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Prohibición de abortos tardíos propuesta a nivel nacional


WASHINGTON (BP) — La más reciente respuesta del Congreso al grotesco caso de Kermit Gosnell es una propuesta de prohibición a nivel nacional de procedimientos tardíos como los que el doctor de Philadelphia realizaba regularmente.

El representante Trent Franks, republicano de Arizona, anunció el 17 de mayo que él expandiría el alcance de este proyecto de ley para prohibir nacionalmente los abortos en bebés de 20 semanas o más después de la fertilización. La legislación de Franks, la Ley de Protección al Niño Nonato para que No Experimente Dolor, prohibiría los abortos en esa etapa del desarrollo ante la evidencia de que un niño en el vientre experimenta dolor a esas alturas.

El anuncio de Franks llegó cuatro días después de que un jurado de Philadelphia declarara culpable a Gosnell de la muerte en primer grado de tres bebés nacidos vivos además de 21 cargos por la violación a una prohibición estatal de abortos después de las 24 semanas de gestación. Gosnell, 72 años, recibió tres sentencias consecutivas de cadena perpetua sin libertad bajo fianza por las condenas de asesinato.

Además, el congresista anunció su enmienda solamente tres días después de que las organizaciones pro-vida comenzaran a divulgar reportes sobre la horripilante práctica de abortos tardíos por parte de un médico de Houston, Douglas Karpen. El testimonio de los testigos presenciales provisto por exempleados de Karpen reforzó las aseveraciones hechas por lo pro-vida de que Gosnell es solamente uno entre el número de doctores desconocidos en EE.UU. que realizan abortos ilegales tardíos y/o matan infantes nacidos vivos o los dejan morir sin cuidado médico.

El caso Gosnell, dijo Franks, “conmocionó la sensibilidad de millones de estadounidenses. Sin embargo, el aplastante hecho es que esos abortos en bebés como los que mató Kermit Gosnell han estado sucediendo cientos de veces al día, cada día, durante los pasados 40 años.”

“A sabiendas, someter a nuestros inocentes niños nonatos a desmembramiento en el vientre, particularmente cuando se han desarrollado al punto de poder sentir intenso dolor en cada terrible momento de antesala a su inmerecida muerte, contradice todo lo que un estadounidense ha sido llamado a ser,” dijo Franks en una declaración escrita.

Los líderes pro-vida aplaudieron la decisión de Franks de expandir el alcance de su legislación.

El especialista en ética de los bautistas del sur, Richard Land encomió a Franks por darle atención a la “humanidad de los niños nonatos. Hay evidencia científica extremadamente convincente de que los niños nonatos sienten dolor cuando son quemados vivos en soluciones salinas abortivas y cuando son hechos pedazos a través de otros métodos de aborto.”

Land es presidente de la Comisión de Libertad Religiosa y Ética.

Franks previamente había introducido el proyecto como una prohibición que afectaba solamente el Distrito de Columbia, sobre el cual la Constitución de EE.UU. le ha otorgado al Congreso autoridad. El año pasado, Franks auspició una prohibición similar en D.C. pero no pudo ganar la aprobación del Congreso. La Casa de Representantes votó 220-154 por su medida, pero requería una mayoría de dos tercios bajo la regla por la que llegó a votación.

Nueve estados han implementado prohibiciones similares a la propuesta de Franks, de acuerdo al Comité Nacional de Derecho a la Vida.

En otra iniciativa pro-vida, el representante Chris Smith, republicano de New Jersey, introdujo el 14 de mayo un proyecto de ley que prohibiría todo financiamiento federal para los abortos electivos. Land lo llamó “una respuesta de sentido común para ayudar a asegurar que el gobierno federal no le asigne dólares de los contribuyentes a esta vía ofensiva.”

En el caso Gosnell, los tres niños a quienes él fue acusado de matar fueron solamente algunos de los cientos de por lo menos seis meses de gestación que fueron asesinados afuera del vientre después de un alumbramiento inducido en una clínica criticada por sus condiciones insalubres e inseguras, de acuerdo al reporte de 281 páginas emitido por un gran jurado en 2011. Gosnell, quien destruyó los registros de la mayoría de esas muertes, o un colega típicamente mataba a los niños vivos con una técnica que él llamaba “el tijeretazo” — hincando las tijeras en la parte trasera del cuellos del bebé y cortando la médula espinal.

En video, tres extrabajadores de Karpen describieron las muertes de niños nacidos vivos que involucraban al doctor retorciéndoles el cuello, clavándoles instrumentos en el estómago o en la parte suave de la cabeza, insertándoles los dedos a través de la garganta de los bebés y partiéndoles la médula espinal. Un exempleado testificó que Karpen practicó abortos pasadas las 24 semanas de gestación.
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Tom Strode es el jefe de la oficina de Washington para Baptist Press.

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  • Por Tom Strode