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EDITORIAL (Luis R. Lopez): Correr hacia los problemas y la frontera


NASHVILLE (BP) — En la vida enfrentamos problemas. Unas veces, estos son inevitables. Otras veces, los creamos nosotros mismos. La verdad es que pudiéramos definir el camino de la vida como uno en donde encontramos diversos problemas. A veces, descubrimos más problemas de los que quisiéramos enfrentar. Sin embargo, nuestra actitud hacia ellos tiene mucho que ver con el grado de sabiduría con que vivimos.

La actual crisis humanitaria de casi 60.000 niños inmigrantes en la frontera es un claro ejemplo de cómo muchos líderes políticos de nuestra nación han corrido de este problema en vez de enfrentarlo o correr hacia el. Ciertamente la situación es compleja y contiene varias ramificaciones con antecedentes. El problema crece día a día y la crisis humanitaria continúa. Por un lado, unos quieren ahora extraditar inmediatamente a estos niños sin hacer ningún tipo de análisis y sin mirar las consecuencias. Lo que no entienden es que esto puede ser lo peor que le puede pasar a estos menores. Algunas de las razones por la que esta crisis se ha creado son la violencia, las pandillas y la pobreza que enfrentan los países desde donde vienen. También es cierto que muchos padres centroamericanos saben que la política extraoficial del gobierno americano es la de no extraditar a niños. Esto se fundamenta en la ley aprobada en el año 2008 cuando el presidente Bush estaba en Washington. En aquel entonces, demócratas y republicanos se pusieron de acuerdo para poner en práctica una ley que nos protegiera contra el tráfico de seres humanos. Ahora, algunos quieren cambiar la ley. Lo que muchos no ven es el problema mayor del sistema migratorio que no está funcionando y el fracaso de la seguridad fronteriza. Este elefante rosado de nuestra sociedad se pone una vez más de manifiesto. La pregunta es si esta vez los líderes políticos de nuestro país correrán hacia estos problemas o seguirán huyendo de ellos.

Esto me lleva a pensar en mi vida personal. Me hace reflexionar sobre asuntos con los cuales lucho. Esto incluye todas las esferas: individual, familiar, ministerial, laboral y social. Cuando veo un problema que me afecta o concierne, ¿qué hago? ¿Trato de ignorarlo o taparlo pensando que el tiempo mismo lo solucionará? No sé en cuanto a usted, pero en mi experiencia personal son muy pocas las situaciones en donde el tiempo se ha encargado de resolver estos asuntos. Al contrario, más bien esta actitud los ha agravado o profundizado. Otras veces tratamos de no darle tanta importancia a estas situaciones haciéndonos creer que no vale la pena esforzarnos en resolverlos. Nos hacemos la vista gorda. La verdad es que esta actitud es tan dañina como la anterior ya que manifiesta el grado de miopía con que vemos las cosas o los asuntos que enfrentamos. ¡Oh, Señor , ayúdanos a mirar con valentía cualquier situación que tengamos por resolver hoy. No permitas que huyamos de ella!

El líder sabio enfrenta los problemas. Los reconoce y hace conciencia de ellos. Va más allá. Se mueve hacia la búsqueda de una solución. Cuando Dios creó a Adán y Eva y vio que pecaron decidiéndose apartar de los propósitos eternos, este inició un proceso a través del cual podría restablecer su comunión con ellos. Se involucró en la situación. No miró alrededor y dijo: “ahora sí, a salir corriendo de acá.” Muchos menos tomó la actitud de “el tiempo lo resolverá” o “que ellos se la arreglen.”

En relación a la situación de los niños inmigrantes, aplaudo la acción de líderes de nuestra convención como su actual presidente, Ronnie Floyd y el presidente de la comisión de ética y libertad religiosa, Russell D. Moore, al visitar la región junto a otros líderes regionales en días recientes. Desde allí animaron a los líderes del gobierno a abordar con mayor celeridad y seriedad este problema. Por otro lado, ver la compasión de algunas de nuestras iglesias en Texas, New Mexico y en otras partes actuar proactivamente ha sido ejemplarizante y edificante. La forma es que están ministrando a estos es loable y merecen nuestro apoyo. Eso es redoblarse las mangas y decir “existe un problema y quiero ser parte de la solución”.

La búsqueda de Dios en oración trae avivamiento. La oración del profeta Habacuc nos recuerda “Oh, Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia” Hab. 3:2. Un liderazgo sabio es impulsado a actuar cuando percibe o ve en el camino problemas que enfrentar. No se esconde del problema. No busca minimizarlo. Mucho menos ignorarlo. Lo abraza y con la ayuda de Dios busca resolverlo o ser parte de la solución.
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. http://www.LifeWay.com/espanol.

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