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M.E. Dodd, creador del PC, amaba el ministerio cooperativo


NASHVILLE, Tenn. (BP)–Cuando la Convención Bautista del Sur necesitaba dinero para misiones, siempre podía contar con M.E. Dodd para defender la causa.

En 1919, por ejemplo, un comité de la CBS planeó recomendar que los mensajeros a la reunión anual de la denominación lanzaran una iniciativa para levantar $50 millones. Sin embargo, antes de que el comité enviara su recomendación, Dodd predicó a la convención un sermón sobre cumplir a cabalidad la Gran Comisión.

“Hemos llegado al momento de nuestra historia para el cual nuestros antepasados trabajaron duro, se sacrificaron y oraron,” dijo, “por el cual sufrieron y sangraron y murieron. La hora bautista de todos los siglos ha sonado. Titubear ahora sería ser traidores, darse por vencidos aquí sería un crimen en contra de la sangre martirizada de todos los héroes del pasado.”

Inspirados por lo menos en parte por la alocución de Dodd, los mensajeros aumentaron el objetivo del incentivo de $50 millones a $75 millones. Vino a ser conocida como la Campaña de los 75 Millones, y el sermón como el Sermón de los $25 Millones.

Sin embargo, esa fue solo una pequeña parte del trabajo de Dodd para los bautistas de sur. Él pasó a servir como presidente de la CBS y la Convención Bautista de Luisiana, presidió el comité que recomendó el establecimiento del Programa Cooperativo e inició la Conferencia de Pastores de la CBS, donde sirvió como presidente 15 años. Anteriormente había sido miembro del comité que lanzó la escuela que luego vendría a ser el New Orleans Baptist Theological Seminary (Seminario Teológico Bautista New Orleans).

Dodd nació en 1878 en el oeste de Tennessee. Luego de pastorear tres iglesias en Kentucky entre 1904 y 1912, fue llamado a pastorear la First Baptist Church (Primera Iglesia Bautista) de Shreveport, Luisiana, donde sirvió hasta su retiro en 1950. Su trabajo en Shreveport fue interrumpido brevemente en 1927 cuando pastoreó durante siete meses Temple Baptist Church en Los Ángeles.

A lo largo de medio siglo, Dodd predicó 18.000 sermones, bautizó a 7.000 convertidos y viajó 806.672 kilómetros para hablar alrededor del globo. Eso se tradujo en un porcentaje de un sermón al día de todo su ministerio.

Teológicamente fue un conservador que se opuso a los defensores del evangelio social como Harry Emerson Fosdick y le dio la bienvenida a la etiqueta de fundamentalista.

Su celo por el servicio sacrificial al Reino ha de haberse originado en una experiencia que tuvo en la universidad donde sirvió en el púlpito de una iglesia en Tennessee. Aunque él esperaba pagar sus gastos de mantenimiento con lo que la congregación le pagaba, el estipendio probó ser inadecuado para pagar ni siquiera el boleto del tren para volver al hogar. Así que cuando llegó de vuelta a la residencia estudiantil, Dodd arrojó la Biblia al suelo y gritó: “¡Estoy harto!”

No obstante, un amigo lo confrontó, el cayó de rodillas, leyó el salmo 23 y se arrepintió. Luego prometió nunca más dejar que los deseos por cosas materiales interfirieran en su servicio a Dios. Providencialmente, dos días después un miembro de la iglesia le envió una suma considerable. La experiencia dejó en Dodd la impresión de la importancia de confiarle a Dios la provisión en vez de demandársela a las congregaciones.

Aparentemente la lección le ayudó en Shreveport, donde amó a la gente y vio a Dios proveyendo un abundante éxito ministerial. En su primer año como pastor, Dodd hizo 1.500 visitas pastorales en tranvía y caminando. La iglesia estaba tan impresionada que al año siguiente le dio un carro, el cual usó para duplicar las visitas. Para 1922, la Primera Bautista había crecido tanto que construyó una de las más grandes instalaciones para una iglesia en el mundo, donde se destacaban una torre de 10 pisos, un auditorio con 3.000 asientos y una estación de radio propiedad de la congregación.

A medida que la iglesia crecía, también crecía la popularidad de Dodd como predicador. Algunas iglesias sin pastor escuchaban su programación radial los domingos en la mañana cuando no podían encontrar a alguien que llenara el púlpito, y durante los 1920s él se convirtió en una de las primeras personas en EE. UU. en usar un avión para viajar durante sus compromisos de alocución.

Dentro de la CBS, su habilidad para predicar ayudó a lanzarlo a posiciones de liderazgo, incluyendo la presidencia de la convención entre 1933 y 1935.

La fama de Dodd lo llevó a reunirse con celebridades nacionales e internacionales. Entre ellas estaba el evangelista Billy Graham. Cuando Shreveport auspició la cruzada de Graham en 1951, la multitud desbordó el auditorio municipal de la ciudad, lo que impulsó a Dodd a sugerir que los servicios se realizaran en el estadio de fútbol americano. Esto marcó la primera vez que Graham tuvo una campaña al aire libre. De acuerdo a la nieta de Dodd, Virginia Joyner, Graham le dio el crédito a Dodd de ser el iniciador de sus campañas en estadios.

Sin embargo, quizá el más famoso legado de Dodd emergió de su servicio como presidente del comité de Programa Futuro de la CBS a mitad de los 1920s. La meta del comité fue edificar con base en la Campaña 75 Millones y diseñar una manera de fundar un trabajo permanente de la denominación. Este recomendó que las iglesias comprometieran un porcentaje anual de sus ingresos totales a las convenciones estatales. Esas convenciones estatales gastarían una porción del dinero en ministerios locales y le enviarían el resto a la CBS.

La recomendación del comité fue adoptada en 1925 y se convirtió en el Programa Cooperativo.

Para Dodd, el plan de dar en forma unificada tuvo ramificaciones tanto personales como a nivel de convención. Antes del PC, pasó mucho tiempo atendiendo peticiones de varios ministerios que querían que los bautistas del sur los patrocinaran. Luego de contar la letanía de causas bautistas que la congregación apoyó, Dodd escribió a un solicitante: “No veo ninguna manera posible de encajar nada más en el momento.”

Con el establecimiento del PC, sin embargo, él quedó libre para enfocarse en el ministerio y enviar las ofrendas a un centro de distribución en vez de tener que administrar él mismo las asignaciones a misiones.

El imparable horario de responsabilidades de Dodd en la iglesia y en la denominación a menudo lo forzaban a pasar menos tiempo con su familia de lo que le hubiera gustado. Sin embargo, se las arreglaba para tener tiempo de calidad cuando carecía de cantidad de tiempo, de acuerdo a su nieta. Ella recuerda cuando iba a la casa de él a comer y él jugaba con ella. Era especialmente aficionado a asustar a sus nietos atacándolos con la coronilla de su cabeza calva, dijo ella.

Ella también recuerda cuando los domingos en la noche viajaba con él de regreso de la iglesia a la casa y siempre paraban para tomarse un sorbete de helado en el camino.

“Le encantaba hacer bromas, y amaba a su familia,” dijo Joyner, quien sirve como historiadora de la iglesia en First Baptist Shreveport y todavía vive en la vieja casa del abuelo.

Aunque Dodd murió en 1952, Joyner sabe que sus predicaciones y su defensa del Programa Cooperativo permanecen relevantes. Si él todavía estuviera vivo, dijo ella, llamaría a los bautistas del sur a oponerse a cualquier plan que anime a las iglesias a financiar ministerios de la convención en un estilo fragmentado en vez de a través del PC.

“Él diría: ‘Perseveren en el Programa Cooperativo. No permitan que se suspenda y no lleven a cabo misiones que no sean parte de él,'” dijo Joyner de su abuelo. “Él diría: ‘Manténgalo todo junto. Hagan todo el trabajo. Lleven la ayuda a los damnificados y hagan todo desde el Programa Cooperativo.'”
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David Roach es pastor y escritor con base en Louisville, Kentucky, y tiene su doctorado en historia de la iglesia del Seminario Teológico Bautista Southern.

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  • Por David Roach