana a quien había llegado a conocer y amar.

“Esa tarde, cuando su cuerpo envuelto en tela era llevado por sus hijos a la tumba, el sonido de los gemidos se volvieron ensordecedores,” recordó Van Lesser. “Mientras permanecía de pie junto a la familia me sentí sobrecogida de desesperanza. Ellos lloraban porque no sabían adonde su devota abuela musulmana pasaría la eternidad. Yo lloraba porque yo sí sabía.”

Kirsten Hale* y su esposo Geoff* también se dirigen a Asia Central. Introducida primero a las misiones a través de Niñas en Acción, Hale fue atraída más allá hacia la Gran Comisión cuando fue de voluntaria en dos viajes cortos de misión con su iglesia. Sin embargo, comprometerse a servir en el extranjero por un término inicial de dos a tres años — en vez de dos o tres semanas — probó ser difícil.

“Yo valoraba un título universitario, casarme, tener un hogar agradable y criar mis hijos en un vecindario seguro,” dijo Hale. “¿Estaría yo bien sin estas cosas? ¿Podría tener satisfacción solamente en Cristo?”

Dios contestó sus temores a través de Mateo 13:44, la parábola de Jesús que compara el reino de los cielos con un tesoro escondido en un campo.

“Su valor merece abandonarlo todo.” dijo Hale. “Dios nos ha convencido que llevar el evangelio a los musulmanes del Asia Central vale la pena el costo.”

Las personas designadas llevaron a total de 5.544 misioneros de la JMI. Ellos están siendo enviados a cuatro continentes — 14 a Asia, cuatro a África, dos a Sudamérica y uno a Europa. De los 21 misioneros, 18 habían tenido experiencias anteriores en misiones de corto tiempo.

Debido al significativo déficit en la Ofrenda de Navidad Lottie Moon 2008, los directivos de la JMI suspendieron dos programas de corto tiempo y aprobaron la reducción de nuevas designaciones por el resto del 2009. Las nuevas designaciones se continuarán con una base más selectiva que cubra las asignaciones más estratégicas.

El presidente de la JMI, Jerry Rankin describió el servicio de designación como una de las cosas más emocionantes que los bautistas del sur hacen y les agradeció a los bautistas de Ohio su fiel apoyo a las misiones internacionales, que tuvo más de 600.000 nuevos creyentes bautizados el año pasado.

“Estos son sus misioneros,” dijo Rankin. “Son sus oraciones las que los sostienen cuando ellos salen. Son sus ofrendas a través del Programa Cooperativo y la Ofrenda de Navidad Lottie Moon las que les permiten ir en obediencia a su llamado. Ninguno de estos tiene que retrasarse para ir al campo debido a la necesidad de levantar su sostenimiento porque ustedes como bautistas del sur ya han provisto.”

Rankin señaló “un progreso sin precedente que nunca nos hubiéramos podido imaginar hace unos pocos años.”

“El hecho de que no podemos identificar los lugares a los que muchos de ustedes [designados] van indica que Dios está abriendo puertas… para proclamar el evangelio de Jesucristo.”

Rankin animó a los nuevos designados a caminar íntimamente con el Señor, a sumergirse con la gente a la que van a servir y a identificarse con el sufrimiento.

“Ustedes nunca tocarán a toda la gente perdida en los lugares a los que van. Van a sentirse abrumados por la amplitud de la población, la congregación… será frustrante y desalentador,” dijo. “Su más significativo testimonio es vivir en carne y hueso la realidad de su fe.”

Rankin añadió que el poder del evangelio no puede ser sobrestimado.

“Cuando usted vive sin ninguna esperanza — vive con pobreza, enfermedad y corrupción — cuando vive bajo el peso del temor y la superstición… [Usted] no puede exagerar el poder del mensaje del evangelio para atraer la gente a Jesucristo. Una vez que es recibido, no hay control en compartirlo. Usted está compelido a compartirlo con otros. Eso fue lo que pasó en Tesalónica [en el tiempo del Nuevo Testamento]. Y eso es lo que está sucediendo en muchos lugares alrededor del mundo.”
–30–
*Los nombres han sido cambiados. Don Graham es escritor para la Junta de Misiones Internacionales.

    About the Author

  • Por Don Graham