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JFK, Graham y los momentos irrecuperables


TAYLORS, S.C. (BP) — Han pasado 50 años desde ese trágico día en Dallas cuando las balas de un asesino terminaron la vida del 35º presidente de nuestra nación John F. Kennedy. Su muerte sigue siendo uno de los momentos más oscuros de la historia de nuestra nación.

Todos los que eran suficientemente adultos en ese momento todavía recuerdan dónde estaban cuando oyeron la noticia en 1963. Pero a medida que pasamos la línea de los 50 años de esta tragedia, también reconocemos otra figura famosa del siglo XX. Este mes, Billy Graham celebró su 95º cumpleaños. Ya ustedes conocen a estos dos hombres entre las figuras más grandes de la historia de los tiempos recientes, pero lo que posiblemente ustedes no saben es su cercana asociación y un seguro “momento irrecuperable” que ellos compartieron antes de la muerte de Kennedy.

A principios de los 60s la mayoría de nuestro país le tenía cariño a JFK. Todavía sigue siendo uno de los presidentes más populares de todos los tiempos. Él promedió un 70 por ciento de índice de aprobación durante su tiempo en función. Esos fueron los días de “Camelot,” y a pesar de algunos asuntos apremiantes mundiales entre los que estuvo el inicio del conflicto de Vietnam, los tempranos 60s fueron vistos como una gran era.

Todo esto cambió el 22 de noviembre de 1963. De hecho, ese horrífico día sirvió de marcador de una mucho más deprimente era en nuestro país con muchos más asesinatos por venir, la intensificación de la violencia en Vietnam, el doblaje de la tasa del crimen y la era de las drogas a la vuelta de la esquina.

Billy Graham había conocido a JFK antes de que ganara la presidencia en 1960. Después de la victoria de Kennedy, Graham dejó en claro que él haría cualquier cosa para ayudar al nuevo presidente a unificar la nación bajo su liderazgo. Solamente unos pocos días antes de la toma de posesión, Graham fue invitado a jugar golf con el presidente electo. Los dos hombres disfrutaron una conversación acerca de eventos mundiales y política, pero Graham fue más apasionado sobre su discusión sobre Jesucristo y su pendiente regreso a la tierra por aquellos que lo siguen.

Kennedy estaba tan intrigado con la discusión que solicitó reunirse de nuevo con Graham en relación a Cristo.

Ellos continuaron estando en contacto a través de la presidencia de Kennedy y estuvieron juntos en febrero de 1963 en el Desayuno del Día Nacional de Oración. En la autobiografía de Billy Graham, “Tal como soy,” él comparte sus recuerdos de los eventos de esa mañana.

Después de la reunión, Kennedy y Graham caminaron juntos hacia la caravana presidencial en ese particular y nevado día. Repentinamente el presidente dejó de caminar, se volvió e invitó a Graham de vuelta a la Casa Blanca para poder discutir algo con él. Pero Graham estaba luchando con la gripa. Temiendo contagiar al presidente, declinó y le preguntó si podían reunirse en otra ocasión.

El presidente estuvo de acuerdo en esperar una ocasión más conveniente. Pero ese momento nunca llegó. Para Graham, este momento va a estar siempre con él. En su libro escribió: “Su vacilación a la puerta del carro, y su petición, me persiguen todavía. ¿Qué había en su mente? ¿Debí haber ido con él? Fue un momento irrecuperable.”

Hoy en día, Billy Graham todavía está hacienda que su vida cuente para el evangelio del Rey Jesús. A principios de este mes en ocasión de su 95º cumpleaños el publicó tal vez su último sermón para el mundo titulado: “La Cruz.”

Es la parte central de su campaña titulada “Mi esperanza América con Billy Graham.” Este mes miles, y posiblemente millones, de personas verán su mensaje final en televisión, computadoras y dispositivos portátiles. Billy Graham sabe el valor de sacar ventaja de cada momento. Es admirable que un hombre tan amado, que dedicó toda su vida a esparcir el evangelio, todavía recuerde esta oportunidad de hablar de Cristo.

Hace 50 años el asesinato de JFK le recordó a nuestra nación que el mal nunca toma un sabático y que el tiempo vuela. El apóstol Pablo creyó en “Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos.” (Efesios 5:16 DHH). Qué desafío es esto para todos nosotros. Como seguidores de Cristo no debemos darnos por satisfechos hasta que tomemos todas las oportunidades de compartir el amor de Cristo. Así que ¿quiénes son los miembros de la familia, amigos o conocidos en cada una de nuestras vidas que parecen abiertos a hablar de Cristo? Porque ciertamente hoy es un momento irrecuperable para todos nosotros.
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Douglas W. Mize es ministro de evangelismo y discipulado en Taylors (S.C.) First Baptist Church.

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  • Por Douglas W. Mize