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COVID-19 golpea a familia e iglesias de pastor


BRONX, N.Y. (BP) — Decirle a su hija Tiffany que su prueba de COVID-19 resultó positiva fue la parte más difícil de la continua dura experiencia para el pastor Frank Williams en el foco del coronavirus en el Bronx, N.Y., donde dirige dos iglesias.

“Ella simplemente metió la cabeza entre sus brazos sobre la mesa y comenzó a llorar a gritos,” dijo. “Y ay Dios mío, ella lloró y lloró y lloró y lloró. Ella tiene 10 años.”
Horas después, los resultados de la prueba positiva llegaron para su hermanita, Trinity de seis años. Seguidamente días después llegaron los exámenes positivos del hijo de 11 años, Timothy y de la esposa Tisha. Con solamente Williams que dio negativo para el 30 de marzo, la familia se unió en cuarentena hasta el Domingo de Pascua, y se recuperaron.
Pero la dura prueba de Williams continúa como pastor de Bronx Baptist Church y Wake Eden Community Baptist Church, dos congregaciones de color en el Bronx, el distrito donde el Departamento de Salud e Higiene Mental de New York (NYC Health) recuenta el más alto índice de las infecciones de COVID-19 por cada 100,000 personas.
El miércoles (22 de abril), Williams dirigirá una ceremonia privada para el diácono y amigo por largo tiempo de Bronx Baptist Church, Jeremiah Simpson, 75 años, quien murió el 11 de abril de COVID-19. Simpson era el hermano del fallecido Samuel Simpson, fundador de Bronx Baptist quien fue considerado pastor pionero y revitalizador de comunidad bautista del sur afroamericano.
Williams dirigirá un funeral privado el jueves para Irvin Skyers, esposo de una miembro de Wake Eden Community quien murió durante la pandemia, pero cuya muerte no ha sido atribuida al coronavirus. El hermano de otro miembro de Wake Eden murió de neumonía — una complicación del coronavirus — al cabo de 48 horas de caer enfermo, aunque no se le hizo la prueba del COVID-19.
“Toda la familia estaba en shock,” dijo Williams de la muerte por neumonía. “Con esas pérdidas la familia de la iglesia está profundamente preocupada y triste por no poder estar ahí físicamente los unos por los otros, abrazarlos y visitarlos.”
Los funerales estarán limitados a 10 asistentes incluyendo a Williams, quien usará equipo de seguridad y practicará el distanciamiento social.
“Aparte de eso,” dijo Williams, “también al mismo tiempo celebramos las recuperaciones.”
Muchos miembros de las congregaciones de Williams sirven en el frente de batalla en respuesta al virus, incluyendo su esposa Tisha, coordinadora de residencia en un hospital del área del Bronx.
“Y ellos lentamente están siendo traumatizados e insensibilizados al mismo tiempo por esto,” dijo Williams. “Bastantes de ellos están en el campo de la salud, y he estado hablando con ellos y orando con ellos. Algunos están pasando por sus propios embates con el COVID, y otros conocen pacientes y miembros del personal que han muerto del COVID.”
El coronavirus ha impactado desproporcionadamente entre las comunidades minoritarias donde los residentes sufren desigualdad en la salud y los ingresos. De acuerdo con el Instituto de la Familia y la Salud de New York City, el sur del Bronx es el más pobre de los distritos congresionales en EE.UU. y sufre altos índices de diabetes, obesidad, males del corazón, asma VIH/SIDA y mortalidad de infantes.
En el Bronx, donde City-Data.com cuenta el ingreso promedio por familia de 2017 en 57 por ciento del salario promedio del estado, ha habido 2,005 casos por cada 100,000 personas, de acuerdo con NYC Health. En comparación, Manhattan ha sufrido 900 casos por cada 100,000 personas, dijo NYC Health. El ingreso promedio por familia es de 131 por ciento del salario promedio del estado.
“El Bronx es uno de esos distritos en New York — todo el estado — que sufre la mayor desigualdad en la salud,” dijo Williams. “Hay muchos otros que sufren también, pero el Bronx sufre el peor extremo de eso.”
La extensa aflicción e incertidumbre hacen a Williams dudar en discutir la dura experiencia de su familia. Su esposa Tisha fue la que tuvo los síntomas más severos en la familia, dijo, pero se pudo recuperar sin hospitalización.
“Mi familia, y ver a mi hija llorando en ese momento, como nunca la había visto llorar antes. Ver a mi esposa que no estaba bien y sabiendo por qué no estaba bien, fue duro, aunque no fue extremo,” dijo Williams. “Al mismo tiempo estoy agradecido porque … inclusive puedo comprender por lo que otros están pasando, así que mido mis palabras en términos del impacto sabiendo que otros han pasado por cosas peores. Estoy renuente a siquiera considerar mi experiencia como comparable a otras.”
El número de muertes por el COVID-19 en el Bronx fue por lo menos 2,036 de 29,505 casos confirmados, reportó el martes el Centro de Recursos del Coronavirus Johns Hopkins.
En medio de la tristeza, Williams ve que la crisis revela lo mejor de la humanidad.
“Vemos a Dios trabajando por medio de lo mejor de la humanidad en tiempos como este. Y le atribuyo eso a la bondad de Dios … en la población redimida y sin redimir, si se puede decir eso sin ofender a nadie,” dijo Williams. Él nombró a los socorristas que continúan sirviendo, enfermándose y deseando recuperarse solamente para servir de nuevo.
“Nuestro alcalde local hizo un llamado a todos para venir a New York a ayudar, y tenemos enfermeros de otros estados que dejaron su familia y vinieron a New York para ayudar,” dijo Williams. “La clase de filantropía que aquellos que han sido pudientes han demostrado al tratar de ayudar a financiar investigaciones y a encontrar vacunas. Pienso en todos esos ejemplos de respuesta de la humanidad ante una crisis importante como esta.”

    About the Author

  • Por Diana Chandler

    Diana Chandler es escritora y editora de asignación general de Baptist Press. BP reporta sobre misiones, ministerio y testimonio llevados adelante mediante el Programa Cooperativo y sobre noticias relacionadas con los intereses de los bautistas del sur nacional y mundialmente.

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