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DEPORTES: En la Copa Mundial, la defensa de EE. UU. encontró propósito sentada en la banca


BOSTON (BP)–Stephanie Cox, miembro del equipo de EE. UU. pasó mucho de su tiempo en la banca durante la Copa Mundial para Mujeres en Alemania.

La falta de tiempo de juego — ella jugó en dos de los seis partidos del equipo, un total de 67 minutos — fue frustrante. Pero también le sirvió como recordatorio a Cox de la responsabilidad hacia sus compañeras, no importa cuánto estuviera ella en la cancha.

Cox, defensa, comenzó a ver “que Dios me tenía allí con un propósito mayor a que yo me luciera en mi deporte, o solamente ganar o perder. Era más acerca del efecto que yo pudiera tener en mis compañeras. Mi responsabilidad es mostrarles Cristo a ellas.”

Cox dijo que trató de ovacionarlas en voz alta, apoyarlas y animarlas a perseverar a través de la competencia. Al hacerlo, esperaba que ellas pudieran ver su amor por ellas — y el amor de Cristo en ella — brillando.

“La eternidad vale más que jugar cada partido,” dijo Cox.

Oriunda de Elk Grove, California, Cox creció en un hogar cristiano y fue miembro de First Baptist Church (Primera Iglesia Bautista) allí afiliada a la Conferencia Bautista de Norte América. Hizo profesión de fe cuando era muy jovencita e hizo varios viajes misioneros con su familia como una joven.

A medida que crecía y se involucraba más en el futbol, Cox a menudo luchaba imaginándose cómo el deporte podría calzar en su vida como cristiana. “¿Cómo podría Dios usar su papel como futbolista?” se preguntaba.

Muchas veces se preguntó durante la secundaria si el futbol competía con su relación con el Señor. Su compromiso con el deporte frecuentemente causaba que ella faltara a los eventos del grupo de jóvenes u otras actividades de la iglesia. Pero cuando comenzó su carrera universitaria en la Universidad de Portland, descubrió algo importante en cuanto a la conexión entre el futbol y su fe.

“Cuando fui a la universidad, algunas otras chicas del equipo eran cristianas, y me di cuenta que se puede encontrar una comunidad de cristianos en cualquier lugar que estés,” dijo Cox, quien juega profesionalmente para las Boston Breakers. “He estado tratando de buscar comunidades en mis equipos desde entonces. Eso es un ánimo a mi fe y a mi relación con Dios — debido a que a menudo no puedes asistir a la iglesia los domingos.”

Durante su tiempo en Alemania como parte del equipo de EE. UU., Cox dijo que pudo ver maneras en las cuales Dios se estaba moviendo en su equipo. Ella y varias compañeras de equipo con frecuencia oraban por la unidad del equipo, y Cox dijo que sintieron que Dios las estaba uniendo.

“Estábamos muy agradecidas de que él estuviera escribiendo una historia más grande que la que nosotras podíamos tener,” dijo Cox.

Tenían estudios bíblicos regulares, y un domingo se reunieron para cantar cantos de adoración y escuchar un sermón online.

El resultado del torneo fue desconsolador para Cox y sus compañeras, quienes perdieron ante Japón en el juego de campeonato. Pero Cox dijo que la experiencia de la Copa Mundial les ha dado a las mujeres más exposición — y a ella y a otras compañeras cristianas una mayor plataforma para hablar de su relación con Cristo.

“Así que aunque perdimos, me siento honrada de ser parte de un equipo que tanta gente estuvo viendo y al que tanta gente le puso atención,” dijo Cox. “Casi me sentí como si hubiéramos ganado, en cierta manera.”
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Tim Ellsworth es editor de BPSports (www.BPsports.net) y director de noticias y relaciones de la media en Union University en Jackson, Tennessee.

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  • Por Tim Ellsworth