KANSAS CITY, Mo. (BP)–Recientemente estuve estudiando la iglesia de Antioquia (Hechos 11:19-21), la Gran Comisión (Mateo 28:19-20) y el mundo en el cual yo vivo. Observé muchas cosas similares en esos pasajes y aprendí lecciones valiosas que me serán de ayuda en como veo el mundo a mí alrededor.
La iglesia de Antioquia fue la primera iglesia a los gentiles. Estos tres versos en Hechos 11, de una manera breve, describe no solo el mundo del apóstol Pablo sinotambién el mundo donde yo vivo.
Lucas nos transporta a aquel momento donde mataron a Esteban y se desato la persecución a la iglesia del primer siglo. Dos observaciones sobresaltan: Primero, esto sugiere que los Helenistas, también judíos, salieron a evangelizar e iniciar nuevas iglesias entre los judíos en estas tres ciudades. Esta iniciativa evangelística se destacó en que compartían el evangelio con personas de la misma cultura e idioma. Segundo, compartieron el evangelio con los griegos. Este verso presenta un ministerio que cruza la comodidad cultural con el propósito de presentar el evangelio de Cristo a personas de una cultura diferente.
El verso 21 enfatiza que es él Señor quien está en control y no yo. El quiere que yo esté disponible a ÉL. Por la fidelidad con la cual éstos compartieron el evangelio con toda persona muchos creyeron y se convirtieron a Dios.
La gran comisión me dice “Id y haced discípulos a todas las naciones….” Servimos a un gran Dios. Mientras yo observo el vaivén en mi vecindario descubro que hay personas de Norte América, Asia, Rusia y el Caribe. Veo extraordinarias oportunidades que Dios me ha dado de alcanzar a un mundo que Él ha traído a mí vecindario.
Imagínate si mí mundo fuera una aldea de 1,000 personas encontraríamos lo siguiente:
— 606 de Asia
— 138 Africanos
— 114 Europeos
— 51 de Norte América
— 86 Latino americanos (Centro y Sur Americanos)
— 5 Australianos
Encontraríamos:
— 335 cristianos
— 218 musulmanes
— 151 hindú
— 60 budistas
— 95 personas que practican otras religiones
— 142 ateos o personas sin ninguna religión
Éstas son algunas cosas que debo reconocer para ser un eficaz ganador de almas.
1. Soy responsable por testificarle a personas que son diferentes a mí.
2. Necesito entender su cultura para comunicarles el evangelio de Cristo.
3. Dios me manda a “Id” a las naciones. Eso es, a los diferentes grupos étnicos que viven en mí mundo.
4. No puedo sufrir de miopía cultural. Aquellos que viven a mí alrededor no necesariamente entienden mí cultura.
5. Necesito establecer relaciones que sean “puente constructivos” que ayude al inconverso a salir de la esclavitud del pecado a la libertad que uno encuentra en cristo.
Amigo, ¿Conoces el mundo a tu alrededor?
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Gustavo Suárez es profesor de iniciación de iglesias y director del centro Nehemías para Iniciación de Iglesias en Norte América en el Seminario Bautista Teológic de Midwestern.
