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EDITORIAL: El programa de amnistía de los Holiday Inns


NASHVILLE, Tenn. (BP)–Aparentemente muchos viajeros se han beneficiado de las toallas que el hotel pone en cada habitación. La cadena Holiday Inn tiene casi 4.000 hoteles en más de 100 países en el mundo. Según un gerente de la reconocida cadena de hoteles alrededor de 500,000 toallas desaparecen de sus instalaciones cada año. Es decir, medio millón de tollas desaparecen de las habitaciones cada año.

Hace un tiempo atrás, la cadena anunció un programa de amnistía para todos aquellos que se han llevado las toallas a través de los años. No pondrán a nadie en la cárcel. No tendrán que pagar multas por reconocer que se han llevado tollas del hotel. ¡Ni siquiera tienen que regresar las toallas! Estos solo quieren conocer ‘su historia’ y han dado hasta una recompensa o premio por la mejor de ellas.

Un hombre quien ya confesó haber hecho esto dijo que se llevó la toalla de un hotel en Monterrey, México. Aquí fue en donde el y su esposa pasaron su luna de miel, y se la llevó como un ‘recuerdo’. “El matrimonio no duró mucho”, dijo el hombre “pero la toalla todavía sigue allí colgada”.

Un vocero del área de mercadeo de la empresa dice que “el programa es alegre, es una forma de que la gente nos cuente su historia y libere cualquier culpa que pueda tener por tener una toalla con el nombre de Holiday Inn en el closet.”

Malaquías 3:8-15 nos recuerda del llamado de Dios a honrarle con nuestros bienes. Aún se escucha la pregunta: ¿Robará el hombre a Dios?

El diezmo es el método histórico de Dios de colocarnos en el camino de dar. Sirve como la puerta al gozo de dar con gracia. No es sano ver el diezmar como el lugar para parar o detenerse, pero como un buen lugar para comenzar. Dicho de otra manera, el diezmo no es el techo para el dar. Es el suelo. No es la meta final. Es el punto de partida.

El diezmar es como los primeros pasos de un bebé. No son sus últimos o primeros pasos, pero son un buen comienzo. Una vez que usted ha aprendido a andar en una bicicleta, usted no necesita de las ruedas auxiliares de principiante que le ponen para que aprenda a andar. Una vez que usted aprende a dar, el diezmo se convierte en ese punto de partida. Si usted puede andar en bicicleta sin tener que andar con las dos rueditas traseras, ¡excelente!

Interesantemente, el diezmo es una palabra que significa décimo. Nunca significa menos del 10 por ciento, ni tampoco más. El pueblo de Dios debe dar el diez por ciento. Algunos preguntan ¿de qué? Moisés dijo,”Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová” (Levítico 27:30).

Dos cosas importantes:

1. “Y el diezmo de la tierra”. Debemos darle a Dios lo que le pertenece antes de hacer el pago de los impuestos, la casa, etc.

2. El diezmo es cosa dedicada a Jehová. La palabra dedicada significa separada para el uso de Dios, el hombre no debe tocarla. Usar cualquier parte del diezmo es robar a Dios. Todo le pertenece a Dios. “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en el habitan” Salmo 24.1 Es de Dios. No es cuestión de oración. Es cuestión de fe, confianza y obediencia. Debemos dárselo de regreso sin hacer preguntas.

La ofrenda es lo que uno da por encima del diezmo. No puedes dar una ofrenda sino después de que hayas regresado el diezmo al Señor.

Dios quiere que le amemos tanto que le demos a El libremente- ambos los diezmos y las ofrendas de voluntad. Dios tiene expectativas de nosotros. El dar menos de lo que Él espera de nosotros es robarle.

Algunos deciden comenzar a dar diciendo: “vamos a hacer esto gradualmente. Comenzaremos con 5 por ciento.” Esto es como decir “Antes yo robaba seis tiendas al año. Este año, por la gracia de Dios, solamente robaré tres”. El punto no es robarle a Dios menos. Es no robarle a El del todo. El no solo ve lo que nosotros damos. El ve también con lo que nos quedamos.

Cuando la gente me dice que no puede diezmar, le pregunto, “Si sus ingresos fueran reducidos en un 10 por ciento, ¿moriría?” Si estos dicen “no”, luego digo “entonces ya ha admitido que si puede diezmar. Simplemente no quiere.”

No estoy diciendo que es fácil hacerlo. Es mucho más fácil vivir con el 90, el 50 o el 10 por ciento de nuestros ingresos dentro de la voluntad de Dios que vivir con el 100 por ciento de sus ingresos fuera de la voluntad de Dios. No tengo problema cuando la gente dice “nosotros no estamos bajo el diezmo” siempre y cuando no lo usen para justificar el dar menos.

El dar es el antídoto al materialismo. El acto de dar nos recuerda vividamente que todo lo que gira e importa en este mundo es El y no nosotros. El dar dice “Yo no soy lo importante. Él es lo importante. El no existe para mí. Yo existo para Él. El dinero de Dios tiene un propósito más alto que nuestra afluencia. El dar es la entrega gozosa a la persona más grande y al que tiene la agenda más grande. El dar afirma el señorío de Cristo. Nos quita del trono y lo exalta. Rompe las cadenas que nos atan y nos hace más como El.

Piense en algunas cosas que le gustaría dar más: dinero, habilidades, sabiduría, ánimo, talentos, dones espirituales, conocimiento, tiempo, etc. ¿Qué está esperando?

Ahora es el tiempo para dar. Si le preocupa el pasado, hay amnistía para aquellos que desean hacerlo.
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. http://www.LifeWay.com/espanol.

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