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Semana de Oración: Presa tailandesa descubre la provisión de Dios


NOTA DEL EDITOR: La Ofrenda de Navidad Lottie Moon complementa el Programa Cooperativo sosteniendo a más de 5.000 misioneros Bautistas del Sur mientras comparten el evangelio en el extranjero. La meta nacional para las iglesias hispanas para este año es $1 millón. El enfoque es celebrar lo que Dios ha hecho en años recientes, alabándole por permitir a los Bautistas del Sur ser parte de su obra, mientras se enfatiza que alcanzar a aquellos que permanecen sin tener contacto con el evangelio es una tarea realizable. Pero estos serán las etnias más difíciles de alcanzar, requiriendo que los creyentes oren, vayan, se asocien y den más que nunca. La Semana de Oración por las Misiones Internacionales es del 28 de noviembre al 5 de diciembre. Para encontrar recursos sobre la ofrenda, vaya a hispanos.imb.org/ofrenda.

BANGKOK, Tailandia (BP)–En vez de anhelar su libertad, Noon temía el día en que la dejaran salir de prisión.

Nadie la había visitado o siquiera escrito una carta durante el tiempo que había estado presa en Tailandia por posesión de drogas. Se dio cuenta de que cuando los oficiales la dejaran en libertad, no tendría un lugar o un hogar a donde ir. “Todos mis familiares me han rechazado y se olvidaron de mi,” recuerda la joven de 25 años.

Pero entonces otra prisionera, una cristiana, le contó acerca de Dios. La prisionera cristiana también le enseñó a Noon cómo orar. “Lo primero que oré fue ‘Si tu eres Dios, por favor trae a alguien a visitarme'” dice Noon. “Yo dije, ‘Dios, si tu quieres que yo conozca tu gracia, contesta y permite que alguien venga a visitarme.'”

Una semana después de su plegaria a Dios, un oficial anunció por el altavoz que un visitante había venido a verla. Ella recuerda clamando “¡Oh, gracias Dios! ¡Gracias Dios!”

“Estaba tan emocionada y contenta” recuerda Noon. Ella fue a la habitación usada para recibir las visitas, y a través del vidrio que separa al visitante del preso, ella vio a su tía, la hermana de su mamá, que venía traerle noticias de su familia. Y ella supo que con un milagro como éste, Dios debe ser real.

Ella comenzó a reunirse con un grupo cristiano que se juntaba dentro de la prisión. Ella también supo de un equipo que venía de la Fundación para el Ministerio Carcelario Cristiano para compartir el amor de Cristo a través de música, estudios de la Biblia y predicaciones. El ministerio, activo en 60 prisiones a través del país, fue fundado por un misionero de la IMB, apoyado por Bautistas del Sur que dan a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon y el Programa Cooperativo. Durante los últimos 10 años, un cristiano tailandés dirige la fundación.

“Así que en el tiempo del servicio, cuando el líder del grupo nos pidió que abriéramos nuestros corazones a Cristo, yo abrí mi corazón y le pedí a Jesús que fuera mi Salvador,” recuerda Noon.

TEMOR DE LA LIBERTAD

Después de que Noon aceptó a Cristo, aún faltaban cinco meses para cumplir su sentencia. Mientras se acercaba el día de su liberación, se preocupaba porque sentía que no tenía nadie de quien depender, y ciertamente nadie que estuviera esperando afuera de la prisión para llevarla a casa.

“Las personas a las que yo les escribía cartas nunca contestaban. No tenía a nadie,” dice.

Tiwan, un miembro del equipo ministerial en la prisión y ex prisionera, explica que es muy difícil para los presos cuando son liberados. La mayoría sale de la prisión sin nada, nada de ropa, nada de dinero, ni siquiera suficientes monedas para el autobús.

“Muchas prisiones no permiten que salgan con sus cuadernos, Biblias o diarios. Ellos tienen que dejar todo,” dice Tiwan. Y porque salen sin nada, están muy vulnerables.

Fue en ese tiempo que Noon escuchó sobre la Casa de Recuperación Cristiana que es uno de los esfuerzos de la Fundación para el Ministerio Carcelario Cristiano. La “Casa de Bendición” provee un lugar para vivir a ex prisioneros mientras comienzan vidas nuevas fuera de los muros de la prisión. Estudios bíblicos diarios y adoración fortalecen a los ex prisioneros mientras construyen su nuevo futuro.

Tiwan le aseguró a Noon que tendría un lugar en la “Casa de Bendición.” Pero el solo hecho de llegar a la casa era algo que Noon no podía lograr por sí sola. Ella confiaba que el equipo ministerial estuviera allí afuera el día de su liberación.

Pero Noon no fue puesta en libertad un lunes, el día en que el equipo del ministerio visitaba su prisión. Cuando ya era tarde para avisarles, Noon descubrió que la dejarían salir un martes. Además, debido a algunas reuniones especiales, el equipo había faltado a dos sesiones consecutivas en la prisión de Noon.

Noon recuerda el temor que tenía al aproximarse el día de su liberación. “Estaba tan preocupada de no tener a nadie que fuera por mí, pero oré y oré.” Y otra vez Dios contestó su oración.

Tiwan, sin saber que el día de liberación de Noon había cambiado, había cambiado su plan de la semana y llegó a la prisión ese mismo martes. “Cuando nos vio, ella lloró” dice Tiwan. “Cuando salió, ella estaba muy feliz.”

“La llevé a comprar ropa, y todo lo que ella no tenía. Eso es lo que hacemos,” dice Tiwan. Y luego la llevó a la “Casa de Bendición.”

Desde que llegó a la casa, Noon ha sido bautizada. Está estudiando la Biblia, como todos los que viven allí, y se ha fortalecido con estudios diarios y tiempos de adoración. Ella dice que se siente más fuerte y confiada en su vida y su conocimiento de Dios.

“En el pasado me inclinaba ante ídolos todo el tiempo. Cada vez que veía un ídolo, me inclinaba,” dice Noon. “Pero ahora que soy cristiana y no me inclino ante ídolos porque sé que Dios es Dios poderoso.”

Ella le da crédito a Dios por proveer un camino para una nueva vida. “Una cosa que afirmo desde que soy cristiana, es que no vuelvo a mi vida vieja o mis viejos caminos nunca,” dice Noon. “Quiero agradecer a Dios porque me ha llamado y me ha elegido de la nada.”

Publicado por la oficina de comunicaciones de la IMB. Tailandia es el enfoque del estudio de la IMB del 2010 disponible en inglés desde WMU (www.wmu.org) o LifeWay.
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