LOUISVILLE, Ky. (BP)–Cuando yo era estudiante universitario en Oxford, Ohio, conocía a “Lottie Moon” solamente por el nombre del popular bar local llamado así por una espía confederada durante la Guerra Civil — no a la misionera cuyo nombre lleva nuestra ofrenda anual para misiones.
Durante mi primer pastorado, me arrepiento mucho de que “Lottie” aun significara muy poco para mí y de que nuestra iglesia le diera tan poca atención a lo que se conocía como la Ofrenda Lottie Moon para las Misiones Extranjeras.
Durante mi segundo pastorado, sin embargo, Lottie Moon tomó más significado. Confrontado por la directora de la Unión Femenil Misionera que me retó a amar las misiones “si usted va a ser mi pastor,” comencé a aprender sobre el trabajo de Dios en el mundo. Fue también durante ese ministerio que me casé con Pam, quien fue criada dentro del programa Niñas en Acción y Adolescentes en Acción y a quien le encantaba la historia de la misionera Lottie Moon.
Conocer a Lottie y promover la ofrenda que lleva su nombre ya no fueron opciones para mí.
Ahora muchos años después, Lottie Moon es cada vez más importante para mí — no por las historias que he leído, sino debido a la gente que he conocido. A menudo pienso en un conductor de furgoneta en un país asiático al que Pam y yo viajamos debido a mi papel como consultor para la Junta de Misiones Internacionales. Rara vez he conocido a alguien tan considerado como lo fue él. Nos saludó en el aeropuerto, nos llevó las maletas, abrió la puerta y nos ayudo a bajar de la furgoneta. Si un hombre fuera juzgado eternamente por su voluntad para ayudar a otros, este hombre sería el primero en entrar al cielo. Sin embargo, este amable hombre todavía no conocía a Jesús — y separado de Cristo, él no tenía esperanza. ¿Quién va a continuar llegando a él?
En otro país, visitamos la sepultura de un hombre santo de otra fe. Cuando preguntamos por la vida de este hombre, quedó claro que él era percibido como un santo. La respuesta a nuestra siguiente pregunta, no obstante, reveló mucho sobre la religión de este hombre. Les preguntamos a los cuidadores de la tumba si el hombre santo estaba en el cielo, y su mejor respuesta fue “No lo sabemos de seguro, pero esperamos que sí.” De acuerdo a su religión, ellos solo podían esperar que sus buenas obras sobrepasaran las malas. Su equivocadamente dirigida fe no daba absolutamente ninguna seguridad de eternidad, inclusive a un hombre que se pensaba que era santo.
¿Quién va a confrontar esta oscuridad?
Hay, por supuesto bautistas del sur comprometidos que han aceptado este llamado. Ninguna organización misionera hace el trabajo perfectamente, pero Dios continúa trabajando poderosamente a través de nuestros misioneros. De hecho, podría escribir todo el día sobre sus historias: la joven pareja que está criando a sus preescolares a la sombra de un templo pagano en uno de los países más oscuros que yo haya visitado …el adulto soltero que trabaja callada pero persistentemente en el peligro de un país devastado por la guerra …la misionero veterana que me dijo que después de muchos años de ministerio, su equipo todavía está “recogiendo rocas de manera que el suelo esté listo para plantar las semillas” …la fiel familia que regresó a servir aun después de que su hijita difícilmente sobreviviera a una seria enfermedad contraída en el campo … la pareja mayor que tomó su jubilación anticipada de una fuerte compañía estadounidense para llevar el evangelio donde otros no habían ido.
Debido a que hemos conocido y trabajado junto a muchos de estos desconocidos héroes de la fe, dar en forma sacrificada a la Ofrenda Lottie Moon ya no es más un sacrificio.
Aun más poderosos para mí, sin embargo, son los testimonios de creyentes cuyas vidas han sido cambiadas por los ministerios de los bautistas del sur.
De nuevo, las historias podrían llenar columna tras columna: los cristianos asiáticos cuyo padre escuchó primero el evangelio de un misionero bautista del sur, guió a su familia al Señor y luego escapó de la persecución en bote …el estudiante africano que ahora entiende que Jesús — no animales — es el sacrificio por sus pecados …la víctima del tsunami que nos abrazó sinceramente agradecida con los bautistas del sur por llevar el evangelio y ayudar a su pueblo …el refugiado en EE. UU. cuya familia primero conoció a Cristo mientras estaba bajo la opresión del gobierno de un dictador.
Hemos visto de primera mano el poder cambiador del evangelio alrededor del mundo, y esas experiencias nos recuerdan que el dinero Lottie Moon todavía está haciendo una diferencia eterna.
Lo que me mantiene despierto en la noche, sin embargo, son aquellos que nunca han oído o que todavía no creen. Más de 6.000 etnias alrededor del mundo no tienen testigos del evangelio. En algunas estimaciones, otros 3.5 billones de personas nunca han oído el evangelio. Alrededor de 6 billones de personas están perdidas sin Cristo.
Seis billones de vidas están en riesgo, y la Ofrenda de Navidad Lottie Moon provee casi el 55 por ciento del presupuesto anual de la IMB para enlazar a los perdidos. Claramente, Lottie Moon todavía tiene importancia.
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Chuck Lawless es decano de la Escuela de Misiones Billy Graham, Evangelismo y Crecimiento de la Iglesia en el Seminario Teológico Bautista Southern en Louisville, Kentucky.
