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Segunda part: ¿Navidad tradicional o bíblica?


EL PASO, Texas (BP)–Actualmente, la Navidad es tiempo de gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas familiares. Las iglesias cristianas generalmente celebran con recitales (cantatas) de música navideña, y dramas.

En la mayoría de los países latinos o hispanos está arraigada la tradición religiosa de celebrar la Nochebuena (el 24 de diciembre) con una cena familiar e intercambio de regalos.

Los latinos e hispanos que vivimos en los Estados Unidos de América seguimos practicando nuestras costumbres y tradiciones familiares; pero a la vez algunos otros hemos adoptado y adaptado nuestras costumbres a las de este país, resultando en una atractiva mezcla. En la segunda parte de este artículo navideño continuamos con la presentación breve de la manera cómo se celebra la Navidad en algunos de nuestros países latinos/hispanos:

— En Guatemala, todo es un fascinante despliegue de colorido y arte popular mezclado con el arte popular maya, la influencia hispana y la tradición religiosa mayoritaria. El árbol de Navidad fue introducido por alemanes que llegaron a fines del siglo XIX y principios del XX. Otras costumbres como los regalos y la música navideña fueron introducidas por los trabajadores norteamericanos de la United Fruit Company, que llegaron a principios del siglo XX para trabajar con las bananeras.

— En México, las Posadas son una especie de representación de lo que pasaron María y José para que les dieran posada (hospedaje) y dar a luz al Niño Jesús. Las familias salen en grupo caminando de casa en casa cantando algo como esto: En el nombre del cielo, os pido posada… La casa “que los recibe” ofrecen comida y se desarrolla una fiesta con piñatas, música y juegos, etc. Las Posadas tuvieron su origen con los monjes agustinos quienes aprovechaban la coincidencia de las fechas cristianas y las de los ritos de los aztecas, quienes festejaban el nacimiento de su máxima deidad, el dios Huitzilopochtli. De esta manera las celebraciones indígenas se “cristianizaron” hasta nuestros días.

— En Panamá, la noche del 21 de diciembre se espera la llegada del espíritu de la Navidad con reflexiones. Ante todo se le pide perdón a Dios de todo corazón por las faltas cometidas. Se perdona a quienes de alguna manera nos han ofendido y se hace algún acto de amor por alguien. Todas estas peticiones se escriben en una tira de papel y se guardan. Cada vez que se nos haya cumplido un deseo o petición, este papel se quema, y se le da gracias a Dios por cumplirnos nuestro deseo.

— En Paraguay, en todos o casi todos los hogares se hace un pesebre bien decorado con elementos de la naturaleza. La flor típica utilizada para perfumar el pesebre es la flor del cocotero, que tiene una fragancia muy dulce. Los niños recorren las casas para visitar los pesebres, repitiendo así aquel júbilo de los pastores que querían ver al niño Jesús.

— En Perú, durante toda la noche se pueden escuchar, por donde uno vaya, los estallidos de los cohetes que aumentan cuando dan las 12. La cena de Navidad es la celebración sobresaliente en todas las familias, a la medianoche. La gente canta muchas canciones navideñas frente al pesebre donde se coloca al divino niño.

— En Puerto Rico, las familias y amigos se reúnen a compartir sus alegrías y sus deseos para el nuevo año. Es una época de unión, felicidad y de parranda (son fiestas populares organizadas por las familias a cualquier hora y en cualquier momento, tocando y cantando música navideña acompañada de instrumentos musicales autóctonos).

— En República Dominicana, la noche del 24 de diciembre se cena entre familiares y amistades para luego acudir al malecón de Santo Domingo a compartir todos juntos, y al amanecer desayunar con un té de jengibre o chocolate calientes y pan. En los templos se prepara un altar con el “nacimiento” (pesebre) donde se colocan figuras representativas del nacimiento de Jesús.

— En Uruguay, el ambiente navideño es bastante familiar y conservador. Las reuniones se hacen en casa de los abuelos; la mayoría de personas buscan reunirse con ellos. La mayor parte de la noche y la madrugada la pasan alrededor de la mesa comiendo y conversando.

De todas estas celebraciones tradicionales y culturales de nuestros pueblos latinos e hispanos en Navidad, lo rescatable es la unidad y la convivencia entre las familias. Sin embargo, ¿qué estamos haciendo de diferente los cristianos? Mientras conservamos nuestras costumbres latinas-hispanas ¿estamos creciendo en el enfoque bíblico de proclamar a Jesucristo, aprovechando la oportunidad que nos presenta la Navidad?
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  • Por David Fajardo