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Durante la crisis financiera, muestren fe, insta Chapman


NASHVILLE, Tenn. (BP)–La crisis financiera de EE UU. ha creado una oportunidad sin precedente para que los cristianos vivan su confianza en Dios ante una nación consumida por el temor, les dijo Morris H. Chapman a los miembros del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur el 16 de febrero en Nashville, Tennessee.

“Nuestra nación ha sido puesta de rodillas financieramente. Ahora la pregunta es: ‘¿Cómo vamos a responder?’” dijo Chapman, presidente y director ejecutivo del Comité Ejecutivo. “Muchos en nuestra generación han tratado y probado muchos dioses solamente para descubrir que ninguno de ellos tiene la respuesta al vacío de su corazón. Si el colapso financiero de EE. UU. ha repercutido en cada nación de la tierra, ¿No podría el viento fresco del Espíritu de Dios alcanzar también a cada continente en el mundo?”

La crisis financiera puede darle vida a un despertar espiritual, pero solamente si los cristianos están dispuestos a “abandonar todo de sí mismos por todo lo de Cristo,” dijo Chapman.

“El viento fresco de Cristo puede suceder y sucederá solamente cuando la iglesia esté lista a proveer verdadero liderazgo espiritual, a enseñar los valores del Reino al cristiano recién nacido, a ministrar, y a llevar a cabo el mandato de Hechos 1:8,” dijo Chapman.

Los tiempos de crisis demandan líderes que cambien sus comunidades para reemplazar el temor por la fe, dijo Chapman.

“Las circunstancias difíciles son la plataforma en la cual Dios revela su actividad sobrenatural,” dijo Chapman. “Cuando no retenemos nada frente a circunstancias difíciles, nuestra respuesta le permitirá a Dios demostrar su poder sobrenatural a través de nosotros. Debemos quitar nuestros ojos de la crisis y fijarlos en Jesús. Cristo solo puede traer calma al temor del corazón humano.”

La crisis financiera también da a los cristianos la oportunidad de sumergirse en la Palabra de Dios, de orar para que él levante líderes proféticos que se conecten con los ministerios que Dios quiere que ellos emprendan, dijo Chapman.

Él citó el ejemplo de la Iglesia Bautista College Heights de Gallatin, Tennessee, la cual colocó un mensaje en su marquesina que decía que la gente podía enviar mensajes de texto con sus peticiones a un número de teléfono celular. El resultado fue un aluvión de respuestas.

Chapman leyó uno de los mensajes de texto que la iglesia recibió de una mujer cuyo hijo trató de suicidarse y la familia fue forzada a tomar la decisión de desconectarlo de la máquina de respiración artificial.

“Ahora me siento como si hubiera asesinado a mi hijo,” decía el mensaje. “Mi mamá murió nueve semanas después. Mi papá vive ahora conmigo y tiene cuidados paliativos porque sufre de insuficiencia cardiaca. Mi esposo está viendo la posibilidad de cerrar su negocio debido a la economía y a su salud. Tenemos una pila de cuentas. Nuestra casa está en un pueblo cercano y estamos tratando de venderla para pagar las deudas. ¡¡POR FAVOR OREN!!”

“Esa es la desesperación del mundo,” dijo Chapman. “Esta puerta abierta que se está experimentando en nuestro país puede que no ocurra de nuevo en nuestra vida… Comiencen una línea de acceso directo, reabastezcan la alacena de ropa y comida, ofrezcan consejería financiera y compartan el evangelio con denuedo y renuncia.”

Chapman también instó a las familias y congregaciones a enfocarse en el mandato de Hechos 1:8 de ser sus testigos “en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Rendirse al miedo y reducir dramáticamente el dar para las misiones tendría severas repercusiones alrededor del mundo — tanto ahora como en la eternidad.

“El costo financiero de traer a los misioneros desde el campo de misión solo sería excedido por la pérdida de oportunidad de ver la Gran Comisión completada en nuestra generación,” declaró Chapman.

Chapman ofreció varias sugerencias para continuar con la misión en tiempo de crisis financiera:

— Reemplacen el miedo por la fe. Permítanle a Dios demostrar su poder para proveer.

— Basen su presupuesto en su misión. Hagan cada línea de su presupuesto esencial para el propósito y visión de su iglesia.

— Hagan un plan de gastos para seguir en caso de que tengamos una recesión prolongada. La integridad y sabiduría con las que la iglesia maneje sus recursos será un testimonio a nuestro pueblo y al mundo.

— Solicítenles a todos que den. “Si la información está correcta, la iglesia no tiene un problema de gastos; tiene un problema de dar,” dijo Chapman. “El 25 por ciento de la asistencia de la iglesia da el 85 por ciento de sus recursos.”

— Reten a la gente a ejercitar la “gracia de dar” durante la “carestía financiera.” “Para mucha de nuestra gente, sería totalmente un nuevo concepto el ser generoso con lo que no tienen, por decir algo, comparado con ser generoso cuando hay sobreabundancia de cosas materiales,” dijo Chapman.

— Ejerciten la determinación cuando lleguen los componentes críticos de nuestro trabajo cooperativo. “Podríamos borrar en unos pocos años lo que ha tomado años para estar en su lugar cuando se trata del despliegue de misioneros aquí y alrededor del mundo,” dijo Chapman. “Si creemos que necesitamos más misioneros y no menos, debemos permanecer como la gente con mente misionera a la que nuestros antepasados nos guiaron a convertirnos.”

Los bautistas del sur no debemos permitirnos enfocarnos hacia adentro cuando es tiempo de mirar afuera hacia los campos “blancos para la siega,” añadió Chapman.

“Hemos discutido, por más de 30 años, justamente sobre cada pequeña faceta de la doctrina bautista del sur, y siempre debemos estar vigilantes, firmes en la Palabra de Dios,” dijo Chapman. “Pero es tiempo para los bautistas del sur de dejar de fijarnos en pequeñeces doctrinales en medio de nosotros. Es tiempo que cada líder de la Convención Bautista del Sur hable de Cristo y solo de Cristo.

“Los bautistas del sur que están en las bancas y en las calles necesitan oír una palabra de Dios que repercuta a través de esta nación y alrededor del mundo,” declaró Chapman. “Necesitamos hombres que se levanten y señalen el camino a aquellos que están en la perdición y la oscuridad y no tienen luz en el alma.”

Los bautistas del sur como un todo no han tenido que dar sacrificadamente como podrían haberlo hecho durante los años de abundancia y ahora enfrentan el reto de los años malos, anotó Chapman.

“Temo que hemos desperdiciado los abundantes recursos que Dios nos dio durante las últimas dos décadas de prosperidad. Gastamos más en nosotros mismos de lo que dimos a misiones. Consumimos la bendición de Dios en vez de transferirla a otros,” dijo Chapman. “La crisis de nuestra vida está aquí. Necesitamos hacernos una pregunta final: ¿Estamos dispuestos a perder esta oportunidad de modelar lo que significa ser hijo del Rey y ciudadano del Reino?”
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Mark Kelly es editor asistente de Baptist Press.

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  • Por Mark Kelly