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SEMANA DE ORACIÓN: De apartado a impulsado por Cristo


[SLIDESHOW=42172] NOTA DEL EDITOR: La Semana de Oración por las Misiones Norteamericanas, del 6 al 13 de marzo, y la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong proveen sostén a los misioneros que sirven a nombre de los bautistas del sur en Norte América. Con una meta de $70 millones, el tema de la ofrenda de este año es “Aquí estoy. Envíame a mí.” Para obtener más información, visite [URL=http://www.anniearmstrong.com]. Para leer acerca de otros misioneros 2016 presentados, visite [URL=http://anniearmstrong.com/missionaries-2016/].

SAN DIEGO (BP) — A la edad de 16 años Manny Sánchez viajó junto con su familia a una convención de Amway. Ellos eran dueños de su propia compañía y trabajaban con la compañía de la gran red que vende jabones, vitaminas, maquillaje y otros productos.

Ese sábado, alguien anunció que habría una sesión opcional el domingo en la mañana; Sánchez fue a lo que sería un culto de adoración. Aprendió que la vida podía ser más que hacer dinero.

“El hombre predicó un mensaje evangelizador,” dijo Sánchez. “Pasé adelante y fui salvo. El corazón realmente me cambió. Fui el primero de mi familia en ser salvo.”

Sin embargo, Sánchez no tenía orientación cristiana y no sabía qué hacer después.

“No sabía nada. No sabía ir a la iglesia. No sabía leer la Biblia. Todo lo que sabía era que algo había cambiado,” dijo Sánchez, quien nació en México.

La común rebelión adolescente siguió a continuación, y él se involucró en una patente actividad pecaminosa.

“Realmente veo esto como el intento de Satanás para destruirme la vida,” dijo Sánchez.

Después de una serie de accidentes de tráfico llegó su despertar, sus dos hermanas, 10 y 11 años mayores que él, intervinieron en su vida. Una de ellas lo enroló en una escuela cristiana, Valley Christian Academy, en Santa María, California.

“Eso se convirtió en mi época de discipulado,” dijo Sánchez. “Comencé a crecer en Cristo.”

Dejó la vida de fiestas, drogas y otros hábitos y comportamientos no edificantes. Después de que vio a Cristo modelado en sus nuevos amigos, Sánchez comenzó a empaparse en la Biblia y no quería más que obedecer a Cristo.

Stan Bickley, pastor de jóvenes de la Primera Bautista de Santa María, la cual auspiciaba la academia, llegó a ser una influencia importante para Sánchez.

“Yo quería ser lo que mi pastor de jóvenes era para mí y para otros chicos en la misma etapa (de vida),” dijo Sánchez.

Universidad y llamado a las misiones

A continuación de la secundaria, Sánchez asistió a una universidad cristiana en San Diego. Una de sus hermanas, a la que él llama “súper mamá osa,” se metió en sus asuntos de nuevo inscribiéndolo para Visión, el grupo de canto de la universidad. Sánchez se unió al grupo, el cuál viajaba para promover las misiones y pasaba de tres a seis semanas cada verano en un viaje internacional de misión. Estuvo en Visión tres de sus cuatro años de universidad y visitó Brasil, Portugal y Malawi.

“Todo lo que experimenté desde el colegio a la universidad le ha dado, de alguna manera, forma a mi ministerio,” dijo Sánchez. “Nuestra iglesia está muy enfocada en el discipulado. No quiero que nadie se escurra entre las grietas como yo y sea carnada fresca para Satanás.”

Él pasó varios años como pastor de jóvenes en varias iglesias antes de unirse al personal sénior de la Iglesia Comunitaria Shadow Mountain, pastoreada por David Jeremiah. Cuando estaba allá, completó los estudios de maestría en el seminario a través del Seminario del Sur de California, que la iglesia auspicia.

“Nuestra iglesia se volvió bautista del sur, y eso justamente me abrió la puerta,” dijo Sánchez de su periplo hacia la plantación de iglesias.

Habiendo crecido en Los Ángeles y asistido a la universidad en San Diego, Sánchez se sentía cómodo en la cultura de California del sur. A través de investigación, supo que San Diego es la octava ciudad más grande en EE.UU. con gente que no asiste a la iglesia. Una razón es lo que él llama “El factor San Diego.”

“San Diego es una ciudad hermosa los 350 días del año y hay mucho que hacer acá,” dijo Sánchez. “La cultura de San Diego es entretenerse y disfrutar la vida. Por alguna razón, la iglesia no está en la lista de la mayoría de la gente.”

Con su esposa Jennifer, sus cuatro hijos y un grupo coral de Shadow Mountain, Sánchez dirigió su atención a plantar la Iglesia Catalyst (Catalizadora) en el centro de San Diego — un lugar que ha visto un estimado de 10 iglesias plantas comenzar y caer en los pasados cinco años.

Finalmente, encontró un lugar de reunión en el centro en la esquina de las calles 16 y G dentro de un almacén. El lugar está solo disponible durante tres horas los domingos en la noche.

“Nuestra meta era enfocarnos solamente en el radio de un kilómetro y medio en las 25.000 personas que viven en el corazón del centro,” dijo Sánchez de una ciudad con muy pocas iglesias evangélicas.

La ciudad es transitoria. Entre las familias militares y otros en una determinada trayectoria profesional, establecer una membresía estable ha sido un reto.

“Comenzamos nuestra iglesia con 18 personas en nuestro preliminar, luego el segundo mes tuvimos 42,” dijo Sánchez. “El tercer mes perdimos 11 parejas. Es como tratar de tener lleno un balde que gotea.”

Catalyst refleja la diversidad del exclusivo urbano de EE.UU., sin embargo ha habido una sorpresa.

“Atraes quien tú eres,” dijo Sánchez. Jóvenes adultos con niños asisten a la Iglesia Catalyst.

“Un domingo típico tenemos un promedio de 130 personas, y de 40 a 50 son niños,” dijo Sánchez.

Finalmente, Sánchez quiere que la Iglesia Catalyst tenga una presencia de local comercial que esté en el puro centro y que interactúe constantemente con la ciudad. No tiene la ilusión de que se convierta en una mega iglesia en el centro como Shadow Mountain. En vez de eso, la meta es que Catalyst sea “lo suficientemente grande para atreverse, lo suficientemente pequeña para interesarse.”

Él también quiere reproducir y desarrollar un “programa que funcione bien como aprendizaje de iglesia.”

“Comenzamos con la meta de plantar otra iglesia,” dijo Sánchez. “Queremos plantar encinta.”

El establecimiento de la Iglesia Catalyst no hubiera sucedido sin la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong y el Programa Cooperativo.

“No hubiéramos podido plantar sin la Junta de Misiones Norteamericanas,” dijo Sánchez. “Ellos verdaderamente nos sostuvieron financieramente.”

En su primer año, la Iglesia Catalyst tuvo 40 profesiones de fe y 20 bautismos.

“No puedes orquestarlo. Se siente que Dios está en el centro de esto y nosotros somos compañeros de viaje.”

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  • Por Jim Burton