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Mujeres refugiadas perseveran entre el peligro y el sufrimiento


PHOENIX (BP) — Para más de 7 millones de africanos forzados a huir de sus países debido a la guerra, el campamento para refugiados se ha convertido en su nuevo “hogar” donde muchos esperan una vida mejor año con año.

Bamurange y Esther son dos de las mujeres que sobrevivieron la Gran Guerra Africana, uno de los numerosos conflictos que han plagado al continente. Enfrentando valientemente casi dos décadas en diferentes campamentos para refugiados, ahora se han establecido en Arizona, a salvo del conflicto que cobró la vida de 2 millones de personas y desplazó de su hogar a otros 2 millones.
Bamurange abandonó su país, Congo, en 1998 y pasó 19 años en un campamento para refugiados en Ruanda. Esther huyo del conflicto congolés el mismo año y pasó 16 años en un campamento para refugiados en Uganda.
En el caos organizado que son estos campamentos para refugiados, la gente está entrando o saliendo del campamento constantemente. A menudo los alimentos son escasos. El estrés siempre prevalece en los retos tales como encontrar una cubierta que funcione como tienda de campaña y protegerse de la lluvia; compartir un solo baño con las multitudes; dormir en el piso; tomar una ducha una vez por semana con agua acarreada en trocas.
Esos campamentos son grandes “niveladores,” un avance entre los destrozos de la guerra, uniendo a quienes tuvieron un mejor estatus social con aquellos que siempre vivieron entre carencias.
La comunidad sale adelante organizándose según sus talentos. Algunos son maestros, otros saben cocinar; hay unos cuantos doctores que dan tratamiento a los enfermos lo mejor que pueden.
Bamurange Nyirakinyaruka huyó de la guerra en Congo cuando tenia 16 años. Una noche, irrumpió una terrible pelea y todos sus parientes en ambos lados de su familia fueron asesinados. Bamurange le da el crédito a Dios por su providencia al protegerla esa noche.
“Sobreviví escondiéndome en el arbusto y el en río,” dijo Bamurange, describiendo cómo evadió los ataques de las tribus opositoras durante varias noches.
“Con el agua hasta mi mentón, me hundía en ella y aguantaba la respiración cuando los hombres venían hasta la orilla del río buscando a los sobrevivientes,” dijo. “Tenía tanto miedo. Por la gracia de Dios pude huir.”
Un hombre que alguna vez hizo amistad con su familia escondió a Bamurange en una gran canasta, la cubrió con hojas y se la llevó a la ciudad. Llevó su carreta jalada por un burro justo hasta las camionetas de la Comisión Superior para Refugiados de la Organización de las Naciones Unidas y las autoridades la aceptaron.
Esther Vimiliya tiene una historia similar.
La guerra cobró la vida de su madre, su padre, su hermana y muchos parientes. En un viaje extenuante, viajó a pie caminando diariamente por tres meses hasta que finalmente llegó a Tanzania.
¿En dónde encontró agua y alimentos? Bebió agua de la lluvia que había caído en las calles y mendigó por alimentos entre la gente que pasaba.
Después de un año en Tanzania, llegó a un campamento para refugiados en Uganda donde se quedó 16 años.
Esther y Bamurange se marchitaban en sus campamentos para refugiados, trabajando y esperando mientras parecía que el tiempo era infinito, preguntándose qué futuro les esperaba.
Ambas son seguidoras de Cristo que conservaron su fe en que Dios les ayudaría a salir de ahí, y finalmente comenzarían a cambiar las cosas.
El proceso migratorio es tedioso y cansado, exigiendo docenas de entrevistas y pasar muchas horas haciendo fila. Pero después de casi dos décadas, Bamurange y Esther — junto con las familias que comenzaron como refugiadas — finalmente llegaron a los Estados Unidos en el 2015.
Una vez que sus aviones aterrizaron en Phoenix, sus retos no se habían acabado ya que ahora estaban en una nueva cultura muy diferente de cualquier otra cosa que habían vivido. No conocían a nadie, necesitaban conectarse con nuevos amigos, con una iglesia y oportunidades de empleo.
Bamurange y su familia sufrieron en su soledad por las primeras dos semanas antes de que un conocido les dijera del pastor Francis y Solution Church. Francis Tugirimana — llamémosle pastor Francis — comenzó la iglesia en el 2009 para servir a la comunidad de refugiados provenientes del este de África.
Con la ayuda de la iglesia, el esposo de Bamurange pudo conseguir un empleo, permitiendo a la familia comprar un auto.
“Puedo disfrutar mi vida, y mis hijos pueden disfrutar su vida. Podemos vivir libres,” dijo.
Para Esther, “me siento mejor y bendecida. Tengo un trabajo y como lo necesario. Puedo comprar ropa y cosas para mis hijos.”
Solution Church, habiéndose convertido en una influencia clave ayudando a las mujeres y a sus familias a adaptarse a la vida en los Estados Unidos, les ha provisto con amistad, oración, apoyo y ayuda con la escuela y maestros. Las clases de inglés ayudan a que la gente encuentre un empleo e incluso se les da guía sobre cómo manejar un auto.
El mismo pastor Francis sobrevivió la guerra civil en Ruanda y perdió a muchos familiares. Solution Church, una congregación de más de 250 personas, se encarga de las necesidades, grandes y pequeñas, en la vida de los refugiados. La iglesia bautizó a 90 personas el año pasado.
Aún así, las necesidades son abrumadoras ya que hay tantos que entran a la comunidad, dado que la crisis de refugiados en muchos países de África sigue siendo una lucha amplia, dolorosa y sin un final a la vista.
Aunque el arduo camino casi les costó la vida, Bamurange y Esther mostraron una fuerte valentía, fe y perseverancia. Sus historias y su fortaleza han tocado a la comunidad con el testimonio de la gracia de Dios incluso en el peor de los tiempos.

    About the Author

  • Por Dave Arden y Pat Centnet

    Dave Arden es un escritor y plantador de iglesias de la Junta de Misiones Norteamericanas en Phoenix. Pat Centner es una escritora independiente que también trabaja con los refugiados africanos. Para obtener más información sobre Solution Church, contacte a Martin Cook, [email protected]. Para obtener más información sobre las misiones en Phoenix, contacte a Dave Arden, [email protected].

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