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Dado con los falsos profetas, Quietud


NASHVILLE, Tenn. (BP) — En la actualidad estamos acostumbrados a aceptar las imitaciones. Hay sustitutos para el café, el azúcar, las ropas de marca y hay joyas que solo un experto puede notar la diferencia entre las genuinas y las de fantasía.

Las personas que coleccionan antigüedades, muchas veces descubren que los artículos que compraron como antiguos y por los cuales pagaron una fortuna, son solamente muy buenas imitaciones.

En la actualidad también hay engañadores y falsos maestros que distorsionan la Palabra de Dios y que tratan de desviar a los cristianos de las doctrinas bíblicas que por la gracia del Señor tenemos. Estos falsos maestros diluyen la verdad del evangelio y solo piensan en sus ganancias personales.
En el capítulo anterior al pasaje bíblico que leemos hoy el apóstol Pedro hace muchas exhortaciones para permanecer firmes en la fe en Cristo. El apóstol les señala el peligro de escuchar a los falsos maestros los cuales con su hipocresía tratan de alejarlos del camino de Jesucristo.

Las características de los falsos profetas del pasado y del presente son las mismas. Ellos sienten gran pasión por la popularidad y predican lo que muchos quieren escuchar y no lo que la Biblia dice. Los falsos maestros tienen gran habilidad para presentar las mentiras como verdades. No se presentan como enemigos del cristianismo pero de una manera gradual y sutil introducen sus falsas enseñanzas. Muchas veces lo hacen secretamente con el solo propósito de conseguir seguidores.

Es cierto que existen estas personas que hacen daño y corrompen las verdades bíblicas pero no olvide que también Dios los conoce y a su tiempo los juzgará y los destruirá. Existe el peligro de quitar los ojos de Cristo, pero Dios le da la opción de permanecer firme porque la fortaleza del cristiano viene del mismo Señor a través del Espíritu Santo que está con usted y en usted.
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Este escrito fue publicado originalmente por la revista Quietud® en el número correspondiente al otoño de 2012.

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  • Por Alci Rengifo