NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a http://www.bpnews.net/espanol.
GRAPEVINE, Texas (BP) — El gran plan de Dios es que cada cristiano comparta el evangelio con las personas perdidas. La definición del evangelio se describe muy bien en I Corintio 15:1-4.
“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”
En resumen: ¿Cómo podemos describir el Evangelio?
— Primero: tenemos que arrepentirnos de nuestro pecado porque somos pecadores desde nuestro nacimiento físico. Hay que renacer espiritualmente.
— Segundo: tenemos que reconocer que Cristo pagó por nuestro pecado muriendo en la cruz y fue puesto en una tumba por tres días.
— Tercero: tenemos que aceptar que Cristo resucitó de esa tumba al tercer día para darnos una salvación eterna. Cristo no está muerto sino que Cristo está vivo.
— Cuatro: tenemos que creer en nuestros corazones y confesar con nuestras bocas que Cristo es nuestro Salvador y Señor de nuestras vidas para ser salvos.
El evangelio son las buenas nuevas que da esperanza a la vida de una persona perdida. Todo el mundo tiene que reconocer que Cristo es el único camino para ir al cielo y esa decisión se hace por fe.
La Escritura dice: “Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:11, 13, 17
Tenemos que reconocer que cada cristiano tiene un mandato de Dios para evangelizar a los que no conocen a Cristo Jesús. Dios nos ha enviado para evangelizar.
“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.” Juan 20:21
En nuestras iglesias hoy en día tenemos dos tipos de personas.
— Aquellos quienes hablan de los perdidos.
— Y aquellos quienes hablan con los perdidos.
La realidad es que Dios no nos llamó a sólo cuidar de la pecera; sino que Él nos llamó a ser pescadores de personas.
Un misionero que estaba sirviendo en la china le preguntó a un hombre chino, “Ha oído usted del evangelio.” Dijo el hombre chino, “Nunca he oído del evangelio, pero si he visto el evangelio.” El misionero respondió, “¿Cómo dice usted?”
El hombre chino dijo: “Pues conozco un hombre que era el terror de nuestra comunidad y en toda la zona. Él era como un animal salvaje. Fumaba drogas y se portaba mal con todo el mundo. Perdió su trabajo y su familia y empezó a vivir en las calles. Pero un día este hombre malo aceptó la religión de Cristo y todo cambió. Ahora es un hombre calmado, tranquilo, ya no hace maldades y ha dejado completamente la droga. Ahora él está con su familia y tiene su trabajo. Y cuando lo vemos por la calle, él está sirviendo a todo el mundo y no deja de parar de hablar de Cristo. Por eso digo: Yo nunca he oído del evangelio, pero si he visto el evangelio en la vida de ese hombre.”
Alguien dijo una vez: “Una lámpara no habla, pero si alumbra. Los faros no hacen ruido, pero si dan luz a los barcos en los momentos de tormentas.” El caminar de un cristiano es muy importante. La vida de uno es como un sermón viviente. Muchas veces las acciones hablan más que las palabras. Hay que trabajar, hay que seguir y hay que compartir el evangelio de Cristo con un mundo perdido.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean las buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:16
¡Comparta el mensaje de Cristo con alguien hoy!
