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7 distintivos bautistas en el ambiente de la Reforma


NOTA DEL EDITOR: Mark H. Ballard es el fundador y presidente del Northeastern Baptist College en Bennington, Vt.

BENNINGTON, Vt. (BP) — En 1998 mi esposa y yo nos mudamos a Nueva Hampshire para comenzar una nueva iglesia. Más de 10 años después el Señor nos llamó a iniciar una nueva universidad cristiana en Nueva Inglaterra. Cada vez que tomábamos la decisión, a pesar de recibir consejos en contra, incluimos la palabra “bautista” en el nombre.

Para nosotros, la palabra bautista es más que un título tradicional, o algo que somos sólo en nombre. “Bautista” resume nuestras creencias y nos conecta con una larga herencia de creyentes valientes, del Nuevo Testamento.

Hay siete razones distintivas por las cuales soy un bautista y tengo la intención de seguir siéndolo:

1. Yo soy un bautista porque creo en la autoridad bíblica.
Desde el inicio del movimiento anabaptista hace siglos, a través de los separatistas ingleses, hasta la resurgencia conservadora de la Convención Bautista del Sur, los bautistas siempre han recurrido a la Biblia como la autoridad final en todos los asuntos de fe y práctica. Lo que los magistrados reformadores (Lutero, Calvino y quienes les siguieron) clamaron — Sola Scriptura — fue la base de los actos de los bautistas. La autoridad final no yace en la tradición de la iglesia, un concilio de la iglesia, un papa o un obispo. Solamente la Palabra de Dios es inerrante, infalible, final y eterna. Los bautistas se basan en la autoridad bíblica, por lo tanto yo soy un bautista.

2. Yo soy un bautista porque creo en el bautismo del creyente.
En octubre del 2017, los protestantes celebrarán el 500 aniversario de la Reforma. Será una grandiosa celebración. Sin embargo, un área de distinción entre los magistrados reformadores y los reformadores radicales es el patrón en el Nuevo Testamento donde primero se cree y después se es bautizado. Los bautistas insisten en el bautismo de creyentes, por lo tanto soy un bautista.

3. Yo soy un bautista porque creo en una iglesia de creyentes.
El bautismo de creyentes es el indicador necesario de una iglesia de creyentes. Los magistrados reformadores promovieron la iglesia estado. Querían que el estado apoyara a su iglesia en lugar de alguna otra, pero al hacerlo equipararon la ciudadanía con la membresía en la iglesia. Los reformadores radicales, en contraste, insistieron en una iglesia de creyentes: el bautismo y la membresía de la iglesia son solamente para los regenerados, aquellos nacidos de nuevo por fe en Jesucristo. Siguiendo el patrón del nuevo Testamento, los bautistas entienden que la iglesia se forma con los creyentes bautizados que intencionalmente se unen a una iglesia local. El propósito de la iglesia es notificar a los pecadores, edificar a los santos y exaltar al Salvador. Entendemos, desde luego, que una membresía de la iglesia compuesta por creyentes regenerados no es una garantía; es una meta a seguir. Sin embargo, los bautistas continúan esforzándose por una iglesia de creyentes, por lo tanto yo soy un bautista.

4. Yo soy un bautista porque creo en el gobierno congregacional.
El bautismo del creyente y la iglesia de creyentes son los indicadores necesarios de un gobierno congregacional. Si solamente los regenerados son bautizados para ser miembros de la iglesia, entonces todos los miembros de la iglesia son la morada del Espíritu Santo y todos puede ser guiados por el Espíritu Santo mientras el cuerpo de la iglesia se va uniendo para descubrir la voluntad de Dios. A través de los años, los bautistas se han organizado formando iglesias locales de varias maneras. Algunas toman todas sus decisiones después de extensas conversaciones en reuniones mensuales de negocios. Otras congregaciones toman la mayoría de las decisiones a través de los diáconos y el personal o de un equipo de ancianos. El otro cuenta con una gran variedad de organizaciones congregacionales. Aun así, los bautistas siempre han insistido en un gobierno local congregacional. ¿Cómo pudieran funcionar las iglesias en la misma denominación si tuvieran una variedad de estructuras organizacionales? Los bautistas creen que cada congregación tiene la autoridad bajo la mayordomía de Cristo y Su Palabra para determinar su propia estructura. Ninguna organización fuera de ella le dicta nada a una iglesia bautista local. Los bautistas creen en el gobierno congregacional, por lo tanto yo soy un bautista.

5. Yo soy un bautista porque creo en el sacerdocio del creyente.
Algunos han utilizado incorrectamente este distintivo bautista. No significa que cada individuo cristiano tiene el derecho de creen cualquier cosa que desee. Para los bautistas, todos los asuntos de fe están bajo la autoridad bíblica. Si se le entiende apropiadamente, el sacerdocio del creyente significa que cada creyente tiene acceso directo al Padre, a través de Jesús, en el poder del Espíritu Santo. Ningún creyente necesita de un sacerdote o iglesia jerárquica para ganarse el acceso a Dios. Cada creyente es un sacerdote; cada uno tiene acceso directo a Dios a través de la oración, y de Su Palabra. Los bautistas insisten en el sacerdocio de los creyentes, por lo tanto yo soy un bautista.

6. Yo soy un bautista porque creo en la seguridad de los creyentes.
Una vez que una persona es realmente salva, él/ella tiene seguridad eterna. Los bautistas creen que el Espíritu Santo sella con seguridad a cada creyente justificado hasta la glorificación final. La seguridad de salvación de un creyente no se basa en su habilidad de resistir fielmente, si no en la fidelidad resistente del Salvador. Los bautistas afirman la doctrina bíblica de la seguridad del creyente, por lo tanto yo soy un bautista.

7. Yo soy un bautista porque creo en la libertad religiosa.
Aunque los bautistas han sido conocidos por sostener sus doctrinas firme y apasionadamente, también han insistido en los derechos que otros tienen de hacer lo mismo. Las noticias sobre el comentarista en radio Hank Hanegraaff, el “Hombre de las Respuestas de la Biblia,” quien recientemente se convirtió a la Iglesia Cristiana Ortodoxa, fueron una sorpresa para muchos evangélicos; pero los bautistas apoyan su libertad de convertirse a otra religión. Fueron los bautistas los primeros que insistieron en la libertad religiosa en Rhode Island. Fueron los bautistas en Virginia quienes escribieron una carta a Thomas Jefferson insistiendo que la Constitución de los Estados Unidos provee libertad religiosa para todos. Los bautistas apoyan la libertad religiosa, por lo tanto yo soy un bautista.

El 5 de enero de 1527, Felix Manz [Suiza, 1498-1527] fue ejecutado por ahogamiento. Su supuesto crimen tenía tres partes. Primero, después de convertirse, se bautizó de nuevo siendo adulto. Segundo, rebautizó a otros a quienes él llevó a Cristo. Tercero, se negó a que sus hijos fueran bautizados.

De camino a su muerte, Manz no guardó silencio. Cantó alabanzas a Dios y predicó a los presentes. Al llegar al Río Limmat, Manz fue puesto en una barca, inmovilizado y tirado al agua congelante. Manz dio su vida por las convicciones por las que había vivido.

Manz fue uno de nuestros padres anabaptistas. Vivió y murió por los distintivos bautistas de la autoridad de la Biblia, el bautismo de creyentes, y la iglesia de creyentes. Manz alguna vez estuvo conectado con esa larga herencia de valientes creyentes del Nuevo Testamento. Siguiendo el ejemplo de nuestros antecesores, nunca nos avergoncemos de llamarnos bautistas.

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  • Por Mark H. Ballard

    El Northeastern Baptist College está en Bennington, Vt., donde Mark H. Ballard sirve como su presidente. Conózcalo en internet yendo a nebcvt.org.

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