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ENDEL: Nada nuevo bajo el sol


NOTA DEL EDITOR: Leo Endel es el director ejecutivo de la Convención Bautista de Minnesota-Wisconsin.

ROCHESTER, Minn. (BP) — El mercado de valores se ha estancado; nos estamos escondiendo de un virus en nuestros hogares; la gente está asustada; personas están muriendo. Las escuelas y restaurantes han sido cerrados y los eventos cancelados. Estamos pegados a las pantallas para conocer las últimas estadísticas o los nuevos lineamientos. No podemos saludarnos de mano, y debemos mantener dos metros de distancia entre nosotros.

El miedo y la incertidumbre de hoy me llevan a la mañana en la que los terroristas mataron a 2,977 estadounidenses e hirieron a más de 6,000. Hay miles de historias dolorosas dentro de estos números que continúan trayendo dolor a las vidas de los amigos y familiares de las víctimas. Para ellos, este dolor nunca se va a ir completamente. Para la mayoría de nosotros el 9/11 cambió el mundo en pequeñas maneras, y nos hemos ajustado. Sentimos que el COVID-19 llevará a giros y cambios sociales similares, pero de nuevo. Tengo la confianza de que nos ajustaremos.

Me encuentro inicialmente pensando en que estos son días sin precedentes. ¿Pero son así en realidad?

El escritor de Eclesiastés nos pone los pies en la tierra:

“La historia no hace más que repetirse. Ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. A veces la gente dice: ‘¡Esto es algo nuevo!’ Pero la verdad es que no lo es; nada es completamente nuevo. Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras, tampoco recordarán lo que hacemos ahora.” (Eclesiastés 1:9-11, NTV)

¿Sin precedentes? No quiero desanimarlos con una lista de epidemias, sunamis, huracanes, inundaciones, terremotos, guerras y hambrunas en la historia humana. Pueden buscarlas en Wikipedia. Los números son asombrosos. Los días que vivimos ahora no son sin precedente, ni van a continuar para siempre.

Así que, ¿qué podemos aprender y hacer mientras estamos refugiados en nuestras salas?

1. Recuerde que Dios está en control. (Job 42:2, Isaías 46:10)

2. Sepa que Dios usará estos problemas para su bien. (Romanos 8:28)

3. Sepa que Él tendrá cuidado de usted. (Isaías 41:10, Mateo 6:25-27)

4. Sepa que puede tener paz inclusive en la crisis. (Filipenses 4:6-7)

5. Disfrute el tiempo con su familia.

6. Busque maneras seguras de ayudar a otros. ¿Tienen necesidades otros que usted tiene los medios para llenar? Quizá usted pueda llevar a la puerta de la casa de un vecino o miembro de la iglesia en necesidad una bolsa con comida enlatada o papel higiénico.

7. Llame a un miembro de la familia, especialmente si alguno está solo.

8. Permita que su iglesia lo/la ayude si usted tiene una necesidad.

9. Aproveche el tiempo extra para orar y leer las Escrituras.

10. Participe en el Facebook Live de su iglesia o de los cultos transmitidos y deje un “like” o comentario para permitir que el resto de la congregación sepa que usted está con ellos.

11. Siga dando a su iglesia local. Los gastos de su iglesia no disminuirán mucho; inclusive puede que aumenten cuando traten de ayudar a miembros de la iglesia que se quedaron sin trabajo debido al cierre de negocios. Considere profundizar y dar extra en gratitud al Señor porque usted todavía tiene trabajo.

En un tiempo de grandes pruebas, Jeremías escribió estas palabras:

“¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Me digo: “El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en él¡” (Lamentaciones 3:22-24)
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  • Por Leo Endel