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Chicago: Una puerta de acceso a los fines de la tierra


GLEN ELLYN, Ill. (BP)–Cody Lorance no toca a la puerta. Solamente empuja la puerta abierta y deambula por el apartamento. Una pequeña niña corre a abrazarlo y el resto de la familia de ella se cuela en la habitación para saludar a la visita.

Se dan el tradicional saludo del sur de Asia — las palmas de las manos presionadas juntas en frente de ellos — pero lo que se dicen en nepalí es cualquier cosa excepto lo tradicional: “Jay Masih,” que significa “Victoria al Mesías.”

Lorance es un iniciador de iglesias en Chicago. Desde el 2005, él y cinco miembros del equipo han estado trabajando en medio de los inmigrantes de la ciudad. Desde que comenzaron a reunirse como iglesia-casa hace cuatro años, han visto al Señor levantando congregaciones entre los nepalíes, etíopes y entre los de la etnia Karen que viven en descuidados edificios de apartamentos que están diseminados por los suburbios del oeste de Chicago.

Lorance se instala como en su casa sentándose informalmente en el sofá y acribillando a los miembros de la familia con preguntas en la lengua materna de ellos. Pregunta cómo les va en los nuevos trabajos, habla acerca de los planes para una fiesta comunal, y se entera de que un miembro de la familia compró un carro que pueda que no tenga los papeles apropiados. Una chica le trae un vaso de humeante té que huele a cardamomo, y Lorance lo sorbe con agradecimiento. Él se sentará y platicará con la familia durante horas.
Pueda que él sea un pastor que hace una visita de ministerio, pero también es parte de la familia.

De regreso a la calle, Lorance hace señas a los negocios y hogares cercanos.

“Este es un vecindario de gente blanca de clase media alta, pero estos pequeños edificios de apartamentos están repletos de refugiados,” señala. “Así que mucha gente de iglesia pasa de largo cada día y no tiene idea de lo que pasa aquí.”

Los refugiados vienen de todas partes del mundo, y algunas iglesias están llegando a ellos en ministerio. La mayoría de los visitantes, sin embargo, no pasan el tiempo necesario para desarrollar una verdadera relación con los refugiados.

“Este no es un ministerio superficial de pasada. Tienes que estar dispuesto a ir más allá de la típica visita de los estadounidenses de 30 minutos,” dijo Lorance. Tienes que pasar la primera taza de té y tener un par de comidas con ellos. Cada visita toma de tres a seis horas. Tienes que llegar al punto en que se te acaben las frases nepalíes que sepas y a ellos se les acabe el inglés — y todavía te quedas con ellos. Te conviertes en parte de su vida — un elemento, una parte de la familia.”

‘PUERTA DE ACCESO A LOS FINES DE LA TIERRA’

“Chicagolandia” es una puerta de acceso a los fines de la tierra, dijo Lorance. Hay 9.6 millones de residentes que hablan un par de cientos de idiomas — 147 oficialmente documentados por las escuelas públicas — y muchos de esos son la lengua materna de grupos de gente extranjera que nunca han escuchado las Buenas Nuevas de salvación en Jesucristo.

El trabajo que Lorance y su equipo están haciendo es ayudar a forjar un nuevo camino para las misiones norteamericanas — un camino que lleva directamente a los grupos no alcanzados de personas, dijo Keith Draper, director ejecutivo de la Chicago Metropolitan Baptist Association (Asociación Bautista Metropolitana de Chicago).

“Cuando la Junta de Misiones Internacionales nos dice que la primera iglesia entre la gente no alcanzada del mundo pudo comenzar en Chicago, estamos alborozados y en busca de compañeros,” dijo Draper. “Cody está haciendo esa clase de trabajo innovador.”

Lo que comenzó como una iglesia-casa en el 2005 fue seguida por una congregación etíope en el 2006 y un ministerio de Inglés como Segundo Idioma y una congregación de la etnia Karen en el 2007.
El grupo etíope nació de una iglesia hija en Etiopía y el de Karen de una iglesia hija de Rockford, Illinois.

La congregación nepalí comenzó a reunirse a principios del 2009. Este año, llevan bautizados 18, incluyendo a 12 que reflejan raros ejemplos de la clase alta hindú que declaran públicamente su fe en Jesús como el único Salvador.

INESPERADAS PUERTAS ABIERTAS

Lorance ve las puertas que el Señor ha abierto con los refugiados de las más inesperadas maneras.

Él estaba trabajando en compañerismo con Exodus World Service (Servicio Mundial Éxodo), un ministerio para refugiados con base en Bloomingdale, Illinois, que ayuda a los refugiados del grupo de personas de la etnia Karen de Birmania. La primera familia que conoció había sido comisionada por su iglesia en el campo de refugiados al que llegaron para comenzar una iglesia en EE. UU.

“Hemos orado mucho y… comenzaron un estudio bíblico hogareño hace dos años e iban de casa en casa cuando otros llegaban,” relató Lorance. “Tuvimos los dos primeros servicios de adoración aquí en diciembre del 2007 y unos pocos meses después ayudamos a comenzar una iglesia entre los refugiados de la etnia Karen de Rockford que tuvo 300 de asistencia en el servicio del primer aniversario.”

Un miércoles en la noche, Lorance caminaba hacia un hogar de la etnia Karen para dirigir un estudio bíblico y encontró a cuatro personas que esperaban y que definitivamente no eran del grupo Karen. Dos muchachas adolescentes Karen habían conocido a algunos nuevos vecinos y los invitaron al estudio bíblico. Los vecinos, que eran nepalíes de Bután, llegaron aunque no entenderían lo que se diría.

Lorance, sin embargo, se había enfocado en el hinduismo durante sus estudios de postgrado y trabajaba en ese tiempo en el Centro de Amistad de Asia del Sur en la Pequeña India de Chicago. Él podía saludar a los visitantes en hindi.

“Yo le había predicado a la iglesia del grupo de la etnia Karen acerca de misiones. Ellos tenían vecinos de todas partes del mundo y habían estado localizando gente en un mapa,” dijo Lorance. “Las dos chicas invitaron a sus nuevos vecinos y de ese simple acto de alcance ahora tenemos una congregación de 70 nepalíes, muchos de ellos nuevos creyentes. Todo comenzó con una simple invitación.”

La congregación nepalí es la única organización en la ciudad para los nepalíes butaneses, añadió Lorance. Cuando una nueva familia llega al aeropuerto, la congregación nepalí los recoge y los lleva a un hogar donde disfrutan de una comida nepalí. Los ayudan a trasladarse a un apartamento, trabajan con ellos para llenar las necesidades de la vida estadounidense, y al siguiente domingo los miembros de la nueva familia usualmente están en el servicio de la congregación.

“Es asombroso,” dijo Lorance. “Ochenta por ciento de los nepalíes butaneses en nuestro país están los domingos en la iglesia con nosotros, aun si son hindúes.”

En una ciudad del tamaño de Chicago, con sus millones de almas perdidas, las oportunidades son ilimitadas para ver a Dios replicando la clase de avance del Reino que Lorance y su equipo están experimentando, dijo Charles Campbell, quien dirige proyectos de inicio de iglesias para la Asociación Estatal Bautista de Illinois.

“Necesitamos más Codys que vengan a Chicago,” dijo Campbell. “Mi oración es que cuando la gente vea lo que sucede, obtengan una visión para ir a Chicago y se unan a los bautistas de Illinois en el trabajo allá.”
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Mark Kelly es editor asistente de Baptist Press. Usted puede saber más sobre la misión de Chicago Metropolitan Baptist Association en su sitio Web: www.chicagobaptist.org.

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  • Por Mark Kelly