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Cruz hecha con motosierra lleva esperanza después de acometida de tornado


ROWLETT, Texas (BP) — Tres semanas después de que Shane Pruitt fuera el predicador invitado en la Primera Bautista Bellville cerca de Houston, uno de sus equipos de alivio en desastres ayudó a la familia de Pruitt en la estela de los devastadores tornados que arrasaron a través del área metropolitana de Dallas el día después de Navidad.

Pruitt, quien funge como director de misiones de los Bautistas del Sur de la Convención de Texas (SBTC por sus siglas en inglés), relató que estaba de camino a un compromiso para predicar cuando su esposa lo llamó para decirle que las sirenas estaban sonando en su suburbio de Rowlett.

El tornado, un EF3 en Rowlett, fue uno de los 12 que tocó tierra en el norte de Texas el 26 de diciembre y mató a 11 personas, de acuerdo al Servicio Nacional del Clima en Dallas.

“Tenemos cuatro hijos menores de 10 años, y todos se fueron al baño para acuclillarse,” dijo Pruitt. “Cinco minutos después ella me llamó para decirme que había pasado.”

Pruitt regresó a la casa para encontrar que un madero de 2 x 4 se había estrellado contra la ventana y llenó de vidrios el sofá donde su familia estaba sentada momentos antes. Aparte de eso, la casa tenía solamente daños menores, mientras casas a pocas cuadras fueron destruidas.

Kay Burns, la abuela viuda de la esposa de Pruitt, cuyo vecindario está a 3 kilómetros, sufrió mucho daño en su casa. Una pieza grande de plywood perforó el techo y un árbol inmenso cayó en el patio trasero. La lluvia de los siguientes días causó que la cocina y el dormitorio de la señora Burns colapsaran.

“Oiga, ¿no lo conozco a usted?” un voluntario de motosierras de la SBTC de la Primera de Bellville que ayudaba a la señora Burns le preguntó a Pruitt, pues lo reconoció debido a su anterior visita al compromiso de predicación.

“Ellos llegaron y comenzaron a cortar ramas. Algunas personas de Rowlett C3 [Iglesia Comunitaria Connection, donde los Pruitt y la señora Burns asisten] quitaban ramas y escombros mientras cortaban,” dijo Pruitt. Cuando terminaron de cortar el árbol, removieron las ramas y limpiaron el patio, Rick Evans de la Primera Bellville ofreció cortar en forma de cruz lo que quedaba del tronco del árbol.

La señora Burns había hablado de vender su casa en la secuela de la tormenta. “Ahora no quiere irse,” dijo Pruitt, y señaló:”que los hombres tomaran el tiempo para cortar la cruz ofreció un paso extra de sanidad. Ella quiere quedarse en la casa, y planea tallar la fecha en la cruz, de manera que la próxima familia sepa de qué se trata.”

Como Mike Phillips, uno de los voluntarios de motosierras, señaló: “Dentro de un año, nos habremos ido…pero la cruz permanecerá.”

La cruz en el patio de la señora Burns tuvo un impacto adicional cuando la muchedumbre de espectadores llegó a fotografiarla. Muchos comentaron que planeaban hacer lo mismo con los troncos en sus jardines, dijo Pruitt. “Fue un momento de calma y sanidad. Ella [Burns] respiró profundo, sonrió y rió. La cruz es un recordatorio de esperanza.”

Los dueños de una casa de Rowlett, Dan y Bonnie Rangel estaban en casa con tres de sus ocho hijos cuando las sirenas de tornado sonaron.

“Agarramos las mascotas y los niños y nos apilamos en el closet del cuarto principal,” dijo Dan Rangel. “Sentimos la presión y oímos el ruido como el de un tren. Todo pasó en 30 a 45 segundos.”

Aunque casas alrededor de la suya y una a una cuadra fueron destruidas, la casa de los Rangel sufrió daño mínimo, a pesar de que un alto árbol de roble en el jardín fue azotado fuertemente. Grandes ramas colgaban peligrosamente amenazando con hacer más daño a la casa y a la seguridad de la familia.

“Me sentí culpable de solo estar preocupado por la rama de un árbol,” dijo Rangel, exmiembro de la marina, cuando el líder del equipo de motosierras de AD, Monte Furrh de Bonham, Texas, confirmó que la situación necesitaba atención.

Después de que el equipo de motosierras cortó y removió las ramas, Bonnie Rangel preguntó si le cortarían algunos pedazos de una rama grande.

“Ese árbol soportó la tormenta,” dijo la señora Rangel. En el centro de la porción cortada de la rama caída había un aro en forma de corazón.

“Los milagros sí suceden,” dijo la señora Rangel, con lágrimas mientras sostenía uno de los pedazos. “Dios es real. Voy a tallar eso en el árbol.” Por lo que respecta a las piezas cortadas con el centro en forma de corazón, la señora Rangel las usará para recordarle a su familia el tornado y el día en el que recibieron ayuda.

Veintitrés voluntarios de SBTC en motosierras, limpieza y recuperación, lavandería y duchas, alimentación, valoraciones y capellanía sirvieron en Rowlett y la vecina Garland la semana después de la tormenta, dijo Dewey Watson, líder de AD de SBTC que estuvo en Rowlett el domingo después de la tormenta para valorar el área y hacer planes para el despliegue.

Los voluntarios de SBTC fueron hospedados en la Primera Iglesia Bautista de Rockwall y se unieron a cientos de organizaciones nacionales de alivio y a otros grupos de iglesias para ayudar a la gente de Rowlett y Garland a comenzar a salir de la devastación.

Nuevos equipos rotaron durante el fin de semana para continuar los esfuerzos de alivio. Hasta el 3 de enero, los trabajadores de SBTC habían examinado 45 trabajos en Garland y Rowlett y completaron 35 con más previstos.

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  • Por Jane Rodgers/Southern Baptist TEXAN