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EDITORIAL: Por tres pecados, y por el cuarto


NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a http://www.bpnews.net/espanol

SAN ANTONIO, Tex. (BP) — Estoy convencido que los EE.UU. se está volviendo loco, verdaderamente dementado. No hay tiempo para catalogar todo lo fachoso que vemos en nuestra sociedad norte americana. Quizás en el futuro pueda comentar sobre la ridiculez que vemos en el gobierno, o en el mundo de comercio, o aun en nuestro sistema judicial. No hay día que no oímos de algo que desafía la credulidad, pero lo ridículo se está volviendo en lo común y esto es especialmente evidente en la escuela pública. En estos últimos días, por ejemplo, oímos de Kendra Turner, una estudiante en Dyer County High School en Tennessee, que fue disciplinada por expresar un sentimiento sano. La maestra pensó que Kendra estaba causando disturbio al decir “Dios te bendiga” cuando su compañera de clase estornudó. Lo más ridículo de todo es que la administración estaba en acuerdo, suspendiendo Kendra de la clase por ese día. Es casi imposible creerlo pero aparentemente hemos llegado al día cuando el sentimiento por querer bendecir a alguien en público es visto como inapropiado y digno de reprimenda. De mi parte, hay algo maligno en cualquier sociedad que confunde lo bueno por lo malo.

Otro lugar donde estamos viendo la desintegración de la realidad es a través de lo que pasa por diversión. Si, hablo de “televisión real,” programas que supuestamente abren una ventana para ver la manera en que personas viven sus vidas diarias. Con cada episodio las escenas son más exageradas e inventadas. Seguramente las “estrellas” del programa no viven como si estuvieran en una crisis tras otra pero lo presentan como si así lo fuera. En uno de estos programas, siempre hay algún conflicto con un cliente a tal grado que tienen que expulsar la persona de la tienda y el cliente se porta como un verdadero necio. En otro programa el drama revuelve sobre las preparaciones para una boda, tiempo que debería ser grato para la pareja y sus familias. Pero casi desde el primer instante el episodio se trata de contiendas, borracheras y hasta pleitos físicos entre la novia y miembros de la familia. Algo que casi todos los programas presentan es la falta de respeto entre los padres y sus hijos. En un programa de negocio, el hijo habla con su padre como si ambos fueran cuates de la palomilla.

Nunca deberíamos pensar que estos ejemplos reflejan toda la realidad, pero me pregunto, ¿estarán aclimatándonos como para hacernos aceptar una nueva “realidad”? Los pocos ejemplos que he dado son menos que la punta de un verdadero tempano cultural que demuestra que la sociedad norte americana está en crisis. Las causas que han conspirado para relajar la sociedad son muchas, pero aquí quiero enfocar sobre algo en particular.

El profeta Amós usa un refrán a gran efectividad en los primeros dos capítulos de su profecía para alumbrar la malignidad social en sus tiempos. “Así ha dicho Jehová”, dice Amós, “por tres pecados, y por el cuarto, no revocare su castigo.” Con este recurso literario Amós demuestra por lo menos dos realidades importantes.

Primero, notemos que Amós usa el refrán a propósito para recalcar la redundancia del proceso de degradación. No creo que haya muchos casos documentados cuando una sociedad torna por completo sus valores y moralidad hacia el lado opuesto en un momento. Lo más probable es que sucede de una manera incremental, renglón por renglón, y este refrán parece indicar ese proceso. Amós dice…

“Por tres pecados…, y por el cuarto…”

Mientras los primeros tres pecados parecen ser indefinidos, el cuarto es definitivo. Los primeros tres preparan el ambiente intelectual y emocional poniendo en lugar las bases para que la sociedad confié en la mentira, el cuarto pecado que viene poco después (Jeremías 29:31). Con el tiempo la sociedad permite trastornar y convertir la mentira en verdad y viceversa (Romanos 1:25; 2 Tesalonicenses 2:11). En nuestro día, DOMA (Defence of Marriage Act, 1996), la ley federal que permite estados no reconocer matrimonios fuera de lo tradicional se ha atacado en muchos instantes. Pero la redefinición del matrimonio para reconocer la unión de personas del mismo sexo es el pecado que siempre ha estado en vista por aquellos que aclimatan la sociedad para trastornar la institución divina.

Pero mi punto es en realidad este que sigue. El profeta comienza declarando las prácticas pecaminosas de los pueblos paganos (Gaza, Tiro, Edom, Amón, Moab), y hasta incluye a Judá, pero culmina (no termina) con Israel, las diez tribus del norte. Sabemos que esto es el caso porque el resto de la profecía es un denuncio de Israel (vea capítulos 3-9). Amós nos deja con una segura conclusión.

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen que el problema mayor esta en el pueblo de Dios, la iglesia (2 Crónicas 7:14; 1 Pedro 4:17), pero, no es tan simple como quizás nos imaginemos. Jesús no solo habla de la paja y la viga como realidades equivalentes del incrédulo y la persona de fe (Mateo 7; Lucas 6). Su verdadero punto es más impactante; pues mientras no tratamos con nuestra propia “viga” de infidelidad, no podemos ver bien como “para sacar la paja que está en el ojo” de nuestro semejante. ¿Cuántos vivimos denunciando lo que pasa en el mundo? Pero, por no tratar honestamente con nuestras propias insuficiencias, nuestra palabra carece de la autoridad, o compasión, o discernimiento esencial para llevar todo pensamiento cautivo a Cristo (2 Corintios 10:5-6).

Para combatir la locura que se acrecienta a todos lados es imperativo recobrar la autoridad profética tras nuestros pulpitos. Esto comienza con el recobro de nuestra propia integridad, pues lo que se requiere es que cada administrador del evangelio sea hallado fiel ante el Señor (1 Corintios 4:2; 2 Corintios 4:1-2).
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Rudolph D. González es el decano de la Southwestern Baptist Theological Seminary William R. Marshall Center for Theological Studies, San Antonio, Texas. Estudios hispanos, Southwestern Baptist Theological Seminary: http://www.swbts.edu/hispanicstudies/sp/.

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