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EDITORIAL: Cuida la Lengua; Santiago 3:1-9


LAUREL, Md. (BP) — Me imagino que en alguna ocasión has dicho algo que hubieras querido retractar. Yo se que yo he hecho eso muchas veces. Santiago dice que la lengua esta “llena de veneno mortal.” Aunque Santiago habla específicamente de la lengua en el capitulo tres, el comienza desde el capitulo uno las advertencias. Note usted los siguientes versos:
1:19 — nos dice que seamos Cristianos que escuchan con mucha atención pero que debemos responder con mucha lentitud. La idea de este verso es de una persona físicamente incapacitada para responder o ponerse rencoroso de una manera rápida.
1:26 — para servirle con eficacia a Dios debemos de refrenar la lengua.

En el capitulo tres vemos dos cosas sobresalientes. Primero Santiago presente un estándar elevado para aquellos que ensenan la Palabra de Dios. Y, ¿porque no? Si en verdad la Biblia es Palabra infalible de Dios y lo es; y si la Biblia nos presenta una guía para la vida aquí en la tierra y así es, entonces debemos de ser muy responsable en como enseñamos la Palabra a otras personas. Jesús tubo poca paciencia con Nicodemo preguntándole, “eres tu maestro de Israel y no sabes?”

El segundo punto sobresaliente de este pasaje lo vemos en los versos tres al cinco. Santiago presenta las imágenes de un caballo y una nave que aunque grandes son controlados por un pequeño freno y timón. Sin embargo la lengua, aunque tan pequeña, se describe como algo que se “jacta de grandeza,” puede arruinar relaciones, está llena de maldad, contamina todo el cuerpo.

Amigo, en ésta semana, te dejo con lecciones prácticas de cómo cuidar la lengua.

Primero, dedica un tiempo específico para leer cuidadosamente la Palabra de Dios. Deja que Dios te habla a través de Su palabra. ¿Qué es lo que Dios te está enseñando? ¿Qué pasos (cambios en tu vida) debes de tomar para hacer lo que Dios quiere que hagas?

Segundo, ora a Dios. Este es el momento donde tu le hablas a Dios.

Tercero, aprende a escuchar cuando otras personas te hablan. Recuerda que, tal vez, Dios nos dio dos oídos y una boca para que oigamos el doble de lo que hablamos.

Cuarto, reflexiona cuidadosamente lo que has escuchado. No respondas de una manera defensiva o de una manera ofensiva. Recuerda de masticar (reflexionar) lo que oíste con mucho cuidado antes de responder.

Quinto, Deja que de tu boca siempre salga agua dulce. Recuerda que somos embajadores del Rey, El mundo nos observa constantemente. Ganate a un amigo con una sana respuesta.

Estaría yo interesado en escuchar algunas historias de amigos lectores. Cuéntame de la situación donde te encontraste y como fue que usaste la lengua para bendición y no para maldición. Te puedes comunicar conmigo a través de correo electrónico: [email protected]

Muchas bendiciones a ti y toda tu familia.
–30–
Gus Suarez es pastor de Primera Iglesia Bautista Hispana de Laurel, Md.

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