NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a
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FRESNO, Calif. (BP) — He observado recientemente el hábito de muchos de usar palabras destructivas. En conversaciones, expresan palabras que causan mucho dolor a otros.
El Salmista expresa el sertir de mi corazón cuando declara “Sean aceptables a tus ojos mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, refugio y libertador mío.” (Salmos 19:14)RVR60 Son aceptables a Dios nuestras palabras? Muchas veces podemos contestar “si.” Pero la realidad es que muchas veces hablamos palabras que hieren, desaniman y causan profundo dolor.
En estos días es urgente escuchar algo positivo. Las palabras que hablamos pueden levantar el ánimo y espíritu de muchos. Muchas personas viven en un ambiente negativo, especialmente cuando constantemente oyen palabras negativas. Conozco personas que viven con un espíritu negativo y pido a Dios que les den dulces palabras.
La Biblia nos recuerda lo siguiente “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mateo 12:36).RVR60 Otro pasaje nos recuerda “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” (Efesios 4:29) RVR60
Que nuestras palabras sean de inspiración para la gloria de Dios.
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Fermín Whittaker es el director ejecutivo de la Convención Bautista del Sur en California. Los materiales en español publicados por esta convención se encuentran en http://www.csbc.com/languageresources.
