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EDITORIAL: Un Corazón Dedicado a Dios


KANSAS CITY, Mo. (BP)–La Biblia nos presenta personas que han hecho grandes cosas en el servicio de Dios:

— Pienso en Noé, un hombre de familia que salvó a su familia de un diluvio universal (Gén. 7:1).

— Moisés se dio a la fuga después que mato a un egipcio y lo escondió en la arena. Dios, sin embargo le llamó y lo usó para traer libertad a una nación (Éxodo).

— Josué dirige a un grupo en una batalla a la ciudad más fortificada en el mundo y gana (Josué 6).

— José, el joven soñador, salva al mundo conocido en aquel tiempo del hambre (Gén. 41).

— David, el muchacho pastor de ovejas, pelea con un guerrero feroz y con una honda y cinco piedras gana la batalla (1 Samuel 17).

— David, un joven, cambia la religión nacional de un reino pagano (Daniel 6).

También pienso yo en ti. ¿Para qué cosa extraordinaria te ha creado Dios? Cada una de estas personas tenía un corazón totalmente dedicado a Dios.

Aquí comparto cuatro breves ideas que te ayudarán a tener un corazón dedicado a Dios.

— Primero, mira hacia arriba. Esto nos recuerda del mandato bíblico que dice “Sed santos, porque yo soy santo (1 Pd.1:16).” No hay ninguna cosa que sea más importante que pasar un tiempo a solas con Dios. La tecnología presente continua acelerando el paso del mundo en el cual vivimos. Esto con frecuencia nos roba las oportunidades de pasar tiempo estudiando, adorando y compartiendo tiempo con amigos hablándoles de Cristo.

— Segundo, mira hacia adentro. Toma tiempo examinando tu vida a la luz de un Dios santo. El apóstol Pablo exclamó “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro (Rom. 7:24-25).” Solamente después que hemos visto la santidad de nuestro Dios y miramos internamente a nuestras vidas reconocemos cuanto dependemos en Dios.

— Tercero, mira hacia fuera. Cada uno de las personas mencionadas al principio de éste artículo vieron personas necesitadas y ciudades en ruinas. Observaron muchas oportunidades y se enfrentaron con gran oposición. Pero reconocieron a un Dios que extendiendo Su llamado, les envió y le protegió.

— Cuarto, marcha adelante. No podemos pasar toda una vida mirando. En algún momento tenemos que emprender nuestra marcha al campo misionero. “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues al Señor que envié obreros a su mies (Mateo 9:37-38).”

En este nuevo año esfuérzate para tener un corazón completamente dedicado a Dios. Recuerda que no estas solo porque la promesa de Dios es que no nos va a dejar solos. El dijo, “No te desampararé, ni te dejaré (Heb. 13:5).”
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Gustavo Suárez es profesor de iniciación de iglesias y director del centro Nehemías para Iniciación de Iglesias en Norte América en el Seminario Bautista Teológic de Midwestern.

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  • Por Gustavo Suárez