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COSMOVISIÓN: Los cambios que hizo el 11 de sep. en los corazones, las mentes y las misiones


NOTA DEL EDITOR: Para ver los videos, leer las anécdotas y encontrar otros recursos que exploran el legado del 11 de septiembre y la manera en que se puede alcanzar a los musulmanes con el Evangelio, visite www.lovingmuslims.com.

RICHMOND, Va. (BP)–Cuando los jets golpearon los edificios del World Trade Center, el Pentágono y un campo en Pennsylvania hace ya una década, la vida de Joseph Rose* comenzó a cambiar.

Un estudiante universitario cristiano, sabía poco sobre el islam. No conocía a un solo musulmán en persona. Su madre le llamó y le advirtió que se rasurara toda la barba, por temor a los “ataques por odio” de las personas enfurecidas que pudieran confundirlo con un musulmán.

“Me dejé la barba. Nadie me atacó,” recuerda Rose.

Mientras se disipaba el impacto inicial de los ataques del 11 de septiembre, algo dentro de Rose le impulsó a querer entender las fuerzas que agitaban al mundo. “Comencé a leer acerca del islam,” dijo. “Sabía que no todos los musulmanes eran terroristas, pero la casualidad me llevó a querer entender a ‘mi enemigo.'”

Después, consiguió un trabajo como fotógrafo en un diario en Ohio y se mudó a un apartamento ahí. Su vecino era un joven musulmán proveniente del Medio Oriente.

“Me invitó a su apartamento para tomar café y conversar. Hablábamos por horas y veíamos videos musicales de su país. Le pregunté algunas cosas sobre su país y su religión. Él fumaba. Jugaba boliche. Trabajaba en un hospital y ayudaba a su hermano a abrir una cafetería. No era un terrorista. Ni siquiera parecía ser muy religioso. Era un joven promedio.”

Durante los siguientes años, Rose conoció a más jóvenes musulmanes que eran “iguales que miles de otros jóvenes en los EE UU” –- igual de hambrientos espiritualmente, igual de necesitados del amor y misericordia de Jesucristo.

Hoy en día Rose trabaja en el departamento de comunicaciones de la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés). Él cubre las historias sobre la obra de Dios entre las naciones y continúa cultivando amistades con musulmanes.

“A través de estas experiencias y encuentros, Dios me ha llamado para dedicar mi vida a la obra con y alrededor de los musulmanes, compartiendo la vida y la Verdad con ellos,” dijo Rose. “Si no fuera por el 11 de septiembre, quizás no estaría donde estoy hoy. No hubiera visto chicos llamados Mohamed en mi lista de contactos del teléfono. No hubiera viajado a nueve países musulmanes antes de cumplir 30 años. Dios usó este trágico evento para sacarme de la oscuridad de la apatía y la ignorancia sobre los musulmanes y llevarme a la luz del servicio y la presencia entre este vasto pueblo.”

ANÉCDOTAS SOBRE EL 11 DE SEPTIEMBRE

Esta es una de las “anécdotas del 11 se septiembre. Pero hay un sin número de ellas. Cada persona respondió de manera diferente ante el ataque más sangriento que haya habido en el suelo estadounidense desde Pearl Harbor.

Las fuerzas históricas que conllevaron a los ataques del 11 de septiembre son muy claras: un odio continuo por los Estados Unidos y el Occidente entre los musulmanes radicalizados, el aumento del terrorismo como arma política, el esparcimiento de Al-Qaeda y otros grupos yihadistas, la continua pelea desde que la Unión Soviética invadió Afganistán en 1979, la reacción ante la participación de los EE UU en la primera Guerra del Golfo Pérsico, el apoyo de los EE UU para Israel. Y la lista sigue y sigue.

Sin embargo, es mucho más difícil de discernir el impacto espiritual a largo plazo de este evento en las misiones internacionales. Los obreros cristianos han enfrentado hostilidad desde el inicio del movimiento misionero evangélico. A menudo se han encontrado entre fuego cruzado de guerras y cambios violentos. Pero el 11 de septiembre le añadió una nueva faceta al reto.

O, quizás, una nueva consciencia de la realidad mundial.

“La gente dijo que el mundo cambió después del 11 de septiembre,” señaló un movilizador de misiones de la IMB. “No creo que sea cierto. Nosotros como estadounidenses fuimos forzados a lidiar directamente con lo que el resto del mundo ha lidiado por años. Por primera vez en años, la batalla estaba en nuestro territorio, en nuestra puerta, afectando a nuestro pueblo de una manera que no pudimos ignorar al aislarnos de los eventos mundiales.”

¿UNA ERA DE TERRORISMO O UNA OPORTUNIDAD?

Pudiera ser que el mundo no cambió, pero la manera en que reaccionamos sí cambio, seguramente.

“Es interesante que hemos resumido todo este evento dentro de la expresión ’11 de septiembre,'” dijo Randy Rains, un ex misionero en el mundo musulmán, y ahora vicepresidente asociado para vida y formación espirituales. “Se ha convertido en parte de nuestro vocabulario y cosmovisión, una señal histórica que nos cambió la vida –- antes del 11 de septiembre o después del 11 de septiembre.

“El 11 de septiembre fue el evento que oficialmente nos llevó a la ‘era del terrorismo’ en la cultura estadounidense. Ha hecho brotar lo mejor y lo peor en nosotros, lo cual es a menudo el caso con estos eventos catastróficos de la historia.”

El mundo misionero está más alerta sobre la amenaza del terrorismo, añadió Rains. Los ataques en contra de los misioneros no son nada nuevo. Pero muchas agencias misioneras ahora entrenan a su personal para que manejen la posibilidad de los ataques terroristas o situaciones donde se encuentren como rehenes.

No hay una “talla única” en cuanto a la seguridad. Lo que funcione depende del ministerio, de su ubicación y las amenazas potenciales. Los obreros misioneros y las iglesias involucradas en misiones son más cautelosos en su programación, viajes y contactos. Son cuidadosos en la manera en que comparten (y con quién comparten) nombres, información sobre el ministerio y el grupo a quien sirven. Incluso son más cuidadosos al enviar correos electrónicos y usar el internet, el gran megáfono mundial.

El lado negativo: la comunicación abierta, sin filtros, con las iglesias que apoyan la misión y sus aliados ahora es más difícil. Eso hace que la movilización misionera efectiva sea un mayor reto.

A pesar de tales realidades, Rains cree que la llamada “era del terrorismo” se ha convertido en una “brillante oportunidad” para comprometerse con el Evangelio y el mundo musulmán—si los cristianos responden fielmente.

El 11 de septiembre ha hecho que los estadounidenses evangélicos estén “más conscientes del islam y más comprometidos para intentar alcanzar a los musulmanes,” dijo Clyde Meador, vicepresidente ejecutivo de la IMB y quien sirviera por muchos años en áreas densamente pobladas con musulmanes. “Ha abierto las puertas para la obra de la IMB en lugares donde no se abrirían de otro modo, incluyendo partes del mundo donde anteriormente el alcanzar a los musulmanes era una idea de último minuto, cuando mucho.”

Jim Haney, director de investigación global en la IMB, va más allá. “No creo que estamos en una era del terrorismo,” dijo. “Estamos en una era de oportunidad. Cada cristiano necesita decidir cómo va a responder ante los musulmanes. ¿Cómo respondería Jesús? Hoy en día la reacción más grandiosa es llevar el evangelio a los musulmanes.”

Un obrero veterano del trabajo entre musulmanes concuerda con lo anterior.

“En 19 años, no he visto la apertura que estamos viendo ahora,” reportó. “Nunca hemos tenido problemas hablando con los musulmanes acerca de Jesús, pero definitivamente hemos visto a musulmanes hacer preguntas que no se hacían antes del 11 de septiembre… Sin duda alguna, hoy los musulmanes están más abiertos a otras ideas, en particular al Evangelio. ¿El 11 de septiembre ocasionó esto? No. [Pero] en el gran panorama de la historia mundial, el 11 de septiembre fue una pieza importante en el engranaje. Los gobiernos y las instituciones religiosas no pueden controlar el flujo de información tan fácilmente.

“Hoy, la ‘primavera árabe’ [movimiento de reforma] está siendo impulsada por una generación más joven de árabes que están hambrientos de un cambio. Más profundamente, están hambrientos de esperanza. Es en este hueco donde encaja el Evangelio.”

EL FACTOR TEMOR

Para responder efectivamente ante la oportunidad emergente entre más de mil millones de musulmanes en el mundo, necesitamos lidiar con la barrera que existe en nuestro interior: el temor.

Los ataques del 11 de septiembre traumatizaron a los estadounidenses, y las iglesias no fueron la excepción. Al inicio, muchas congregaciones retiraron su apoyo internacional. Algunos les pidieron a sus misioneros que regresaran a casa. Incluso hoy en día, hay más presión de las familias para sacar a los misioneros del campo “si las cosas se ponen difíciles,” según dijo un obrero en el Medio Oriente.

Las emociones que desató el 11 de septiembre han “avivado la sospecha, el temor y las críticas en los corazones de muchos evangélicos,” dijo Mike López, director de movilización estudiantil en la IMB. “Para otros, ha creado una sensación de emergencia en la tarea de alcanzar a los seguidores del islam. Los estudiantes universitarios no han vacilado en su respuesta ante las naciones. Si acaso, ahora están más apasionados que nunca antes acerca de alcanzar a los musulmanes. También hay un aumento en la cantidad de aquellos que se han comprometido a servir en el mundo musulmán.”

Unos días después de los ataques, los estudiantes voluntarios seguían dispuestos a servir, pero muchos de sus padres y pastores se negaron a dejarlos ir al extranjero. La diferencia generacional salió a la luz en varias ocasiones.

“La semana del 11 de septiembre tuvimos [tres nuevos misioneros] programados para llegar a su campo misionero,” recuerda un obrero de la IMB que sirvió en el Medio Oriente. Uno estaba en sus veintes, un misionero temporal, los otros dos eran una pareja casada, de edad mediana.

“El misionero temporal llegó a tiempo, pero la pareja canceló. Estábamos trabajando con muchos misioneros temporales y el factor temor parecía ser muy grande entre sus padres pero no tanto para ellos.”

Otra ex misionera recuerda la noche en que ella y su esposo hablaron ante una iglesia estadounidense sobre su ministerio entre los musulmanes. “Este tiempo informal se convirtió rápidamente en voces molestas exigiéndonos, ‘¿Cómo pueden amarlos? ¿Cómo pueden confiar en ellos? ¿Cómo se atreven?'” dijo ella. “Afortunadamente, esa fue una excepción, pero creo que reflejó el corazón del pastor de otros líderes del ministerio. Me entristeció mucho.”

Pero ella también tiene héroes: los obreros misioneros que hubieran podido regresar a casa luego del 11 de septiembre o mudarse a lugares “más seguros.”

“Nadie quería,” dijo. “Reconocieron al 11 de septiembre por su significado espiritual y se quedaron por las oportunidades que iban a tener para hablar más abiertamente con amigos musulmanes y vecinos. Sus familias en los Estados Unidos también son mis héroes, como mis padres. Incluso cuando no podían entender porqué no queríamos regresar a casa, confiaron en mí y en el Señor.”

Entre los bautistas del sur, por lo menos, el número de misioneros no disminuyó debido al 11 de septiembre. Muchos candidatos marcharon hacia adelante declarando que Dios les llamaba a seguirle a un área peligrosa del mundo. Lo único que detenía a algunos de ellos: la baja en las ofrendas a las misiones en tiempos de crisis económica.

UN PASO ADELANTE

También muchas iglesias han dado pasos adelante.

Phil Nelson, ex misionero y ahora movilizador de iglesias en la IMB, recuerda unirse al personal ministerial de una iglesia en Tennessee un año antes del 11 de septiembre.

“Nuestro pastor había lanzado una visión sobre la Gran Comisión y estábamos comenzando a experimentar el reavivamiento misionero,” recuerda Nelson. “Y entonces ocurrió el 11 de septiembre. En medio de nuestra incertidumbre como país, [nuestro pastor] dijo que no era el momento para emprender la retirada. Pasamos de no tener obra enfocada en los musulmanes antes del 11 de septiembre a aliarnos con la IMB para involucrarnos con varios grupos musulmanes. Para el 2006, la mitad de nuestros 39 viajes programados al extranjero, eran a áreas de musulmanes.”

En el Oeste de África, continúa produciendo frutos un gran empujón para movilizar iglesias bautistas del sur y llevar el Evangelio a los pueblos que no lo han escuchado. “Donde prevalece más el islam, las iglesias han continuado yendo, adoptando el idioma, la cultura, las dificultades físicas y los peligros potenciales,” dijo un líder misionero de la IMB. “Hay tantas iglesias maravillosas, de todos tamaños, que sin temor están involucrándose con grupos musulmanes desde el 11 de septiembre… desde Mali hasta Nigeria.”

Nunca olvidaré a Darell O’Berry, un voluntario de mi propia iglesia. Pintor de casas por profesión, se anotó para ir a un viaje misionero a un país musulmán justo a un mes del 11 de septiembre. Después de los ataques, le pregunté si quería cancelar. Me miró, sonrió y dijo, “Yo quiero ir.”

Ese es el espíritu que necesita la iglesia en la era posterior al 11 de septiembre. Son sabias las precauciones de seguridad, pero nadie –- y menos aún el Salvador a quien seguimos—promete completa seguridad cuando estamos a Su servicio.

“Seguir la voluntad de Dios puede no parecer algo muy seguro. Pero es todo un hecho que es algo correcto,” dijo un obrero internacional. “Y allí es donde quiero estar.”

Ocho obreros bautistas del sur han muerto en ataques relacionados con el terrorismo del 11 de septiembre. Todos estaban conscientes del riesgo de su trabajo, y aún así eligieron servir. El llamado de Dios es incondicional; ellos respondieron incondicionalmente.

Una de ellos, Karen Watson, fue asesinada por un pistolero en Irak en el 2004. Antes de salir de los Estados Unidos, escribió una carta a sus pastores. La puso en un sobre cerrado y la marcó “Abrir en caso de muerte.” Una parte de la carta dice lo siguiente:

“Cuando Dios llama no hay remordimiento. Yo intenté compartir mi corazón contigo tanto como fuera posible, mi corazón por las naciones. No fui llamada a un lugar; fui llamada a Él. Obedecer era mi objetivo, esperaba el sufrimiento, Su gloria es mi recompense…”
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* Este nombre fue cambiado. Erich Bridges es un corresponsal global de la IMB.

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  • Por Erich Bridges