NASHVILLE, Tenn. (BP)–El libro de Éxodo 31:1-2 nos presenta a un y poco conocido personaje llamado Bezaleel, que era hijo de Uri, nieto de Hur y pertenecía a la tribu de Judá. Él fue llamado de una manera especial por Dios para realizar una tarea única. Se le encargó construir un lugar en el cual Dios quería habitar en medio de Su pueblo: El Tabernáculo. Una de las fases más complicadas del proyecto era que Dios mismo escogió los materiales que se usarían e hizo el diseño de la obra que se habría de realizar.
Hay varias cosas que me llaman la atención en Bezaleel. Al parecer, él era un trabajador común, un obrero. No era profeta, ni príncipe, ni sacerdote. No considero que tenía todos los conocimientos necesarios para realizar la tarea que Dios le estaba encomendando pues, Él se encargó de capacitarlo por medio de su Santo Espíritu. Esos eran días en los cuales el Espíritu Santo todavía no había venido a residir en los creyentes y según la Biblia, pocos habían sido tocados por Él, y siempre que eso sucedió fue para que pudieran hacer alguna obra extraordinaria.
¿Qué vería entonces Dios en Bezaleel para escogerlo, de entre todos los hombres del pueblo de Israel, para encomendarle aquella extraordinaria tarea? Según Éxodo 12:37 Bezaleel era “uno entre seis cientos mil”. Por años he tratado de descifrar este “misterio” y he encontrado que la única explicación radica en el mismo Bezaleel. Él estaba DISPONIBLE para Dios y era OBEDIENTE.
El nombre Bezaleel significa “a la sombra de Dios” y parece que este hombre supo honrar el significado de su nombre. Es indudable que él no andaba buscando su beneficio personal, ocupar una posición importante, o ser reconocido públicamente por su labor. Tampoco se enorgulleció por haber sido seleccionado por el mismo Dios para realizar la tarea. Bezaleel era feliz habitando a la sombra del Omnipotente. Para él, la mayor recompensa era poder trabajar para Dios. Ser parte del “equipo de Dios” era considerado como un gran privilegio por Bezaleel.
Dios quiere y necesita obreros como Bezaleel que siempre estén disponibles, y que sean obedientes a Él, que sólo busquen servir a Dios por el placer de hacerlo y no buscando beneficios personales.
Yo veo cuatro enseñanzas en la historia que se nos narra en la Biblia sobre Bezaleel que nos pueden ayudar a ser mejores cristianos y siervos obedientes de nuestro Gran Rey. En primer lugar, Bezaleel fue un obrero de Dios, y nosotros hemos sido llamados para ser eso mismo, 1 Corintios 3:9. Fíjese que ni usted ni yo somos profetas, ni reyes, ni líderes del Pueblo de Israel. Somos sólo obreros, como Bezaleel.
En segundo lugar, la tarea que Dios le encomendó no estaba a su alcance, pero Dios lo capacitó por medio de su Espíritu Santo. Igualmente, cualquier tarea de Reino de Dios está fuera de las posibilidades y capacidades de cualquier ser humano, para que aprendamos a depender y confiar en Dios, Hechos 1:4, 8.
En tercer lugar, Bezaleel le permitió a Dios tomar control de su vida y se rindió por entero a Él. Dios busca obreros que le permitan a Él hacer el trabajo, por medio de ellos, Efesios 4:7, 11-12.
Y en cuarto lugar, Bezaleel sabía seguir las órdenes. Tal vez este sea uno de los problemas que enfrentan muchas de nuestras iglesias hoy día. La idea de someterse a la autoridad de otro es un problema para aquellos que siempre quieren tener el mando o ejercer el control, 2 Corintios 10:8.
¿Qué podemos aprender de todo esto? La vida y el ejemplo de este colega obrero llamado Bezaleel así como la excelencia del trabajo que realizó son fascinantes. Es indudable que él fue alguien muy especial. Pero usted también es alguien muy especial porque el Espíritu Santo mora en usted, Juan14:17. Si nos presentamos ante Dios con corazones dispuestos, estamos disponibles para lo que Él desee pedirnos que hagamos, y somos obedientes a su mandato, seremos capaces de cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas. Si nos despojamos de todo afán o deseo de brillar para dejar que brille Cristo por medio de nosotros, entonces hasta los enemigos de nuestra fe tendrán que reconocer y decir, en verdad, grandes cosas ha hecho Jehová con estos…
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Óscar J. Fernández es el editor jefe de LifeWay Español para Adultos de Leadership & Adult Publishing, LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn.
