fbpx
Articulos en Español

Los refugios para las familias chilenas se convierten en ‘puertas abiertas’ para testificar


TIRÚA, Chile (BP)–Secando las lágrimas de sus ojos, la madre de 21 años de edad agradeció a los bautistas por proveerle un refugio para su familia.

“Quiero darle las gracias a todos por este refugio,” dijo Rosa Inostroza de Santibáñez refiriéndose a la estructura de paredes de madera con 10 x 20 pies, y un techo de lámina donde ahora vive con su familia en Tirúa, Chile. “Estamos muy agradecidos. Vamos a dormir bajo un techo esta noche y no en el piso.”

Ella y su familia habían estado viviendo en un cobertizo improvisado por su esposo Rodrigo, luego de que su familia tuvo que huir hacia tierras más altas para escapar del tsunami que provocó el terremoto del 27 de febrero.

“No sabemos lo que hubiéramos hecho si ustedes no hubieran venido,” dijo Rosa acerca de los bautistas chilenos y los voluntarios de la Segunda Iglesia Bautista de Russellville, Arkansas, quienes entregaron el refugio el 24 de marzo. “No había ninguna otra opción abierta para nosotros.”

Temprano por la mañana del 27 de febrero, un terremoto derribó su techo. Menos de una hora después un tsunami azotó su ciudad en la costa del Pacífico.

Rosa y Rodrigo recogieron a su hija de 2 años mientras que la madre de Rosa, Luz, empujaba cuesta arriba a su hija en su silla de ruedas con más de 30 años de uso. Sus vecinos corrían y los carros se apresuraban por escapar de la enorme ola.

La hija mayor está viviendo con otros parientes, mientras que Luz se queda con Rosa y su familia en la colina. Han estado durmiendo en un cobertizo de lona con el espacio justo para cubrir dos colchones tamaño individual, unidos. Rescataron algunas de sus posesiones haciendo viajes a pie cuesta abajo para recoger algunos trastes y cobijas.

En la noche, su hija menor, Anahís, tiene miedo ya que los fríos vientos de la costa en el otoño chileno golpean la lona en la oscuridad. Rodrigo y Rosa consuelan a su hija encendiendo una lamparita portátil.

Ya que las secuelas del terremoto continúan, Luz teme dormir en la sección de la casa de la familia que no quedó dañada.

“Tengo miedo que las secuelas del temblor sean más fuertes en lugar de más débiles,” dijo.

Las municipalidades están ayudando a las familias con la reconstrucción. Pero la necesidad les sobrepasan. Muchas casas a nivel del mar desaparecieron, esparciendo escombros y posesiones por todo el Río Tirúa, el cual desemboca en el océano. Las autoridades locales también están proveyendo alimentos en una escuela localizada al fondo de la colina, en la ciudad.

La panadería donde Rodrigo, de 20 años de edad, trabajaba como panadero quedó dañada; después los ladrones robaron todo su equipo. Rodrigo es un voluntario en la escuela, ayudando a distribuir los alimentos y la ropa hasta que reabra la panadería o pueda conseguir otro trabajo.

Pueden pasar años para que las familias reconstruyan, reparen o modifiquen los refugios temporales para ser más permanentes, dijo Trent Tomlinson, un misionero de la Junta de Misiones Internacionales.

Rodrigo concuerda. “Esta será nuestra casa por un buen tiempo,” dijo.

Tomlinson se dio cuenta de la necesidad en esta área mientras él, Anders Snyder y David Hines, otros misioneros, manejaron hacia allá dos días después del terremoto para así evaluar el daño.

Unas 50 personas representando iglesias de diferentes denominaciones se reunieron en la casa de Tomlinson para formar un plan para salir y ayudar con las necesidades generadas por este desastre.

“Esta es una puerta abierta,” dijo Tomlinson. “Estamos ganándonos el derecho de ser escuchados aquí.”

Los voluntarios entregaron refugios prefabricados a otras cuatro familias, incluyendo a un obrero, Juan González. Su casa –localizada a 650 pies del océano- fue destruida por el tsunami mientras estaba en Concepción, cerca del epicentro del terremoto.

“Soy uno de los afortunados que pudieron mudarse [a un refugio] tan rápido,” dijo González.

El pescador Manuel Arias vino a casa después de una reunión familiar para encontrar destruidos su vivienda, su bote y su muelle.

“Estaba sintiéndome desesperado, sin saber qué hacer,” dijo Arias. “Casi sentí que estaba fuera de las manos de Dios.”

Su refugio está siendo armado en una sección de la ciudad llamada Nueva Esperanza.

“Ahora tengo una nueva esperanza para continuar hacia delante,” dijo Arias.

Mario Barros, presidente de la Iglesia Misionera Internacional Ágape, una asociación de congregaciones bautistas, se reunió con el alcalde de Tirúa el día antes de que llegaran los voluntarios trayendo los refugios.

“Queremos ser organizados y ser el canal de esperanza para aquellos que la necesitan,” dijo Barros, quien trabaja junto con Tomlinson plantando una iglesia.

El productor de miel, José Pardo, de la Iglesia Bautista de Cunco respondió ante una petición hecha por Barros a través de una estación de radio cristiana para ayudar a transportar los refugios prefabricados por las manos de los voluntarios en Temuco. Él donó el uso de su camioneta, la cual usa para transportar panales de abejas. Él mismo llevó los refugios a 80 millas de Tirúa y ayudó con su construcción.

“Siempre me gusta ayudar y cuando escuché a Mario por la radio… vi que ésta era un oportunidad para hacerlo,” dijo Prado.

Se necesitaron voluntarios bautistas chilenos y de Arkansas por tres días para construir las secciones de cinco refugios. Se llevarán más semanas en construir los cientos de refugios que han sido solicitados, dijo Tomlinson.

Los equipos voluntarios interesados en ayudar pueden enviar un mensaje electrónico a [email protected] o llamando al 615-367-3678. Los proyectos tales como la construcción de estos refugios son posibles gracias a las donaciones hechas al esfuerzo de ayuda en desastres de los bautistas del sur. Puede hacer una donación a través de http://www.imb.org, usando el gráfico que representa la respuesta ante el terremoto de Chile.
–30–
Kate Gregory es una escritora de la Junta de Misiones Internacionales. Las peticiones actualizadas de oración por el trabajo de rescate bautista pueden verse en imb.org/pray. La información también será actualizada a través de Twitter en #QuakeResponse. Escuche a Shane Wooten, uno de los voluntarios de la Segunda Iglesia Bautista en Russellville, Arkansas, hablar sobre su semana en Chile en http://media1.imbresources.org/files/108/10815/10815-57796.mp3.

    About the Author

  • Por Kate Gregory