NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a http://www.bpnews.net/espanol.
BRENTWOOD, Tenn. (BP) — ¿Se ha enfrentado alguna vez a una situación en la cual esta pregunta salta a nuestro encuentro?
Seguramente, al igual que yo, ha tenido que enfrentar muchas veces una situación en la cual, no estaba claro cuál era la mejor opción, pero en la que se imponía que tomáramos una decisión. Nuestra vida está llena de situaciones en las cuales es necesario tomar una decisión. El asunto es tomar la decisión correcta, y no hacerlo precipitadamente. ¿Pero cómo saber lo que es más adecuado?
El profeta Daniel, siendo muy joven, se enfrentó a una delicada y difícil situación. Había sido llevado cautivo a Babilonia, y por ser del linaje real de los príncipes, fue separado del resto de los cautivos junto a otros pocos jóvenes, para ser capacitados de acuerdo a la cultura de los caldeos, por orden del rey Nabucodonosor.
Aspernaz que era el jefe de los eunucos de rey, fue el encargado de seleccionar a los jóvenes israelitas, entre los cuales se encontraba Daniel, para enseñarlos y entrenarlos, y además, Aspernaz se encargaría de que fueran alimentados con la comida y el vino del rey.
Sin duda alguna, Daniel se estaba enfrentando a una disyuntiva muy difícil. Por una parte, se suponía que obedeciera incondicionalmente al rey, pero, por otro lado, él no quería contaminarse con la comida del rey, ya que gran parte de la misma había sido previamente ofrecida como sacrificio a los dioses de los caldeos. En Daniel capítulo 1 se narra esta fascinante historia donde podrá ver la acertada decisión que tomó el joven Daniel y sus tres amigos.
Quizás usted se esté diciendo, pero yo no soy Daniel, ni soy israelita, ni esclavo, ni estoy en la corte de Nabucodonosor, ni me han ofrecido su comida y su vino, así que, en definitiva, ¿qué tiene que ver esto conmigo?
Hay varios aspectos en este episodio que nos pueden servir como una guía para ayudarnos a tomar buenas decisiones ante las situaciones de la vida que se nos presenten, y en especial en las situaciones inesperadas y difíciles:
1. Daniel analizó la situación. No actuó precipitadamente
2. Daniel basándose en sus principios y creencia tomó una decisión
3. Daniel habló con Aspernaz y le propuso que hiciera una prueba con ellos
4. Daniel confió ciegamente en Dios, pues sabía que estaba haciendo Su voluntad
5. Aunque no aparece explícitamente, es evidente que Daniel oró a Dios. La vida de oración de Daniel es notoria en otras partes de este fascinante libro de la Biblia.
6. Daniel conocía las Escrituras y los mandatos de Dios
Si analizamos con cuidado, nos damos cuenta que todas estas cosas están al alcance de nuestras manos y en realidad es posible hacerlas. Tal vez el ritmo agitado de la vida que vivimos en estos tiempos, nos haya apartado de seguir estos principios elementales, antes de tomar decisiones importantes en nuestras vidas. Siempre es mejor orar antes de actuar, que orar después de haber actuado para salir del problema en el que nos hemos metido, por tomar una mala decisión, quizás precipitadamente. Fácil de decir, pero tan fácil de hacer: Analizar, confiar, leer la Biblia y orar. Tomar un tiempo antes de actuar. Y siempre actuar de acuerdo con las normas y principios dados por nuestro Dios en Su Palabra.
Mira a tu alrededor: En el grupo de discipulado o en el de estudio bíblico, en el coro o en la orquesta al igual que en cualquier otro ministerio de la iglesia, vamos a encontrar a personas que están enfrentado problemas que requieren que tomen una decisión importante. Podemos ayudarlas compartiendo un pasaje de las Escrituras con ellas y orando con ellas y por ellas, sintiendo compasión y brindándoles nuestro apoyo.
Tomar buenas decisiones es un arte que se practica mejor cuando nuestras vidas están concentradas en Jesucristo y en hacer de la lectura de la Biblia y la oración una práctica regular y constante en nuestras vidas.
