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La política militar gay puede ser revocada en un intervalo de inactividad legislativa


WASHINGTON (BP)–Miembros de la Casa y del Comité de Servicios Armados del Senado advirtieron el 20 de julio que los líderes demócratas pueden tratar de revocar la política militar “No preguntes, no digas” durante un intervalo de inactividad legislativa del Congreso de manera que no ofenda a los votantes conservadores antes de la elección.”

La Casa ya ha aprobado pero el Senado todavía tiene que votar un proyecto de ley de autorización de defensa que contiene una enmienda que casi con certeza revocaría la prohibición militar en contra del servicio homosexual abierto. Si lo logra a través del Senado, tendría que pasar la Casa de nuevo porque los dos proyectos tienen diferencias. Entre esas diferencias, la versión del Senado tiene una enmienda que eliminaría una prohibición de abortos financiados con fondos privados en las instalaciones militares de cuidado de la salud.

Con la mayoría de la Casa en juego y una gran cantidad de competencia del Senado calificada como situación incierta, los demócratas pueden decidir apostar por cualquier decisión del proyecto — junto con otras controversiales — hasta después del 2 de noviembre.

El senador James Inhofe, republicano de Oklahoma y miembro del Comité de Servicios Armados del Senado, dijo que está preparado para ofrecer enmiendas contundentes al lenguaje del proyecto de ley de “No preguntes, no digas” y pro-aborto. Eso podría poner a algunos senadores demócratas — especialmente a aquellos de estados conservadores que son candidatos para reelección — en una situación difícil.

“[El líder de la Mayoría del Senado] Harry Reid está muy preocupado por plantear el proyecto de ley de autorización de defensa, porque sí lo hace, vamos a tener estas enmiendas, dijo Inhofe. “Eso significa que aquellas personas que se acercan a la hora de la elección de noviembre — y estoy hablando de los demócratas inestables que quieren hacer lo que los demócratas dicen que hagan pero saben cómo sienten las personas en casa — no quieren que se haga público. Así que por esa razón él solamente puede esperar y sacarlo a colación en el intervalo de inactividad legislativa.”

El representante Todd Akin, republicano de Missouri, estuvo de acuerdo.

“Nuestra gran ventana de peligro es después de las elecciones, particularmente si usted tiene personas que han perdido las elecciones y no les importa,” dijo Akin. “…Tenemos un gran peligro en la inactividad legislativa.”

Inhofe y Akin hicieron sus comentarios durante una retransmisión vía Internet auspiciada por la Acción del Concilio de Investigación de la Familia titulada “Misión Transigida: Cómo es usado el ejército para adelantar una agenda radical.”

El lenguaje del proyecto de ley en relación con “No preguntes, no digas” anularía la política solamente después de que una encuesta del personal militar — la cual ha comenzado — esté completa y solamente después de que el presidente Obama, el secretario de defensa Robert Gates y el presidente de los jefes de estado mayor Michael Mullen le hayan dado el visto bueno a la revocación. Los tres, sin embargo, tienen registro de apoyar la revocación. Gates dijo en febrero: “El asunto ante nosotros no es si el ejército se prepara para hacer este cambio, sino como lo preparamos mejor para él.”

“Usted se mantiene oyendo: ‘No, todavía no es un hecho.’ Bueno, yo sugiero que eso es así,” dijo Inhofe. “…Ya ellos tomaron su decisión.”

Inhofe dijo que recientemente regresó de un viaje a Irak en el cual el personal militar le expresó su preocupación en relación con que su voz no estaba siendo oída. Dijo que el personal le dijo: “Queremos ser oídos y ahora nos damos cuenta … que ya ellos han decidido cuál va a ser el resultado.”

Mullen respalda una revocación a pesar del hecho de que los jefes del ejército, la armada, la fuerza aérea, y la marina — todos parte del estado mayor — aparentemente no están en la junta. En mayo, los cuatro jefes militares reiteraron su apoyo a una revisión completa de la actual política antes de que el Congreso actúe.

En febrero, el general James T. Conway, comandante del Cuerpo de Marina y miembro del estado mayor, le dijo al comité del Senado que “la política actual funciona.”

“Mi mejor consejo militar al comité, al secretario y al presidente sería mantener la ley tal como está,” dijo Conway.

El general George W. Casey Jr., representante del ejército ante el estado mayor, dijo que está preocupado por el impacto de la revocación en la presteza militar.

“No creo que incremente la presteza,” dijo.

La retransmisión vía Internet de Acción del Concilio de Investigación de la Familia incluyó personal pensionado del ejército que describió la necesidad de la política actual.

“El ejército vive en espacios reducidos. Cada vez que usted tiene un grupo… que es desplegado, la privacidad ya no es una opción. Hay muchos asuntos físicos,” dijo Benjamin Ratcliff, quien está retirado del Ejército de EE. UU.

Ratcliff leyó parte del credo de los guerreros del ejército, el cual dice: “Siempre pondré la misión en primer lugar.”

“Usar el ejército para avanzar la agenda social, creo que no es poner la misión en primer lugar,” dijo Ratcliff.

Revocar la política afectará el reclutamiento, dijo Tony Perkins, presidente del Concilio de Investigación de la Familia y quien es un ex-marino.

“Desproporcionadamente, aquellos que sirven en el ejército vienen de trasfondos conservadores e inclusive religiosos,” dijo Perkins. “Inclusive geográficamente, hay un número desproporcionado de personas procedentes de áreas conservadoras del país.”

En abril, más de 40 capellanes pensionados enviaron una carta al presidente Obama y al secretario de defensa Robert Gates que advertía que la carrera de muchos si no de la mayoría de los capellanes militares terminará si la política “No preguntes, no digas” es revocada. La carta advertía que revocar la política impactará negativamente la libertad religiosa e inclusive puede afectar la presteza militar y los niveles de las tropas debido a que el ejército estaría marginando las creencias religiosas “profundamente sostenidas.”

Los capellanes militares, dijeron los capellanes pensionados, “son integrales para mantener la moral alta.”

“Marginar a un gran grupo de capellanes, entonces, dañará inevitablemente la presteza al disminuir la moral,” decía la carta. “Similarmente, convertir a los cristianos ortodoxos — tanto capellanes como hombres del servicio — en soldados, marineros, aviadores o marinos de segunda clase cuyas sinceras creencias religiosas son comparables al racismo no puede ayudar al reclutamiento o a la retención.”

Keith Travis, líder del equipo de capellanía de evangelismo de la Junta de Misiones Norteamericanas de los bautistas del sur, firmó la carta. Ex-capellán del Ejército de EE. UU y de las Reservas del Ejército de EE. UU., dijo que la capellanía “como la conocemos hoy pende de un hilo.”

“En este momento, es una coyuntura crítica para el ministerio y la capellanía,” le dijo Travis a Baptist Press. “Hay efectos secundarios y terciarios que ocurrirán si la política es revocada en los que las personas no están pensando y que ni siquiera ven en este momento.”

Travis añadió: “Podría limitar a nuestras capellanes en lo que prediquen. ¿Podrán inclusive predicar sobre el pecado? ¿Podrá la homosexualidad ser llamada pecado?”
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Michael Foust es editor asistente de Baptist Press. Observe la transmisión vía Internet en http://frcaction.org/missioncompromised. Lea la carta del capellán en http://www.bpnews.net/bpnews.asp?id=32820.

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  • Por Michael Foust