NASHVILLE, Tenn. (BP)–Uno de los regalos más maravillosos que disfrutamos los hijos de Dios es el libre acceso a nuestro Padre celestial. Sin intermediarios. Cero comisiones. Nada de ayudas adicionales o favores a terceros para entrar en Su presencia. Romanos 5: 1-2 dice “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en el cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” ¡Que privilegio! ¡Qué dadiva y que dicha el tener acceso al Dios que lo puede todo y lo sabe todo!
En este tiempo de navidad, buscamos dar regalos que sean de agrado y beneficio para aquellos quienes los reciben. Dedicamos tiempo y esfuerzo en buscar el regalo “perfecto” para ese ser querido. Algunos regalos con el tiempo pierden su valor y con su uso se desvanecen. Pocos regalos pueden compararse con aquellos que nuestra relación con Cristo ofrece. El regalo del libre acceso al Padre nos permite desarrollar y experimentar una comunicación franca, íntima y profunda con nuestro Salvador. Mi experiencia personal es que este es un regalo que estoy aprendiendo a apreciar cada vez más con el tiempo. Quiero aprender a atesorarlo muy de cerca de mi corazón porque su valor es inmensurable.
Nos da una inmensa paz el reconocer que cuando queremos hablar con el Rey de reyes no tenemos que pensar en buscar intermediarios o favores especiales de otros para que nos escuche. El resultado de estar en paz con Dios es que tenemos acceso a la misma presencia y realidad del Dios eterno. Dejemos que esta extraordinaria verdad llene nuestras mentes y calme nuestras ansiedades. Me emociona pensar en ello. Debe inspirar en nosotros un sentido de confianza al mirar a nuestro alrededor, especialmente en estos días en que muchos pueden sentir que Dios está lejos de ellos. La realidad es que cuando tenemos paz con Dios podemos sentir que Él se ha acercado a nosotros. Ha abierto la puerta y ha quitado todo tropiezo en el camino para que tengamos acceso a Su majestad basados en una paz que sobrepasa todo entendimiento humano.
Al recordar algunas imágenes de lo que significa tener acceso directo al rey basado en este tipo de paz, no podemos dejar de recordar los días llenos de angustia que David vivió ante la corte del rey Saúl. David entró muchas veces ante la presencia del rey para servirle, pero en más de una ocasión tuvo que huir de él, escapando para salvar su propia vida. Tuvo que evadir la espada de Saúl que quería matarlo. La historia es triste pero cierta. Saúl procura matar a David y eventualmente lo persigue por toda la nación buscándolo como una pulga, “así como quien persigue una perdiz por los montes.” 1 Samuel 26.20. Si hoy viviera entre nosotros, David podría dar testimonio de lo que se sentía tener acceso al rey en ese entonces. Como siervo fiel al rey, fiel hasta el final, sabía que su acceso a Saúl estaba basado primeramente en el temperamento cambiante del mismo y eventualmente en el deseo del rey de matarle. ¿Quién diría que la relación tan hermosa que comenzó entre estos dos hombres se convertiría en una marchitada por la avaricia, el poder y el control?
¡Cuán diferente es esta imagen a la que podemos disfrutar los hijos de Dios de tener acceso completo y directo al Rey de reyes! Todo esto debido a que tenemos paz con Dios por medio de Jesucristo. Amado, ¡atesora este regalo! Podemos acercarnos a Él con confianza, sin temor a cambios drásticos en su estado de ánimo. El es el mismo ayer, hoy y siempre.
¡Feliz navidad y un venturoso 2011!
Porque Él vive,
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. http://www.LifeWay.com/espanol.
