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EN SUS PROPIAS PALABRAS: El discurso de John McCain ante National Right to Life


NOTA DEL EDITOR: Este artículo forma parte de una serie que se enfocará en la elección y que Baptist Press publicará hasta el 4 de noviembre. Las historias serán publicadas los miércoles y viernes.

NASHVILLE, Tenn. (BP)–Ésta es la séptima parte de una serie que se enfocará en un asunto nacional específico y detallará la postura de los dos candidatos presidenciales principales. Bajo el título “En sus propias palabras,” las historias evitan hacer comentarios y en su lugar presentan las opiniones de los candidatos tal como ellos las han declarado en el pasado — ya sea a través de entrevistas, discursos, debates o su página de internet de campaña.

Hoy, BP está presentando la transcripción del discurso de John McCain, transmitido vía video, ante la Convención de National Right to Life el 3 de julio. Una historia adicional en Baptist Press incluye el discurso de Barack Obama ante Planned Parenthood en el 2007.

En seguida, el discurso de McCain:

“Gracias por invitarme a dirigirme a la Convención 2008 de National Right to Life. Siento que no pude estar ahí en persona. Hace más de 200 años, los fundadores de nuestra nación declararon que nuestro creador nos otorgó ciertos derechos inalienables, y entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. No fue casualidad que citaron a la vida en primer lugar y como el derecho más básico, ya que sin el reconocimiento del derecho a la vida, no se nos garantizan ninguno de los otros derechos. Algunas veces la sabiduría nos pide que reconozcamos el sentido común. Pero a veces la sabiduría, como todas las otras virtudes, requiere valor.

“La sabiduría sugiere que le debemos dar la misma oportunidad que nuestros padres nos dieron a un bebé que no ha nacido aún. Pero se necesita valor en este clima político para insistir en la protección de los niños nonatos, quienes no pueden votar, no tienen voz, y no pueden premiarte con su apoyo y donaciones. La sabiduría sugiere que cuando los jueces federales imponen sus puntos de vista sociales encima de los ciudadanos de cada estado, el resultado va a distorsionar nuestra política de manera dañina. Pero se necesita valor para insistir que las cortes tienen que regresar a su papel apropiado.

“Buscaré hombres y mujeres preparados que tengan un historial comprobado de excelencia en la ley y un compromiso comprobado de interpretación estricta de la Constitución de los Estados Unidos. Buscaré a gente del tipo de John Robert, Sam Alito, mi amigo fallecido William Rehnquist — juristas de alto calibre que conocen su mentalidad, y conocen la ley, y pueden distinguir la diferencia.

“Durante toda mi carrera pública he estado a favor de la vida. Estoy en contra del aborto porque yo sé lo que es vivir sin derechos humanos, donde no se le da valor inherente a la vida humana. Y yo sé que tengo una obligación personal de defender los derechos humanos en donde quiera que se nieguen — en Bosnia o Birmania, en Cuba o el Medio Oriente, y en nuestro propio país, cuando fallamos en respetar la dignidad inherente de toda vida humana, nacida o por nacer.

“Este es un testamento personal el cual no tienen que tomar por fe. Sólo necesitan examinar mi historial público para saber que no he cambiado de postura. Estoy orgulloso de servir a nuestro gran país en la milicia y en el congreso.

“Por todos estos años siempre he creído que el deber más importante de nuestros líderes nacionales es proteger la vida humana. Protegemos a la vida humana de los violentos extremistas que la destruyen para producir una cruel ideología. Protegemos las vidas de los más vulnerables, ya sea los que no han nacido aún, los ancianos o los discapacitados. Es un privilegio defender a los estadounidenses en la guerra y en la paz.

“Estoy orgullosos de ponerme de su lado en defender la santidad de la vida humana y en apoyar a las madres e hijos bajo las circunstancias más retadoras.

“Estoy orgullos de mi esposa Cindy, quien ha traído a casa a nuestra hija Bridget desde el orfanato de la Madre Teresa en Bangladesh, y bendijo a nuestra familia con el regalo de esta bendita creatura de Dios. Estoy tan agradecido por ella como lo estoy de todos mis hijos y estoy contento de que podemos darle a ella un hogar y una vida mejor.

“Amigos míos, enfrentamos una cuestión difícil cuando tratamos este asunto del aborto. El pueblo norteamericano es un pueblo compasivo, que aprecia la vida y la libertad. Aman la vida, y tienen una compasión instintiva por aquellos que enfrentan circunstancias difíciles. Creemos que la mejor manera de responder ante tales situaciones es al demostrar nuestro amor y apoyo por las madres e hijos que están en el centro de tales desafíos. El movimiento a favor de la vida ha hecho esto por décadas al participar y apoyar a miles de centros del cuidado del embarazo que ayudan a las mujeres y a sus hijos a enfrentar estos retos.

“En noviembre, el pueblo americano escogerá a un nuevo presidente para guiar a nuestro país durante tiempos muy difíciles. Yo defenderé orgullosamente mi historial de proteger la vida humana durante los debates clave acerca de la política doméstica e internacional. Estoy orgulloso de haber apoyado una prohibición del aborto de nacimiento parcial y una legislación que protegería a los niños que sobrevivan un procedimiento abortivo.

“En el primer día, después de que la Suprema Corte sostuvo la prohibición de la horrible práctica del aborto de nacimiento parcial, una propuesta de ley se presentó en el congreso para codificar esta práctica en cada uno de los estados de los EE UU. La misma legislación derrotará la enmienda Hyde, llamada así en honor de nuestro gran amigo y campeón de la vida humana — el incomparable Henry Hyde — y también derrotará cada limitante federal y estatal al financiamiento del aborto. Esta legislación, la cual ha sido copatrocinada por mi opositor, también derogaría toda ley de notificación a los padres en vigor en cualquier parte de nuestro país.

“El pueblo estadounidense tiene que unirse para decir que el aborto de nacimiento parcial ofende la conciencia de nuestra nación, que los contribuyentes no deben ser forzados a pagar por abortos voluntarios, y que los estados deben poder emitir leyes de notificación a los padres. Y aquellos que se oponen a estas protecciones de la vida humana, sin poder sostenerse en las legislaturas, espera nombrar jueces para las cortes federales que rechacen ese consenso político e impongan encima de nosotros políticas que ofenden la conciencia del hombre, de muchos estadounidenses.

“Amigos míos, quiero agradecer de nuevo su compromiso a una causa que es mayor que todos nosotros — proteger la vida humana, y ayudar a las mujeres y niños, en dondequiera que necesiten nuestro apoyo.

“Que Dios bendiga a Estados Unidos, y a sus esfuerzos desinteresados, a nombre de todos Sus hijos.”
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Michael Foust es un editor asistente de Baptist Press.

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  • Por Michael Foust