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El Programa Cooperativo de la CBS: Un esfuerzo sagrado y un continuo legado


NOTA DEL EDITOR: Una parte de este artículo es una adaptación de la presentación de “One Sacred Effort, The Cooperative Program of the Southern Baptist” escrito por Chad Owen Brand y David E. Hawkins. La Convención Bautista del Sur ha designado el 26 de abril como el domingo dedicando al Programa Cooperativo.

NASHVILLE, Tenn(BP)–Se estaba cocinando una crisis en la década de los años veinte. Se necesitaban recursos para terminar la obra. Un sistema inadecuado de colección y distribución estaba impidiendo el progreso. Los proyectos que tenían un gran potencial se comenzaron, sólo para fracasar porque la oferta no podía llevarle el paso a la demanda. La gente comenzó a buscar una solución. Se sugirió un plan visionario. Algunos dijeron que era imposible: demasiado papeleo, demasiados obstáculos por vencer y demasiada oposición política.

Seguro, el plan era complicado y arriesgado. Involucraría arreglar las diferencias regionales. Requeriría la voluntad para trabajar juntos. Planeación estratégica intensiva, sacrificios financieros y años de arduo trabajo serían necesarios. Pero valdría la pena el esfuerzo. Fue un éxito rotundo.

Estas fueron las palabras del Presidente Franklin D. Roosevelt en la celebración de su gran éxito: “la conclusión de la presa más grande del mundo, que se levanta 726 pies sobre la base del río [Colorado], y altera la geografía de toda la región.”

A través de la cooperación y el sacrificio y el trabajo, los vastos recursos fuera de control [del Río Colorado] fueron aprovechados para conseguir un logro estratégico y significativo. ¡La construcción de la Presa Hoover fue una gran solución para un gran problema!

Hubo otra crisis cocinándose en la misma década. También era un problema de apoyo inadecuado para lograr una tarea crítica. Un pueblo llamado los bautistas del sur estaba en busca del cumplimiento del sueño que habían articulado hace 80 años en la fundación de la Convención Bautista del Sur. En 1845, habían creado su convención con el propósito de “organizar un plan para obtener, combinar y dirigir las energías de toda una denominación hacia un esfuerzo sagrado, para la propagación del Evangelio.” Pero aún así, su esfuerzo había sido dificultado por la falta de recursos.

El número de iniciativas e instituciones denominacionales estaba creciendo. Cada una necesitaba apoyo. Cada una solicitó las contribuciones de las congregaciones. Domingo tras domingo, las campañas para levantar fondos para seminarios y universidades, orfanatos y hospitales, juntas misioneras y organizaciones de benevolencia se desplegaban por las iglesias pidiendo ayuda a los fieles. A algunos les fue mejor que a otros. Algunos años fueron mejores que otros. Las donaciones estaban distribuyéndose de manera inequitativa. El más popular, o quizás el más veloz, recibía una parte desproporcionada de las ofrendas. Otros ministerios importantes estaban mendigando.

Además, el costo de colectar fondos a veces menguaba el 50 por ciento de las donaciones. Las iglesias estaban estresadas por la continua visita de representantes denominacionales que necesitaban “tiempo en el púlpito” para hacer sus peticiones. En general, los resultados eran desalentadores. Nadie estaba recibiendo el apoyo adecuado. La convención tenía el sueño de “obtener, combinar, y dirigir las energías de toda la denominación,” pero no contaban con un mecanismo para hacer realidad el sueño.

Hasta 1925. Entonces, la Convención Bautista del Sur, reuniéndose en Memphis, Tenn., adoptó una recomendación de su Programa Futuro de la Convención dirigido por el pastor de Louisiana M.E. Dodd creando así el “Programa Co-Operativo de los Bautistas del Sur.” Lo que significó la Presa Hoover para la agricultura y la industria en el sureste de los Estados Unidos, significaría el Programa Cooperativo para los bautistas del sur.

UN LEGADO CONTÍNUO

Hubo ambiciosas expectativas cuando por primera vez se tuvo la visión del Programa Cooperativo, y hoy ha crecido hasta convertirse en el mayor y más efectivo de los programas de recaudación de fondos voluntarios para el avance de la obra de la Gran Comisión.

Tal como se esperaba, el plan unificado de los bautistas del sur ha superado la desconfianza en las donaciones sociales. El año pasado, los bautistas del sur contribuyeron más de $530 millones a través del Programa Cooperativo, con más de $200 millones enviados a las entidades nacionales de la CBS, por tercer año consecutivo las donaciones a través de este canal primario han sobrepasado su meta. Aún más, la fiabilidad del Programa Cooperativo ha comprobado su valor, especialmente hoy en día. Aunque otras fuentes de financiamiento han sido duramente golpeadas durante la crisis económica actual (los fondos de beneficencia han disminuido en su valor y así como el interés que se puede ganar con ellas), las fieles donaciones han mantenido a las entidades de la CBS dentro del uno por ciento de las contribuciones esperadas en donaciones del Programa Cooperativo.

Este hecho consistentemente asegura que se sostengan en el extranjero a unos 5,500 misioneros a tiempo completo y se apoye completamente o en asociación con los estados a otros 5,600 misioneros dentro de los Estados Unidos y sus territorios, Puerto Rico y Canadá. Es la fuente principal de financiamiento para los ministerios cooperativos entre los bautistas del sur a nivel nacional y es suplementada por ofrendas especiales tales como la Ofrenda de Navidad Lottie Moon y la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong para la expansión de los esfuerzos ministeriales en casa y en el extranjero.

El año pasado el Programa Cooperativo ayudó a costear la educación de más de 16,500 hombres y mujeres inscritos en los seis seminarios de la CBS—el mayor sistema de seminarios evangélicos en el mundo.

Asimismo, el Programa Cooperativo hace posible ministerios nacionales coordinados como World Changers (desde 1990, los bautistas del sur han rehabilitado gratuitamente más de 19,000 casas, la mayoría en centros urbanos empobrecidos) y es por eso que los bautistas del sur pueden reaccionar de inmediato en medio de las crisis para ofrecer alivio a los heridos así como sostener sus operaciones hasta el final del periodo de recuperación e incluso hasta después de éste. El Programa Cooperativo provee organizaciones permanentes que coordinan campañas de ayuda humanitaria en emergencias (los bautistas del sur apoyan a la tercera organización de ayuda humanitaria, detrás de la Cruz Roja y el Ejército de Salvación) y distribuye ayuda humanitaria en casos de falta de alimentos (desde 1974, a través del Fondo para el Hambre Mundial de los Bautistas del Sur se ha contribuido anualmente casi $250 mil millones para aliviar el hambre en el mundo).

Tan sólo el nombre ayuda a definir a los bautistas del sur como un pueblo, y como un canal de financiamiento para la obra del Reino el Programa Cooperativo asegura que podamos ministrar a aquellos en necesidad y llevar las buenas nuevas del Evangelio a los perdidos, ya sea en casa o en el resto del mundo. Pero el Programa Cooperativo es más que las venas de la cooperación al estilo del Nuevo Testamento entre los bautistas del sur. El Programa Cooperativo es el corazón de las misiones y ministerios bautistas del sur en el mundo.
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Compilado por John Kyle, director de desarrollo del Programa Cooperativo con el Comité Ejecutivo de la CBS, y Will Hall, editor ejecutivo de Baptist Press. Para obtener más información, visite www.sbc.net/cp.

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