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En medio de la crisis de la frontera, el gobierno se une a grupos religiosos


NASHVILLE (BP) — La oleada de niños no acompañados de Centro América que ilegalmente cruzan la frontera estadounidense ha impulsado renovadas discusiones de cómo el gobierno y las organizaciones religiosas pueden unirse para llenar las necesidades humanitarias durante tiempos de crisis. Algunos sostienen que tales uniones son útiles tanto para los grupos religiosos como para el gobierno.

La relación entre el gobierno y los equipos de ayuda en desastres de la Convención de los Bautistas del Sur de Texas (SBTC por sus siglas en inglés) es una “combinación perfecta,” le dijo Scottie Stice, director interino del ministerio de ayuda en desastres de SBTC, a Baptist Press. “Trabajar con el gobierno no es nada inusual.”

Más de 47.000 niños fueron aprendidos por la Patrulla Fronteriza de EE.UU. por cruzar la frontera ilegalmente entre octubre de 2013 y mayo de 2014, con la posibilidad de 90.000 aprensiones para fines del año fiscal el 30 de septiembre de 2014, reportó el Instituto Brookings. En comparación, 24.481 niños no acompañados fueron aprendidos en 2012 y 38.833 en 2013.

El número masivo de niños que huyen de la pobreza y la violencia en Centro América ha impulsado al gobierno federal a llamar a los grupos religiosos para que ayuden, incluyendo a los Hogares Bautistas de Niños de Georgia y Ministerios de Familia; BCFS, una organización colaboradora de la Convención General Bautista de Texas (BGCT por sus siglas en inglés); Hombres Bautistas de Texas, colaborador de BGCT; y Ayuda en Desastres de SBTC.

La mayoría de los destacamentos de AD de SBTC ocurren en respuesta a peticiones de las iglesias, las asociaciones bautistas, los gobiernos locales, el estado de Texas y, en el caso de la crisis de inmigración, el gobierno federal, dijo Stice.

Cuando la Agencia Federal de Manejo de Emergencias contactó a AD de SBTC en mayo, los bautistas del sur de Texas respondieron proveyendo 434 jornadas de voluntariado en la estación de la Patrulla Fronteriza de Brownsville durante un período de tres semanas. Los voluntarios prepararon 21.000 comidas para más de 1.300 niños y también proveyeron instalaciones para duchas y lavandería. Los voluntarios de SBTC distribuyeron 181 Biblias y 1.213 tratados evangelizadores y presentaron el evangelio cuatro veces.

Stice dijo que los reportes de que a los ministerios cristianos no se les había permitido hablar de asuntos espirituales con los niños inmigrantes son inexactos.

“Con la crisis de la frontera, realmente estuvimos en una instalación federal,” dijo Stice. “No estábamos allí para realizar Escuela Dominical o Escuela Bíblica de Vacaciones obviamente, pero interactuamos con los niños. Sabemos que algunos de los niños eran cristianos porque hablábamos con ellos — aquellos de nosotros que hablábamos español. No era una atmósfera donde pudiéramos evangelizar, pero pudimos interactuar con los niños.”

COLABORACIONES NATURALES

Stanley Carlson-Thies, presidente de la Alianza Institucional de Libertad Religiosa, le dijo a BP que algunas organizaciones religiosas son colaboradoras naturales del gobierno durante las crisis aunque los fondos del gobierno no pueden ser usados para financiar servicios religiosos. Él usó la analogía de ensaladas y pastelillos de chocolate y nueces para explicar los tipos de servicio que son apropiados para que las organizaciones religiosas provean en asociación con el gobierno.

“Algunos servicios que se prestan son como una ensalada en la cual hay elementos religiosos,” dijo Carlson-Thies. “Pero estos se pueden secuenciar afuera, se pueden poner a un lado (como los ingredientes de una ensalada) y prestar el servicio de una manera que sea perfectamente correcta para sus propios estándares y llene el deseo del gobierno de no financiar intrínsecamente actividades religiosas. El entrenamiento de trabajo puede ser un buen ejemplo. La alimentación de emergencia puede ser otro.”

Otros servicios de las organizaciones religiosas son como los pastelillos de chocolate y nueces, cuyos ingredientes no pueden ser quitados sin arruinar todo el producto, dijo.

“Si la clase de servicio que se está prestando es como un pastelillo de chocolate y nueces, en el que la religión está integrada, entonces no se puede entrar a estos programas que requieren que se separen” los componentes religiosos de los seculares, dijo Carlson-Thies, quien trabajó en la oficina de la Casa Blanca de Iniciativas Religiosas y Comunidad bajo el presidente George W. Bush.

Los desastres naturales y las crisis humanitarias están entre las ocasiones cuando el gobierno y las organizaciones religiosas no deben rehuir el participar juntos, dijo Carlson-Thies.

Debido a que alguien que enfrenta una crisis posiblemente “tenga un problema de confianza, se sienta en duelo, sienta que la vida no tiene sentido,” una organización religiosa que “tome esas cosas en serio sin necesariamente predicarle a alguien podría ser muy útil para alguien que realmente esté buscando guía espiritual,” dijo Carlson-Thies.

Durante la crisis de la inmigración de niños, el gobierno ha encontrado oportunidades sustanciales para asociarse a organizaciones religiosas. A pesar de los reportes de riesgos de salud y la alegada mano dura de la restricción de seguridad en los albergues de BCFS, la organización ha recibido más de $280 millones en subsidios federales desde diciembre para cuidar a los niños inmigrantes, reportó TIME. La Oficina Federal de Reasentamiento de Refugiados pidió en marzo a Hogares Bautistas de Niños de Georgia y a Ministerios de Familia si podían ayudar a cuidar la oleada de niños, reportó el Atlanta Journal-Constitution.

UNA LARGA HISTORIA

Tales asociaciones no son nuevas. Durante la Guerra Civil y la Reconstrucción, numerosas organizaciones religiosas de socorro ayudaron al gobierno a cuidar a los soldados y a reconstruir comunidades dañadas, le dijo a BP en comentarios escritos el equipo de abogados padre e hijo de Michael y Jonathan Whitehead. En 1905 el Congreso contrató los servicios de la Cruz Roja para que proveyera ayuda en desastres en EE.UU., y los ciudadanos estadounidenses contribuyeron con cerca de $785 millones a la Cruz Roja durante la Segunda Guerra Mundial.

El presidente Clinton firmó un proyecto de ley en 1996 que le permite a los estados enlistar organizaciones religiosas para que ayuden a proveer servicios sociales básicos, un programa conocido como “elección de beneficencia.” La administración George W. Bush creó la Oficina de Iniciativas Religiosas y Comunidad para expandir oportunidades para que los grupos religiosos solicitaran subvenciones y proveyeran servicios básicos. Muchas de las iniciativas de Bush fueron continuadas bajo la administración del presidente Obama.

El sitio web del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) explica que las organizaciones religiosas pueden recibir subsidios federales en tanto que el dinero del gobierno “no esté siendo usado para sostener actividades inherentemente religiosas como instrucción religiosa, cultos o proselitismo como parte de los programas o servicios financiados con fondos directos de ayuda de HHS.”

Carlson-Thies señaló que la administración Bush comenzó una iniciativa que permite que los programas religiosos de tratamiento de drogas sean financiados a través de vales, un programa que continuó bajo el presidente Obama y cae bajo las directrices de constitucionalidad de la Corte Suprema de EE.UU.

“Los proveedores religiosos no tienen la garantía de que obtendrán un subsidio con fondos públicos, pero ellos deben tener la garantía de igualdad de oportunidad para competir por fondos públicos, sin ser favorecidos ni penalizados exclusivamente por su carácter religioso,” dijo Jonathan Whitehead.

PELIGROS DE LA ASOCIACIÓN

Michael Whitehead, quien durante largo tiempo ha aconsejado a las iglesias y a las beneficencias, advirtió que aun con las regulaciones del gobierno de proteger las organizaciones religiosas, asociarse con el estado tiene riesgos.

“La dependencia de fondos públicos puede ser un grave peligro,” dijo Michael Whitehead. “Quizá no haya ataduras hoy, pero si el gobierno pone condiciones algún día, ¿se puede usted permitir decir no a los fondos públicos [en ese momento] y continuar en su línea de negocios? Es mejor decirle no desde el principio que volverse adicto a los fondos públicos que traerán presión para hacer concesiones a las convicciones personales para poder mantener el flujo de caja.”

Una organización que parece haber tenido tal presión fue Sunrise Children’s Services (Servicios amanecer para niños), un ministerio afiliado a la Convención Bautista de Kentucky. A finales del año pasado el presidente de la organización, Bill Smithwick, recomendó cambiar las prácticas de contratación de personal de Sunrise que van en contra de emplear homosexuales practicantes.

En ese momento, Smithwick les dijo a los directivos de Sunrise: “Una iglesia u organización religiosa puede emplear a todos los cristianos e imponerles sus estándares, pero no puede aceptar dinero estatal o federal. Sunrise no puede hoy llenar las necesidades de los niños abusados o desatendidos sin la asistencia pública.”

Smithwick renunció en diciembre de 2013 en medio de la desaprobación de los bautistas de Kentucky de su propuesta de política de contratación de personal.

Carlson-Thies dijo que hay retos para los grupos religiosos que se asocian con el gobierno aun cuando no haya dinero del gobierno involucrado. Por ejemplo, obtener licencia del gobierno para servir al público en diversas capacidades puede requerir que los grupos cumplan las políticas antidiscriminatorias de LGBT, dijo.

Es un “tiempo de desafío para estas asociaciones sea que tomen dinero o no,” dijo Carlson-Thies.

Pese a eso Stice de SBTC sigue optimista acerca de responder al pedido del gobierno para dar alivio en desastres.

El gobierno “no interfiere en nuestro camino,” dijo Stice. “Nosotros no trabajamos para ellos. No estamos asentados en edificios del gobierno. Nosotros hacemos nuestro ministerio, el cual solamente se asienta en iglesias bautistas locales y busca llenar las necesidades de aquellos que han sido afectados por un desastre.”
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David Roach es jefe nacional de corresponsales de Baptist Press, el servicio de noticas de la Convención Bautista del Sur.

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  • Por David Roach