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El dedo huesudo del miedo de Halloween


HOBBS, N.M. (BP) — Como madre de cuatro hijos le temo al mes de octubre.
La vida se vuelve increíblemente inconveniente porque ni siquiera puedo hacer mis compras de rutina sin ser confrontada con el “espíritu fiestero.” No me refiero a los hermosos paisajes de otoño o de los ya visibles adornos navideños.
Es el dedo huesudo de Halloween que parece señalarme cuando doy la vuelta en cada pasillo.
Nuestra cultura celebra el miedo. Lo hemos hecho bonito. Inclusive tenemos tiendas enteras dedicadas a un feriado que se nutre del miedo. Esto no es de ninguna manera una denuncia a los méritos o deméritos de participar en actividades de Halloween; más bien, es una oportunidad de temporada para esparcir luz en una de las más viejas tácticas del diablo.
Lo que hemos minimizado es realmente una de las flechas más punzantes de su aljaba.
He experimentado el profundo efecto que el miedo puede tener en una vida. Al rastrear mi historia como joven e inclusive como adulta, Dios gentilmente ha revelado el dominio que el miedo tenía en mi corazón. La inseguridad, la culpa y los miedos irracionales previnieron que yo adoptara completamente la identidad que me había sido dada en Cristo. Satanás usó el temor para llevarme al punto de la angustia mental de la que los evangelios me libraron.
¿Luchan con el temor? Antes de responder muy rápidamente, piensen en su vida. ¿Son diferentes en público de como lo son en privado? ¿Hay asuntos que preferirían no discutir con su cónyuge? ¿Qué estarían dispuestos a hacer para sentirse amados o aceptados? ¿Qué motiva esos comportamientos? Una valoración honesta a su corazón puede revelar que el enemigo los atravesó con una sutil pero devastadora flecha. Es una de sus más potentes formas de hostilidad hacia la humanidad.
Las buenas nuevas es que tenemos la más poderosa herramienta para derrotar sus avances. Tenemos el evangelio.
A través de las Escrituras estamos invitados a ver a Dios como nuestro refugio. Él les recuerda constantemente a los israelitas que confíen en su gran poder para derrotar a sus enemigos. David clama a él en momentos de debilidad y temor. Los escritores del Nuevo Testamento le ruegan a la iglesia primitiva que sea valiente respecto a las buenas nuevas de Jesucristo porque el poder de Dios los protege. Dios es llamado nuestra roca, nuestra fortaleza, nuestro refugio, un esposo protector de su esposa, y un gentil pastor que cuida su rebaño. 2 Timoteo 1:7 dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Dios revela en su Palabra que, debido a su infinito e imparable amor por nosotros, no tenemos nada que temer en este mundo.
El poder de Satanás yace en el arte de la sugestión. Él presenta preguntas a los corazones de los creyentes que atacan nuestros miedos tácitos y algunas veces subconscientes. Hermanos y hermanas, cuando el engañador toque a la puerta de su corazón con una entrega atada con temores los animo a combatirlo con la verdad.
La verdad es que están más destrozados de lo que reconocen, pero en Cristo están más perdonados, aceptados y renovados de lo que se pueden imaginar. Tienen el poder del Espíritu Santo que reside en ustedes, lo que significa que no hay tentación de la cual no puedan volverse, no hay culpa por sus errores y no hay necesidad de seguir la última corriente cultural para importar.
Nuestros miedos son tan únicos como lo somos nosotros, pero todos tienen una respuesta: Jesucristo. Su sacrificio a nuestro favor significa que ahora tenemos acceso al poder de Dios de una manera personal si descansamos en su fortaleza en vez de en la nuestra.
Así que cuando estén comprando en esta época y sean bombardeados por las horribles decoraciones, permitan que ellas les recuerden el amor de Cristo y su poder para echar fuera todos los temores.

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  • Por Amy Hebert

    Amy Hebert es esposa, mamá y escritora. Ella y su esposo Andrew tienen cuatro hijos y viven en Hobbs, N.M., donde Andrew sirve como pastor líder de la Iglesia Bautista Taylor Memorial.

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