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SEMANA DE ORACIÓN: Sirviendo a aquellos atrapados en ‘un ciclo sin esperanza’


[SLIDESHOW=52995,52996,52997]MEXICO (BP) — Kristin Luttrell dice que la gente le pregunta algunas veces si es deprimente servir donde ella sirve.

Es un lugar desolado en México sin cuidado médico, sin electricidad, sin servicio telefónico y sin verdadera educación. La gente trabaja en el campo en el día — con calor en un trabajo agotador — luego se dirigen al turno de la noche en las plantas empacadoras. Cuando llegan a la casa, duermen unas pocas horas y se levantan antes del amanecer para preparar la comida del día para la familia.

Es un ciclo sin esperanza. Sin embargo, Luttrell dice que esa es la razón por la que su equipo está allí.

“Tan sin esperanza como es algunas veces económicamente, hemos visto a Dios cambiando vidas,” dijo ella. “Estamos en una misión que da vida. Aunque no podemos hacer mucho para cambiar su situación, les podemos dar lo mejor que tenemos — a Jesús. La gente que está en ese ciclo permanentemente todavía puede tener riqueza de vida porque conocen a Cristo.”

Su compañera de equipo, Rachel Sebastian está de acuerdo.

“Veo a Jesús como algo que no solamente puede hacer sus vidas un poquito mejor sino como algo que es necesario para su sobrevivencia,” dijo Sebastian. “Esa es la mejor parte de estar aquí — sabiendo que Cristo en la vida de ellos puede ser suficiente para traerles esa esperanza.”

En el lugar donde ellas sirven, la gente de los grupos indígenas más remotos de México se reúne para encontrar trabajo en los campos de migrantes. Así que Luttrell y Sebastian solamente están llevándole esperanza a un grupo — ellos intentan enviar de vuelta personas como misioneros a sus lugares de origen.

Sus líderes de equipo, David y Ann Boyter, dicen que es una increíble oportunidad para llegar a los focos de perdidos en México.

“Sus defensas están un poco bajas aquí en los campos. Están lejos de casa, y les encanta conversar y relacionarse contigo,” dijo David.

Cuando él pasea alrededor de los campos reparte una presentación del Evangelio hecha a mano — y la gente hace fila para tener la suya.

“Están ansiosos de escuchar, pero necesitan estar inquietos antes de aceptar un nuevo sistema de creencias,” dijo. “Necesitamos introducir pasajes bíblicos en los lugares donde la gente pueda escuchar de manera que digan: ‘Eso es lo que me ha estado haciendo falta.’ Oramos para que ellos deseen conocer la verdad.”

Ann dice que ella vive para el momento en que ellos “la comprendan.”

“Están esclavizados a sus religiones, y cuando ves la luz alumbrar y la gente tiene el Evangelio, es asombroso,” dijo ella. “Usamos historias y preguntas que los ayuden a entender la Biblia, los entrenamos en el libro de Los Hechos. Es una estrategia razonablemente simple, pero el asunto es enviarlos de vuelta a su área local con el Evangelio de manera que puedan comenzar iglesias allí.”

OREN PARA QUE

— Dios levante líderes que puedan plantar iglesias entre las etnias representadas en los campos de migrantes de México.

— El equipo de los Boyter tenga sabiduría y energía para llevar el Evangelio a las etnias no alcanzadas que Dios ha reunido allí.
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