CIUDAD DE NUEVA YORK (BP)- Una mujer anciana tenía miedo de abrir la puerta. Sola en la oscuridad de su apartamento en el 23º piso del complejo habitacional gubernamental Fulton en el Parque Chelsea, días después del paso del Huracán Sandy, no estaba acostumbrada a recibir ayuda.
Pero Gallery Church en Manhattan estaba dispuesta a ayudar. Cliff Mills, el líder ministerial, subió las escaleras hasta el 23º piso el 1º de noviembre para llegar hasta la mujer anciana, una de docenas cuya frágil salud les impidió evacuar el edificio, los elevadores se quedaron sin energía eléctrica por los apagones.
“No había visto a nadie en tres días. No tenía energía eléctrica desde la noche del lunes y fuimos los primeros en llegar hasta su apartamento, así que no había visto a nadie desde el huracán,” dijo Mills. “La gente se asusta y no sabe quién está detrás de esa puerta. Cuando al fin abrió la puerta, vio lo que queríamos darle. Estaba muy agradecida y nos dio una lista de algunas otras cosas que ella necesitaba. Pudimos regresar hoy mismo con esa lista y le dimos algunas cosas más que necesitaba.”
Mills, uno de los miembros de Gallery Church por ya tres años, dirige un ministerio evangelístico para jóvenes en el Parque Chelsea, una comunidad a la que la iglesia ha adoptado como ministerio.
“No nos aparecimos hasta luego de dos días después del huracán y fuimos los primeros que ellos vieron. Eso te muestra el poder de la iglesia local. Usualmente en una situación como esta la iglesia local es la primera en el escenario. Fuimos los primeros en responder,” dijo Mills. “Es simplemente asombroso que hay tanta gente en ese complejo habitacional que no han visto a nadie más que a nosotros. Eso me sorprendió y me abrumó.”
Freddy T. Wyatt, el pastor de la iglesia bautista del sur Gallery Church movilizó a 20 voluntarios, casi un tercio de su membresía de 70, para explorar los apartamentos en el Parque Chelsea y en los barrios de Stuyvesant Town, buscando a aquellos en necesidad, y extendiendo su esfuerzo hasta el viernes para incluir dos áreas más.
“Hemos encontrado a docenas de ancianos. Algunos no habían tenido ningún contacto con alguien antes que nosotros, desde que llegó la tormenta. Encontramos a algunos que se estaban quedando sin comida, algunos que se estaban quedando sin agua y algunos que necesitaban su diálisis, y pudimos conectarlos de emergencia,” dijo Wyatt. “Somos un lugar central con energía eléctrica, y pudimos distribuir a la gente entre diferentes lugares.”
Wyatt se está enfocando en proveer para las necesidades de alimentos, agua y medicinas para aquellos que sufren, y así buscan oportunidades para compartir el Evangelio.
“Creo que las oportunidades para compartir el Evangelio tendrán lugar a futuro en lugar de inmediatamente después de la tormenta,” dijo. “La urgencia actual es encontrar las necesidades inmediatas, de vida o muerte. Pero en el Parque Chelsea ya tenemos una estación de oración donde estamos orando activamente con la gente del barrio. A partir de esto, habrá oportunidades para compartir el Evangelio.
“La ayuda que estamos proveyendo abrirá la oportunidad de compartir el Evangelio por lo menos durante los próximos dos años, creo,” dijo Wyatt.
Él estableció un fondo de ayuda por el huracán Sandy en la página de internet de su iglesia donde ya ha recibido $7,000, con lo cual ayudará a una familia de la iglesia, Wayne y Erin Burton, quienes perdieron su casa y 95 por ciento de sus posesiones en Jersey City debido a la tormenta.
“Nuestra prioridad en ese fondo es ayudar a los Burton a remplazar todo lo que han perdido,” dijo Wyatt. La mayoría de su membresía está a salvo, dijo, aunque quizá una docena no cuenta con energía eléctrica. El edificio de su iglesia está justo en el límite de la falta de energía eléctrica y la perdió durante un día solamente. El sótano del edificio de apartamentos donde él vive está inundado y todo el edificio no tiene electricidad, lo que le ha forzado a quedarse en un hotel en Manhattan.
La devastación ha impreso en Wyatt la importancia de la iglesia local, a menudo en la mejor posición para responder ante los barrios con necesidades.
“Anoche escribí en Twitter que Sandy nos ha mostrado por qué sería muy bueno tener una iglesia en cada cuadra de la Ciudad de Nueva York,” dijo, “porque las necesidades son tan vastas. Hay 66,000 personas por cada milla cuadrada en Manhattan y realmente necesitas iglesias en cada esquina para poder adueñarse de sus barrios.”
“Dios ha sido muy bondadoso en ayudarnos a procesar todo lo que está pasando y armar un plan claro y cohesivo hoy para movilizar a la gente para que satisfaga algunas de las necesidades más críticas en Manhattan,” dijo Wyatt.
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Diana Chandler es la redactora de Baptist Press.
Para hacer una donación al fondo de ayuda para desastres contacte a las oficinas de la Convención Bautista del Sur en su estado o visite el enlace del esfuerzo de ayuda en desastres de la Junta de Misiones Norteamericanas, NAMB, en http://namb.net/disaster-relief-donations
